O abortar es como soltar, o abortar es apiolar a un niño. No sé dónde puede estar exactamente un punto intermedio entre estas dos posturas. Pero esta polémica esconde, entre otras cosas, lo que Sartre llamó la "mala conciencia". Porque si abortar "es como soltar", entonces, enséñame, enséñame ecografías, que a mí me da igual, como si me haces oir el motor de un Tamagochi. Si necesito obviar mis reservas jovenlandesales, por pequeñas que sean y profundas que estén, mal asunto, porque esas reservas, más tarde o más temprano, aparecerán. Concretando: conozco, por morivos que no vienen al caso, a dos mujeres que abortaron. No voy a decir que se arrepienten, porque ellas no lo dicen, pero no están ni contentas ni orgullosas.
Y hay otra cuestión a las que responder, que es la fundamental: ¿son buenos los hijos? ¿sí o no? Porque entonces, y aún garantizando el "derecho" al aborto, no debería haber nada de malo en defender el nacimiento de hijos, como no lo hay en favorecer las adopciones o las donaciones de órganos, o las donaciones de sangre, o en prevenir las muertes por tabaquismo o por conducciòn bajo los efectos del alcohol. Cada vez entiendo menos y pienso que el mundo se ha vuelto loco...
Y hay otra cuestión a las que responder, que es la fundamental: ¿son buenos los hijos? ¿sí o no? Porque entonces, y aún garantizando el "derecho" al aborto, no debería haber nada de malo en defender el nacimiento de hijos, como no lo hay en favorecer las adopciones o las donaciones de órganos, o las donaciones de sangre, o en prevenir las muertes por tabaquismo o por conducciòn bajo los efectos del alcohol. Cada vez entiendo menos y pienso que el mundo se ha vuelto loco...