El comunismo en España: la bestia que devoraba a sus hijos

Lo cierto es que el comunismo en España no tuvo suelo en el que crecer. Aquí el suelo no se daba para ese tipo de especies alóctonas. Y por una razón: el comunismo exigía un nivel teórico que aquí nadie estaba dispuesto a alcanzar. Anda ya, nos vamos a meter tres tomos de El capital, La ideología alemana, Feuerbach y su pastelera progenitora. Vais dados. Si aquí hasta hace dos décadas hemos tenido a Krause como el gran filósofo del liberalismo español. No me jodáis, por Dios.

España era terreno abonado para el anarquismo: lemas simples, directos, que no requirieran grandes elucubraciones. Ni Dios, ni patria, ni rey. Que, por ser vagos absolutos, sólo copiaron dándole la vuelta a los carlistas. Venga, con eso valía.

Cuando se produjo la fundación del PCE en 1921 lo hace por las juventudes porque son los más flipados e intelectualoides. Hasta Bullejos y José Hernández acabaron echando pestes de ellos. Eran una minoría de intelectuales. Cuando llegan las elecciones de febrero de 1936 los comunistas eran cuatro puñeteros gatos. Aquí el bacalao, como siempre, lo ha cortado el PSOE.

El PCE llegó a tener cierta representación y peso durante la guerra, por su voluntad de lucha, pero sobre todo por el apoyo de Moscú. Terminada la guerra, el PCE no fue sino otro satélite más de la URSS, que tenía sus propios objetivos geopolíticos. Todavía no me explico cómo huevones les permitieron en Moscú el proyecto de oleada turística del valle de Arán.

Y durante la dictadura y la tras*ición otro tanto. Algunos creen que con el Eurocomunismo de Berlinguer los partidos comunistas dejaron de recibir órdenes de Moscú. Todo lo contrario. Lo que sucedió a partir de ese momento, como dice Marcelo Gullo, es que pasaron a cobrar en dos divisas: en rublos y en dólares.
 
Hombre, sutil, sutil... se pegó el gustazo de asesinar a Santiago Carrillo en efigie...

Ver archivo adjunto 2190244

Cuenta la leyenda que, tras la publicación de esa novela, hubo realmente un apagón durante un comité central del PCE, y Carrillo soltó: "Manolo, estate quieto".

Hombre lo de la "sutileza" de Montalbán lo decía porque me acuerdo que en una aparición suya en la tele , en la Clave si no recuerdo mal, hablaba de "marxistas de 20 duros" , supongo que burlándose de compañeros suyos comunistas que como mucho leían el Marca, y que recuerde ninguno protestó ni se dió por aludido...

Es un caso parecido a las burlas que hacía Woody Allen de los progres de los 70 en películas como Bananas o Annie Hall, los ponía a caer de un burro, pero lo seguían considerando uno de sus gurús..., o bien es que las críticas eran demasiado sutiles o que las víctimas eran tan sencillas que no se daban cuenta (o quizas las dos cosas roto2).
 
Hombre lo de la "sutileza" de Montalbán lo decía porque me acuerdo que en una aparición suya en la tele , en la Clave si no recuerdo mal, hablaba de "marxistas de 20 duros" , supongo que burlándose de compañeros suyos comunistas que como mucho leían el Marca, y que recuerde ninguno protestó ni se dió por aludido...

Es un caso parecido a las burlas que hacía Woody Allen de los progres de los 70 en películas como Bananas o Annie Hall, los ponía a caer de un burro, pero lo seguían considerando uno de sus gurús..., o bien es que las críticas eran demasiado sutiles o que las víctimas eran tan sencillas que no se daban cuenta (o quizas las dos cosas roto2).

A los del PCE mas bien les daba miedo expulsarlo, porque si ya rajaba así siendo afiliado del Partido, expulsándolo se iba a poner peor.

De todos modos, Vázquez Montalbán fue burlón con sus correligionarios, pero era una crítica con cariño. Con quien de verdad tuvo mala leche fue con los disidentes, como Manuel Sacristán, a cuyo alter ego si tacha de mala persona sin paliativos en "Asesinato en el Comité Central".
 
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