Con las gafas de Orwell diría que muerto Paco el Granjero, se instalaron en las poltronas de su residencia un buen lote de berracos que formaban parte del aparato del Estado franquista.
Los años de tras*ición de régimen no fueron los peores, Franco palmó habiendo criado más demócratas de vocación que los 45 años de democracia posteriores.
Los herederos del franquismo ideológico se han conformado como un tinglado corporativo que pretende abarcar todo el escalafón de los servidores públicos. Eso sí, los animales de la piara corporativa son más iguales que el resto de los animales de la granja y, por supuesto, los berracos solo son iguales a si mismos, y disponen de la vida y hacienda de todos los demás.
Pos así estamos, el único Poder, al que se refiere como tal la Constitución Española, nos ha regalado un monigote que puede hacer y decir lo que le salga de su resiliencia, no se suelta ni con lejía y la varanada infecta de los komodos de la prensa, babea genuflexa ante su memo lindo que les arroja restos de cabra que descuartizan con sus fauces.
Esas gafas me hacen ver al memo como el enviado de los berracos al que, en cualquier momento, arrojarán por un despeñadero electoral como expiación catártica de sus aberrante proceder. Mientras, ejerce como su representante ante la marranada que conforma su gobierno que, también por supuesto, son despeñados con la misma catártica indiferencia.
Si miro con esas gafas para los USA, me da la sensación de que su democracia fue un sueño de verano de cuatro cabezones de piedra.
Si los ciudadanos norteamericanos quieren cambiar algo tendrán que imitar a Suarez y, en su caso, tendrán que votar en Israel.