Schadenfreude: palabra del alemán que designa el sentimiento de alegría o satisfacción generado por el sufrimiento, infelicidad o humillación de otro. Cinco rasgos distintivos:
1. Es un placer oportunista que sentimos al toparnos con la desgracia ajena, una desgracia que, por cierto, no hemos causado nosotros.
2. Es una emoción secreta, furtiva, y es que un exceso de alegría ante el mal de otro es contemplado en general por la sociedad como una señal de maldad.
3. A menudo nos permitimos sentirlo porque pensamos que la persona en cuestión merece un castigo: por su hipocresía, por quebrantar la ley, etc.
4. Puede ser vivida como un alivio, ya que los fallos ajenos pueden suavizar nuestra envidia o baja autoestima, haciéndonos sentir superiores aunque sea por un momento. Nietzsche hablaba de la schadenfreude como “la venganza del impotente”.
5. En general nos la permitimos respecto a incomodidades relativamente pequeñas de las otras personas, no ante desgracias graves o catástrofes importantes, donde lo más natural es que aflore la compasión.