La inmensa mayoría de las expropiaciones fueron a la Iglesia. La segunda, la que le llamaban la desamortización civil, igualmente fue principalmente a la Iglesia, aunque se incluyeron propiedades municipales y algunas militares.
La principal idea fue quitarle a la Iglesia sus tierras. Incluso, como mucha gente volvió a donar a la Iglesia propiedades y tierras, de forma voluntaria, en la segunda desamortización, no sólo se les volvió a expropiar las tierras donadas, sino que se prohibió donar a la Iglesia.
La realidad está muy clara, y nada tiene que ver con los manuales escolares.
Y la prueba es que España es el único país en el que el anarquismo fue agrario, porque fueron los campesinos los que más sufrieron las bondades de las expropiaciones. Estos campesinos aprovechaban muchísimo el uso comunal de las tierras, que tradicionalmente eran de la Iglesia.