El cojo banderillas dice que la inmi gración NO es dirigida por élites globalistas a dos semanas de las elecciones

RazingerZ

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Francia entierra dos mitos: el "multiculturalismo" y las "élites globalistas" - Federico Jiménez Losantos - Libertad Digital

Pero todo ese trabajoso y sutil edificio se viene abajo cuando la raíz del Estado, la legitimidad de la violencia, es atacada y la división interna de la comunidad política le impide de hecho defenderse. Eso pasa en Francia, un Estado que reúne tantas singularidades en su actual composición social que, por comodidad intelectual, suele zanjarse condenando la inmi gración ilegal y la importación de mano de obra extranjera por las élites globalistas.



La burocracia europea y las "élites globalistas"
Nada más fácil de creer que la conspiración de un minúsculo grupo de personas poderosas que maquinan cómo dominar y arruinar a una buena gente acostumbrada a un modo de vida reconocido y respetable. Esa sería la conjura de las "élites globalistas" cuyo perfecto representante es Macron. Que existe un poderoso movimiento neocomunista que con el cambio climático como escudo está destruyendo la agricultura y la ganadería desde la burocracia de Bruselas y con la Agenda 2030 como catecismo es cierto. Que esas élites controlen o dirijan el proceso de inmi gración generalizada y la feudalización de los estados nacionales europeos es, en cambio, falso. Como todos los colectivismos, el empuje inicial tiene efectos indeseados. Y el primero es el de la pérdida del poder para controlar ese proceso social. Si alguien encarna perfectamente la falta de autoridad, de recursos y de una estrategia ante la doble rebelión, comunista e islamista, ese es Macron. No hay quien represente el centrismo blandiblú, de millonario progre, como él. Y por eso mismo nada demuestra que lo que se teorizó como globalización está produciendo justo el efecto contrario: la feudalización de la sociedad.

Es preciso, por tanto, un mínimo de coherencia intelectual. No se puede decir que las naciones como Francia están siendo invadidas por la avalancha de ilegales, mano de obra barata que arrebata su trabajo a los franceses. cuando hace tiempo que los franceses rechazan esos trabajos. Si pasa en Andalucía y Extremadura, cómo no va a pasar en Marsella y París.

Pero la monstruosa legiferación de Bruselas contra el sector primario de los países de la UE es fruto de la estafa intelectual del clima y de algo nada intelectual: la corrupción de la política por la mafia de las renovables. Es un pequeño sector que vive del pelotazo recalificador de los políticos y que se legitima por la publicidad de lo ecosostenible y lo megarenovable. Sin embargo, lo que produce no es una sociedad dura pero eficiente, como la industrial frente al alarmismo ludita, sino ineficiente como la esclavista. Se trata de una burbuja financiera que no obedece a criterios económicos sino políticos, de imagen y de manipulación de masas, no siempre forzada. Y hay que combatirla como lo que es: una estrategia de señoritos gente de izquierdas que buscan que se les perdone su fortuna fingiéndose amigos del planeta. El de los personajes, porque a lo que aboca el ecologismo rojo es al decrecimiento económico, o sea, al empobrecimiento, que también empobrece a los ricos.

Los ricos que promueven el decrecimiento económico
Los aspectos ideológicos y totalitarios de la Agenda 2030, sobre la que llevo escribiendo aquí desde hace años, nos vienen ocultando lo que tiene de improvisado y de ruinoso, como toda ingeniería social. Ni Macron, ni Bildeberg, ni Bill Gates, ni siquiera Xi Jinping controlan la mutación de Europa en Eurabia, proceso que en Francia lleva siete décadas. Lo mismo sucede en España. No hay élites globalistas sino un hampa del pelotazo que no promueve la globalización, sino la fragmentación de los estados nacionales, y no en favor de un Nuevo Orden Mundial sino de un desorden que arruina a los mismos que fingen que lo controlan y no controlan nada. Francia es la prueba. No existe una gran conspiración contra Occidente. Lo que hay es una abdicación de los principios que hicieron de Occidente el faro del progreso y la libertad en todo el mundo. A eso debemos volver o sobre eso debemos pensar. La masonería vegana no tiene media torta. La recuperación de la jovenlandesal del trabajo y el esfuerzo es bastante más difícil.


Cojo, lgtb y feo como el malo
 
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