De chaval era un verdadero ladronzuelo, no tenia dinero ni mis padres me daban nada, y me tenia que buscar la vida para tener mis cuatro cosas. Con 11 ya iba con mi amiguete de fechorías y nos metiamos en tiendas de chucherias y vaciabamos cajas enteras de chucherías en las mochilas del colegio, cubriendonos en alguna esquina o columna del local, con movimientos rápidos y precisos dabamos un buen palo. Luego vendiamos chucherias a granel a otros compañeros del colegio y así nos sacabamos una perrillas. También ejerciamos la estafa con papeletas del colegio de estas que sorteaban cestas, les haciamos fotocopias, las recortabamos bien, y vendiamos varias veces el mismo número, a euro señora!!
Con 13 o 14 ya mejoramos la productividad de los palos, nos aficionamos a los warhammer, magic, miniaturas y frikadas varias pero claro, sin dinero era complicado, tampoco me gustaba robar a otros niños pues siempre me ha gustado llevarme bien con la gente así que mi amiguete y yo empezamos a planificar como dar los palos. Ibamos a jugar, con cuatro miniaturas y la mochila vacia, a cualquier tienda de estas que tenian mesa para jugar y echabamos la tarde haciendo como que jugábamos, mientras tanto, jugando al despiste con el dueño de la tienda, íbamos echando cajas, códecs, pinturas y sobres a las mochilas, cuando las teniamos llenas recogiamos y nos ibamos. A veces se daban verdaderas escenas cómicas, recuerdo una especialmente graciosa que era yo hablando con el dueño, manteniéndolo de espaldas a mi compañero, y mi compañero preguntandome con cada bote de pintura si era el que quería, daba igual si le decia si o no, se lo echaba igualmente al bolsillo, era un verdadero descojone.
Pues el temita de los warhammer fue rentable, me hice un ejercito de mas de 3000 puntos de elfos oscuros, otro de goblins y otro de acondroplásicos, más miniaturas aleatorias. De magic tb acumulé varias decenas de cartas aunque era mas de warhammer. De hecho hubo una de las tiendas que tuvo que terminar cerrando, supongo que entre lo poco que vendia y los palos que le dábamos no le salia a cuentas, ahi fue un asedio continuado, estuvimos como un mes, dia si y otro también, hasta que el tio ya nos puso mala cara y no volvimos a ir.
Luego ya con 15 empezamos a colarnos en sitios de pijos, en clubs privados de deporte y tal, entrábamos mirando al frente y con la cabeza bien alta, y si alguien nos preguntaba le deciamos que teniamos a nuestros padres dentro, que estaban jugando a tal o a cual, pues ahí lo bueno eran los vestuarios, los pijitos dejaban todas las mochilas en los vestuarios, dejaban las carteras con dinero, objetos de valor, hasta una gameboy ds que tuve la saqué de allí, en mi caso efectivamente era una gueinboi de ese.
En fin, hay más cosas que no cuento porque a veces se nos iba de las manos, nunca haciendo daño directo, siempre tirando del hurto, sin crear alarma ni impacto social, todo de forma sibilina. Nunca nos pillaban, y cuando nos oliamos algo cambiabamos de objetivo o dejabamos un mes hasta volver.
Pues bien, el caso es que abandoné esa vida y desde que empecé a currar no volví a hurtar nada, con el tiempo me di cuenta de que aquello no estaba bien y aunque no me arrepiento de haberlo hecho si que pienso que lo hacia de manera inconsciente, y que de haberlo sabido no lo hubiera hecho, aunque es importante tener en cuenta que no tenia nada, y todos los niños de mi alrededor tenian consolas, juguetes, ordenadores, etc y yo solo lo que me conseguía por mis propios medios.
Como decia ya dejé aquello pero uno va haciendose mayor y ya sabéis, aprende cosas, las desaprende, se ilusiona, se aburre de las cosas, y en definitiva uno va cambiando a lo largo de la vida. Hace tiempo que mi vida se volvio plana y gris, aunque vivo como un rey pero como que estaba falto de estimulos, falto de algo que me hiciera sentir, algo para introducir en la rutina que diera ese aliciente, esa sal y pimienta que gusta en la vida. Pues hace un tiempo que di con ello, o mejor dicho, volví a recordarlo. Ahora cada vez que voy a algun establecimiento me llevo algo, no cago donde como asi que en mis lugares habituales procuro no jugarmela aunque algo cae de vez en cuando, pero cuando voy a grandes superficies siempre aprovecho para llevarme algo, dar el cambiazo a unas chanclas viejas que lleve o pillarme una pack de anchoas para comermelas tras salir del establecimiento disfrutando de tal manjar y además siendo gratis, ese sentimiento de gratificación no tiene precio, me genera un pequeño sentimiento que me revitaliza y me invita a repetir, cuando voy a alguna oficina procuro llevarme algo, ya ne da igual si es un boli o un objeto personal de la persona que me atiende que haya descuidado, me da igual, algo tengo que pillar, podria decirse que he desarrollado una patología cleptómana, pero es que el gusto y la satisfacción que me produce me hace sentirme como un niño, como un pequeño triunfo sin importancia pero que ahi queda.
No voy a decir que os lo recomiende pero que queréis que os diga, en la vida hacer alguna fechoria de vez en cuando o portarse un poquito mal también está bien, ser un poquito pirata.
Sin más, solo quería compartiros mi nuevo hobby, saludos