castguer
Madmaxista
Estábamos en navidades y me enteré por el borracho que vivía calle arriba, y que lo hacía todos los años, que contrataban a cualquiera que se presentase, así que fui y lo siguiente que supe fue que tenía una saca de cuero a mis espaldas y que me dedicaba a pasear a mis anchas. Vaya un trabajo, pensé. ¡Tirado! Sólo te daban una manzana o dos y si te las arreglabas para terminar, el cartero regular te asignaba otra manzana para repartir el correo, o también podías volver y el jefe te mandaba a otra parte, pero lo mejor que podías hacer era tomarte tu tiempo y meter relajadamente las tarjetas de Navidad en los buzones.
Creo que fue en mi segundo día como auxiliar de Navidad cuando esta mujerona salió y se puso a andar a mi lado mientras yo repartía las cartas. Cuando digo mujerona me refiero a que tenía un pompis y unas berzazas y en general era grande en todos los lugares adecuados. Parecía estar un poco chiflada, pero me ponía a mirar su cuerpo y no me importaba demasiado.
Hablaba y hablaba y hablaba. Entonces salió la cosa.
Su marido trabajaba en una isla lejana y se sentía sola, ya sabes, y vivía en aquella casita de allá atrás, toda para ella.
-¿Qué casita? -pregunté.
Ella escribió la dirección en un pedazo de papel.
-Yo también estoy solo -dije-, me pasaré esta noche y charlaremos.
Yo estaba liado con una tipa, pero ella a veces desaparecía durante unos días y yo realmente me sentía solo. Solo y deseoso de aquel ojo ciego que tenia a mi lado.
-De acuerdo -dijo ella-, te veré esta noche.
Estuvo bien, tenía .......................................(ver foto)................El cartero | Agarttha
Creo que fue en mi segundo día como auxiliar de Navidad cuando esta mujerona salió y se puso a andar a mi lado mientras yo repartía las cartas. Cuando digo mujerona me refiero a que tenía un pompis y unas berzazas y en general era grande en todos los lugares adecuados. Parecía estar un poco chiflada, pero me ponía a mirar su cuerpo y no me importaba demasiado.
Hablaba y hablaba y hablaba. Entonces salió la cosa.
Su marido trabajaba en una isla lejana y se sentía sola, ya sabes, y vivía en aquella casita de allá atrás, toda para ella.
-¿Qué casita? -pregunté.
Ella escribió la dirección en un pedazo de papel.
-Yo también estoy solo -dije-, me pasaré esta noche y charlaremos.
Yo estaba liado con una tipa, pero ella a veces desaparecía durante unos días y yo realmente me sentía solo. Solo y deseoso de aquel ojo ciego que tenia a mi lado.
-De acuerdo -dijo ella-, te veré esta noche.
Estuvo bien, tenía .......................................(ver foto)................El cartero | Agarttha