Ejjj que el bichito no ejjixte...Campeon de ciclismo derroido por el inexistente bichito.

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Alfonso Cabello recibe a MARCA en su casa a las afueras de Pozoblanco (Córdoba). Aprieta el sol y nos refugiamos en la sombra de su porche para realizar la entrevista, a pocos metros de una carretera en la que apenas hay tráfico y en la que el bicampeón paralímpico del kilómetro (Londres 2012 y Tokio 2020) y siete veces oro mundial(seis individuales y una por equipos) ha vuelto a entrenar a diario -sólo lo hace en velódromo durante las concentraciones- tras superar un auténtico calvario. Desde que en diciembre de 2021 tuvo el el bichito-19, ha estado casi dos años sin poder competir debido a sus secuelas. Le diagnosticaron el bichito persistente.


"Me ha cambiado muchísimo la vida. Cuando di positivo no tenía síntomas, pero dos días después me puse súper malo, estuve cinco días con 39,5 de fiebre", cuenta. Volvió a entrenar de forma progresiva, muy suave, pero algo no iba bien. "Estaba a unos niveles de rendimiento muy por debajo de lo normal en mí en cualquier momento de pretemporada", recuerda. Estaba entre un 15% y un 20% por debajo de su rendimiento habitual.

Tras varias pruebas llegó el diagnóstico: el bichito persistente. Él quería llegar a toda costa al Mundial del año pasado en París, en el mismo velódromo en el que el próximo año serán los Juegos Paralímpicos, pero a dos semanas de competir su cuerpo dijo basta. "No podía prácticamente ni montar en bici, no descansaba por las noches, no dormía, sonaba el despertador y no podía ni levantarme, no tenía apetito... Caí súper enfermo y por más que intentaba llegar, no podía", explica.


Como una persona de 90 años
A lo que más le afectó fue al tras*porte de oxígeno a nivel celular. "Mi saturación era la de una persona de 90 años (tiene 29). Un día entrenaba bien y al siguiente estaba totalmente derrotado, no podía sacar el entreno adelante o, si lo sacaba, era sufriendo muchísimo. Tuve que estar cinco meses completamente parado, sin hacer nada de deporte, esperando a que mi cuerpo retornase a valores normales", confiesa.


Desde que con nueve años participase por primera vez en una carrera cicloturista en su pueblo natal (La Rambla, Córdoba), nunca se había bajado de la bici. Estar cinco meses sin poder hacer absolutamente nada y casi dos años sin competir -desde Tokio 2020 hasta el campeonato de España del pasado mes de junio- ha sido duro a nivel mental.


"Psicológicamente te mina, ya no solo físicamente. Los deportistas lidiamos con el cansancio, pero no con el cansancio extremo que yo tenía. Para mí fueron meses muy complicados, no sabía qué hacer, no sabía cómo afrontarlo. Porque si es una lesión te pueden decir más o menos el tiempo de baja, pero el el bichito persistente afecta a cada persona de una manera totalmente distinta. Esa incertidumbre te mata", explica al recordar lo difícil que ha sido gestionar la incertidumbre durante tantos meses.

Descanso y medicina hiperbárica
La terapia durante esos cinco meses fue combinar el descanso con la medicina hiperbárica. A diario iba a tratamiento en una cámara presurizada con un ambiente de 100% oxígeno cuyo beneficio, entre otros, es la regeneración celular. Este tratamiento, por ejemplo, se usa en casos de fatiga crónica y potencia la capacidad natural de recuperación del cuerpo incrementando hasta 22 veces la cantidad de oxígeno que trasporta la sangre
Pero que hace usted fuera de mi ignore a estas alturas? Vamos, hombre!
 
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