Taliván Hortográfico
ПРЕД P И B ВИНАГИ СЕ ИЗПИСВА M
El caso es que compré, on line, dos estufas de butano catalíticas con defectos estéticos, a muy buen precio, menos de 40 euros. A la hora de la verdad, a una hay que mirarla mucho para encontrarle la abolladura, y a la otra aún no se la he encontrado, así que por ese aspecto, estoy muy satisfecho.
El problema era que, como suele pasar, venían sin la tubería de goma y la caperuza-llave de paso en forma de campana a la que se conecta la bombona. Supongo que esa llave tiene un nombre, pero seguro que así también se me entiende. ;-) Así que compré un par de kits en el Leroy Merlín y me puse manos a la obra.
No pensaba que instalar todo esto fuera muy difícil, pero al final, por el frío o por lo que fuera (me temo que ya no tengo tanta fuerza en las manos como hace doce o trece años, que fue la última vez que hice un engance de este tipo) la tarea de introducir las conexiones de tubería en el interior de las gomas se me hizo muy dura. Ya sabéis que son una especie de espigas metálicas que por evidentes razones de seguridad deben quedar muy ajustadas y oponían una gran resistencia a la introducción en el tubo de goma. El caso es que con las manos no adelantaba, ni veía herramienta que me sirviera para aferrar adecauadamente estos objetos, y menos en el reducido espacio del interior de la estufa. Además, tenía miedo de que con algún tipo de alicates pudiera hacer, sin querer, un agujero en la conducción y aquello acabara mal.
Así que probé a lubricarlas con un poco de agua, y luego con un poco de jabón, con malos resultados, supongo que porque en mi casa sólo hay jabón líquido, y era demasiado fluido para permanecer en las áreas de la tubería que quería lubricar. Por eso mismo tampoco usé ningún tipo de lubricante. Sólo me hubiera servido para ponerme las manos resbaladizas y tener aún manos capacidad de agarre con ellas.
Bueno, el caso es que estaba perdiendo la paciencia y no tenía ganas de ir a por ningún nuevo aditamento a la ferretería (estoy seguro de que los expertos de este foro conocerán el nombre de alguna sustancia lubricante con el grado de viscosidad idóneo para esto, y si lo quieren poner, contribuirá a hacer el hilo más interesante) así que estuve pensando qué tenía en la casa que me pudiera servir para la tarea, y de repente se me ocurrió que podía aprovechar las cortezas y el tocino del jamón que me habían regalado para las navidades, que había separado ya del "cuerpo" y tenía por ahí en una bolsa, dentro de otra bolsa y ésta dentro de una caja de madera vieja, el único modo de que estuvieran a salvo de los gatos hasta que llegara el momento de sacar la sarama (la última vez que me descuidé con estos procedimientos, uno de los gatos pilló una lipidosis hepática y me costó el veterinario literalmente a precio de pata de color). La verdad es que tenía tocino para dar y tirar, e incluso jamón, porque por razones médicas me he visto obligado a dejar completamente de lado la grasa y la sal.
Aparentemente, el tocino resultó ser una solución ideal. Lo bastante sólido como para que fuera manejable, lo introduje por todas las áreas de fricción en las espigas metálicas y los tubos de goma. Para colmo de bienes, unido a la corteza, se podía aplicar sin "lubricarte" también las manos, que tenían que tener un buen agarre a la hora de la verdad. Gracias a esta solución casera coloqué todas las gomas, ajustadas a mi gusto, en un par de minutos. Antes de eso, llevaba con esta instalación casi media hora.
Bueno, al final las ajusté tan firmemente como pude, y las estufas funcionan bien y sin dar razones a pensar que la instalación sea insegura, pero hay un problema con el olor que me preocupa.
El caso es que ya he dicho que me he visto obligado, por motivos de salud, a evitar determinados excesos en la alimentación y cuando me levanto por la mañana y bajo a la cocina para tomarme la leche desnatada sin café, la avena y las frutitas integrales de los h*evos, y me pongo la estufa para desayunar a gusto y caliente, la puñetera estufa emana un delicioso aroma a bacon churruscadito, sin duda por el tocino que se debe de haber quedado en las conducciones. Un aroma que, de verdad, cuando te estás tomando un desayuno insípido y saludable, se hace duro de soportar. Lo pude aguantar los primeros días, pero han pasado varios días y no se va, y evidentemente, no voy a echar porquerías ambientadoras en un aparato de combustión sin saber muy bien lo que hago, así que os pido consejo. La verdad es que estoy desesperado, y si no pongo la estufa, en la cocina hace un frío que pela.
El problema era que, como suele pasar, venían sin la tubería de goma y la caperuza-llave de paso en forma de campana a la que se conecta la bombona. Supongo que esa llave tiene un nombre, pero seguro que así también se me entiende. ;-) Así que compré un par de kits en el Leroy Merlín y me puse manos a la obra.
No pensaba que instalar todo esto fuera muy difícil, pero al final, por el frío o por lo que fuera (me temo que ya no tengo tanta fuerza en las manos como hace doce o trece años, que fue la última vez que hice un engance de este tipo) la tarea de introducir las conexiones de tubería en el interior de las gomas se me hizo muy dura. Ya sabéis que son una especie de espigas metálicas que por evidentes razones de seguridad deben quedar muy ajustadas y oponían una gran resistencia a la introducción en el tubo de goma. El caso es que con las manos no adelantaba, ni veía herramienta que me sirviera para aferrar adecauadamente estos objetos, y menos en el reducido espacio del interior de la estufa. Además, tenía miedo de que con algún tipo de alicates pudiera hacer, sin querer, un agujero en la conducción y aquello acabara mal.
Así que probé a lubricarlas con un poco de agua, y luego con un poco de jabón, con malos resultados, supongo que porque en mi casa sólo hay jabón líquido, y era demasiado fluido para permanecer en las áreas de la tubería que quería lubricar. Por eso mismo tampoco usé ningún tipo de lubricante. Sólo me hubiera servido para ponerme las manos resbaladizas y tener aún manos capacidad de agarre con ellas.
Bueno, el caso es que estaba perdiendo la paciencia y no tenía ganas de ir a por ningún nuevo aditamento a la ferretería (estoy seguro de que los expertos de este foro conocerán el nombre de alguna sustancia lubricante con el grado de viscosidad idóneo para esto, y si lo quieren poner, contribuirá a hacer el hilo más interesante) así que estuve pensando qué tenía en la casa que me pudiera servir para la tarea, y de repente se me ocurrió que podía aprovechar las cortezas y el tocino del jamón que me habían regalado para las navidades, que había separado ya del "cuerpo" y tenía por ahí en una bolsa, dentro de otra bolsa y ésta dentro de una caja de madera vieja, el único modo de que estuvieran a salvo de los gatos hasta que llegara el momento de sacar la sarama (la última vez que me descuidé con estos procedimientos, uno de los gatos pilló una lipidosis hepática y me costó el veterinario literalmente a precio de pata de color). La verdad es que tenía tocino para dar y tirar, e incluso jamón, porque por razones médicas me he visto obligado a dejar completamente de lado la grasa y la sal.
Aparentemente, el tocino resultó ser una solución ideal. Lo bastante sólido como para que fuera manejable, lo introduje por todas las áreas de fricción en las espigas metálicas y los tubos de goma. Para colmo de bienes, unido a la corteza, se podía aplicar sin "lubricarte" también las manos, que tenían que tener un buen agarre a la hora de la verdad. Gracias a esta solución casera coloqué todas las gomas, ajustadas a mi gusto, en un par de minutos. Antes de eso, llevaba con esta instalación casi media hora.
Bueno, al final las ajusté tan firmemente como pude, y las estufas funcionan bien y sin dar razones a pensar que la instalación sea insegura, pero hay un problema con el olor que me preocupa.
El caso es que ya he dicho que me he visto obligado, por motivos de salud, a evitar determinados excesos en la alimentación y cuando me levanto por la mañana y bajo a la cocina para tomarme la leche desnatada sin café, la avena y las frutitas integrales de los h*evos, y me pongo la estufa para desayunar a gusto y caliente, la puñetera estufa emana un delicioso aroma a bacon churruscadito, sin duda por el tocino que se debe de haber quedado en las conducciones. Un aroma que, de verdad, cuando te estás tomando un desayuno insípido y saludable, se hace duro de soportar. Lo pude aguantar los primeros días, pero han pasado varios días y no se va, y evidentemente, no voy a echar porquerías ambientadoras en un aparato de combustión sin saber muy bien lo que hago, así que os pido consejo. La verdad es que estoy desesperado, y si no pongo la estufa, en la cocina hace un frío que pela.