Es un despropósito quemar los restos vegetales. Con lo fácil que es apilarlos y gestinarlos mínimamente
para convertirlos en tan solo unos meses en un valioso compost, que luego servirá para enriquecer orgánicamente los suelos de la propia finca y de forma GRATUITA. Además, este compost hace que los cultivos crezcan más saludables y resistan mejor a las plagas y enfermedades.
Y si no se quiere emplear en la finca, SE PUEDE VENDER. No faltarán agricultores que lo compren.
Pues no, en España se quema compulsivamente todo, (convirtiendo un recurso en humo y ceniza), para luego comprar abonos químicos, (que no paran de subir de precio ya que para su fabricación se necesita quemar gas natural). Además que estos abonos debilitan los cultivos y los hace demandantes de plaguicidas y de toda una serie de productos químicos, que tiene que comprar el agricultor y que finalmente, terminaremos ingiriendo nosotros, los consumidores.
Y, desde luego, una cosa es la libertad para que cada uno haga con sus recursos lo que quiera, (los desperdicie o les saque partido), y otra cosa es que el gobierno quiera usar el cazurrismo patrio para recaudar pasta a base de multas y financiar así el génaro. Pero, eso ya es otra historia...