Alami
Madmaxista
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El president desea dar la bienvenida el miércoles a los asistentes a un foro económico en Barcelona
Los pequeños detalles están poniendo de manifiesto hasta qué punto son malas las relaciones actuales entre el Gobierno español y el catalán. Si el jueves pasado el presidente de la Generalitat, Artur Mas, dio plantón a la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, por un problema de protocolo en un acto organizado por Foment del Treball, a cuenta de quién debía cerrarlo, ahora se plantea un nuevo conflicto sobre la presencia del primer mandatario catalán en la inauguración del I Foro Económico del Mediterráneo Occidental, que se celebrará este miércoles en Barcelona y que presidirá Mariano Rajoy.
Fuentes del Gobierno español hicieron saber el sábado por la noche desde Panamá, antes del regreso del presidente a España, que Artur Mas quería asistir al acto y que el gabinete de Mariano Rajoy se oponía. El I Foro Económico del Mediterráneo Occidental es un grupo de trabajo en el que se analizará la cooperación entre los países del denominado 5+5 y que agrupa a los países de las dos orillas del Mediterráneo. Es decir, el miércoles estarán en Barcelona los ministros de Asuntos Exteriores de España, Portugal, Francia, Italia y Malta por un lado y de jovenlandia, Mauritania, Túnez, Argelia y Libia por otro, además de representantes empresariales, en un encuentro que presidirá el presidente del Gobierno español.
Fuentes del Govern de la Generalitat confirmaron ayer, por su parte, que efectivamente el presidente catalán desea acudir a la reunión que tendrá efecto en el palacio de Pedralbes con la intención de dirigir una salutación de bienvenida a los asistentes, la llamada "bienvenida de cortesía". Y precisaron que la pretensión no tenía nada de extraordinario, porque en ocasiones similares ya se había producido, y como ejemplo más reciente citaron una reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE) el pasado mes de julio en Palma de Mallorca, presidida también Mariano Rajoy, en la que el presidente de Baleares, José Ramón Bauzá, dirigió unas palabras a los asistentes. Todo ello sin olvidar que el 2005 Pasqual Maragall intervino en la cumbre euromediterránea y el 2008 José Montilla en la inauguración de la sede de la Unión por el Mediterráneo.
Pero el Gobierno español, según fuentes de la propia Moncloa, considera que no procede la presencia de Artur Mas en el acto. Una negativa de la que el Govern de la Generalitat no tiene, en cualquier caso, comunicación oficial alguna. De hecho, el rechazo se ha conocido cuando el conseller de Presidència, Francesc Homs, estaba negociando con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, la presencia del presidente de la Generalitat en el acto, y lo continuará intentando hasta el último momento. Mariano Rajoy, sin referirse expresamente al nuevo conflicto suscitado, vino a dar la explicación de porqué su gabinete no quiere la presencia del presidente de la Generalitat en el acto. En la rueda de prensa con que se cerró la Cumbre Iberoamericana de Panamá, el presidente español explicó, al hablar sobre el encuentro del miércoles en Barcelona, que se trata de una "reunión de estados nacionales" y que se celebra en Barcelona porque al Gobierno español le corresponde organizar la cita y así lo decidió.
Una versión que la Generalitat no comporte en absoluto, ya que, según ella, fue el grupo "5+5" el que en una reunión en Malta el 2012 decidió celebrar un foro económico y fueron la Unión por el Mediterráneo y el Instituto Europeo del Mediterráneo (Iemed) los que apostaron por Barcelona. Fuentes del Govern precisan, además, que no se trata de una cumbre de estados, sino de un foro económico y empresarial.
Sobre la posibilidad, con todo, de que Mariano Rajoy aprovechara su visita a Barcelona para mantener un encuentro con Artur Mas, a fin de tratar los conflictos que a raíz del proceso soberanista abierto en Catalunya les enfrentan, vino a decir que él está en otra cosa, "en cosas importantes". Especificó que la reunión será de contenido empresarial y que en ella se tratará de cuestiones como la situación que se está viviendo con la llegada de pagapensiones a la isla de Lampedusa: "De eso es de lo que fundamentalmente vamos a hablar. Yo de lo demás, la verdad, es que no me he ocupado. No tiene sentido, vamos a dedicarnos a cosas que son muy importantes".
En este contexto, toda palabra que pronuncia el presidente español que hable de división o de integración es interpretada como una referencia a Catalunya, como las últimas que pronunció en Panamá antes de regresar a España: "La solución a nuestros problemas pasa por una mayor integración económica y también política", sentenció, a pesar de que la cuestión catalana no salió para nada en ninguna de las reuniones de la Cumbre Iberoamericana.
El Gobierno no quiere a Mas en un acto sobre el Mediterráneo
Los pequeños detalles están poniendo de manifiesto hasta qué punto son malas las relaciones actuales entre el Gobierno español y el catalán. Si el jueves pasado el presidente de la Generalitat, Artur Mas, dio plantón a la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, por un problema de protocolo en un acto organizado por Foment del Treball, a cuenta de quién debía cerrarlo, ahora se plantea un nuevo conflicto sobre la presencia del primer mandatario catalán en la inauguración del I Foro Económico del Mediterráneo Occidental, que se celebrará este miércoles en Barcelona y que presidirá Mariano Rajoy.
Fuentes del Gobierno español hicieron saber el sábado por la noche desde Panamá, antes del regreso del presidente a España, que Artur Mas quería asistir al acto y que el gabinete de Mariano Rajoy se oponía. El I Foro Económico del Mediterráneo Occidental es un grupo de trabajo en el que se analizará la cooperación entre los países del denominado 5+5 y que agrupa a los países de las dos orillas del Mediterráneo. Es decir, el miércoles estarán en Barcelona los ministros de Asuntos Exteriores de España, Portugal, Francia, Italia y Malta por un lado y de jovenlandia, Mauritania, Túnez, Argelia y Libia por otro, además de representantes empresariales, en un encuentro que presidirá el presidente del Gobierno español.
Fuentes del Govern de la Generalitat confirmaron ayer, por su parte, que efectivamente el presidente catalán desea acudir a la reunión que tendrá efecto en el palacio de Pedralbes con la intención de dirigir una salutación de bienvenida a los asistentes, la llamada "bienvenida de cortesía". Y precisaron que la pretensión no tenía nada de extraordinario, porque en ocasiones similares ya se había producido, y como ejemplo más reciente citaron una reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE) el pasado mes de julio en Palma de Mallorca, presidida también Mariano Rajoy, en la que el presidente de Baleares, José Ramón Bauzá, dirigió unas palabras a los asistentes. Todo ello sin olvidar que el 2005 Pasqual Maragall intervino en la cumbre euromediterránea y el 2008 José Montilla en la inauguración de la sede de la Unión por el Mediterráneo.
Pero el Gobierno español, según fuentes de la propia Moncloa, considera que no procede la presencia de Artur Mas en el acto. Una negativa de la que el Govern de la Generalitat no tiene, en cualquier caso, comunicación oficial alguna. De hecho, el rechazo se ha conocido cuando el conseller de Presidència, Francesc Homs, estaba negociando con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, la presencia del presidente de la Generalitat en el acto, y lo continuará intentando hasta el último momento. Mariano Rajoy, sin referirse expresamente al nuevo conflicto suscitado, vino a dar la explicación de porqué su gabinete no quiere la presencia del presidente de la Generalitat en el acto. En la rueda de prensa con que se cerró la Cumbre Iberoamericana de Panamá, el presidente español explicó, al hablar sobre el encuentro del miércoles en Barcelona, que se trata de una "reunión de estados nacionales" y que se celebra en Barcelona porque al Gobierno español le corresponde organizar la cita y así lo decidió.
Una versión que la Generalitat no comporte en absoluto, ya que, según ella, fue el grupo "5+5" el que en una reunión en Malta el 2012 decidió celebrar un foro económico y fueron la Unión por el Mediterráneo y el Instituto Europeo del Mediterráneo (Iemed) los que apostaron por Barcelona. Fuentes del Govern precisan, además, que no se trata de una cumbre de estados, sino de un foro económico y empresarial.
Sobre la posibilidad, con todo, de que Mariano Rajoy aprovechara su visita a Barcelona para mantener un encuentro con Artur Mas, a fin de tratar los conflictos que a raíz del proceso soberanista abierto en Catalunya les enfrentan, vino a decir que él está en otra cosa, "en cosas importantes". Especificó que la reunión será de contenido empresarial y que en ella se tratará de cuestiones como la situación que se está viviendo con la llegada de pagapensiones a la isla de Lampedusa: "De eso es de lo que fundamentalmente vamos a hablar. Yo de lo demás, la verdad, es que no me he ocupado. No tiene sentido, vamos a dedicarnos a cosas que son muy importantes".
En este contexto, toda palabra que pronuncia el presidente español que hable de división o de integración es interpretada como una referencia a Catalunya, como las últimas que pronunció en Panamá antes de regresar a España: "La solución a nuestros problemas pasa por una mayor integración económica y también política", sentenció, a pesar de que la cuestión catalana no salió para nada en ninguna de las reuniones de la Cumbre Iberoamericana.
El Gobierno no quiere a Mas en un acto sobre el Mediterráneo
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