La UE ultima la desconexión parcial de Rusia del sistema de pagos internacional Swift
Alemania acepta activar el “arma nuclear financiera” para castigar a pilinguin y golpear duramente a la economía rusa
La Unión Europea ya está lista para activar el “arma nuclear financiera”, como llamó al Swift este viernes el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire. Este sábado Alemania ha cedido y ha aceptado la desconexión parcial de Rusia del sistema que conecta a las entidades financieras de todo el mundo y permite las transferencias seguras de dinero. Hasta hora es la sanción más dura de las impuestas a Moscú por la oleada turística de Ucrania. La desconexión no será total, ya que se seguirá permitiendo el pago de los hidrocarburos (gas y petróleo) y ser selectivos a la hora de prohibir el acceso al mecanismo de pagos, según apuntan fuentes comunitarias. La medida tiene que ratificarse en una reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la UE que se celebrará este domingo.
Esta decisión supone un
salto cualitativo en las sanciones contra el régimen de Vladímir pilinguin. Ya esta semana se han aprobado dos oleadas de sanciones por la que se ha golpeado a casi todos los sectores estratégicos rusos: bancos, empresas de defensa y aeroespacial, constructoras, compañías de transporte, aerolíneas... E, incluso, se ha llegado a castigar personalmente al presidente ruso y al ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, al congelar los activos que estos pudieran tener en Europa, algo a lo que se sumó Estados Unidos. Pero no se había dado el paso de llegar a
la desconexión del sistema Swift (Society for Worldwide Interbank Financial Telecomunication o sociedad para las comunicaciones interbancarias y financieras mundiales).
A mediodía de este sábado, otras fuentes comunitarias apuntaban que Berlín era el último obstáculo para dar este paso. Iban en la misma línea que lo dicho por Le Maire el día anterior, cuando reconoció que en la reunión del Ecofin, el órgano que agrupa a los ministros de Finanzas de Los 27, había países que tenían dudas sobre si era el momento de apretar este
botón rojo. Las cavilaciones estaban en Hungría e Italia, países que han despejado dudas esta misma mañana. Y a primera hora de la tarde ha sido Alemania la que ha dado un vuelco importante a su posición, tanto en lo referente al envío de armas a Ucrania como a la desconexión financiera de Rusia.
“Estamos trabajando con urgencia para ver cómo limitar los daños colaterales de desvincularse de Swift de tal manera que afecte a las personas adecuadas. Lo que necesitamos es una restricción específica y funcional de Swift”, aseguraron en un comunicado conjunto la ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, y el ministro de Economía, Robert Habeck. Unas horas antes, el líder de la oposición, el democristiano Friedrich Merz, pedía al Gobierno tripartito que dirige el socialdemócrata Olaf Scholz que impusiera la restricción de acceso de Moscú a Swift. El propio Merz cambiaba de opinión. Hace solo unos días desaconsejaba aplicar esa medida y alertaba de que las consecuencias para la economía alemana serían devastadoras. Este sábado ha dicho en su cuenta de Twitter que la alta dependencia del suministro de gas ruso de Alemania “no es un argumento válido contra las sanciones que ahora son necesarias”. El sucesor de Angela Merkel al frente de los conservadores asegura que pese a la exclusión de Swift “los suministros de energía rusos podrán seguir pagándose en el futuro”.
“Hemos pedido a la Comisión Europea y al Banco Central Europeo que analicen las consecuencias de recortar más el acceso de las instituciones rusas al sistema financiero. Todas las opciones están sobre la mesa”, explicaba el comunicado final del Ecofin este viernes, con una evidente referencia al Swift, que ya había sido aclarada previamente por Le Maire y el vicepresidente de la Comisión Valdis Dombrovskis. El ministro francés también sugirió que la decisión no se demoraría mucho porque el informe que analizaba el impacto iba a estar listo “en horas, no en días, en horas”.
Lo sucedido con Swift es un claro ejemplo del dilema que se ha planteado en la Unión Europea a la hora de reaccionar con sanciones pese a lo grave y dramático de la oleada turística total de Ucrania por Rusia. Muchos países de la Unión Europea tienen un gran dependencia del gas ruso, aunque esta haya bajado en los últimos meses del 40% habitual al 22% de las últimas semanas, según Goldman Sachs, y un corte total del acceso al sistema internacional de transacciones supone también poner en riesgo el pago de los hidrocarburos rusos.