Cilindrin
Himbersor
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- ¿Que no esta buena? ¿Pero tu eres gai o que shishi te pasa?
- No se, bro, le sobra medio kilo.- me responde el toallas.
- La mina no le gusta porque no tiene bigote.- asevera el pajaro tumbado en el sofa con un libro de Nietzsche en las manos, desde el otro extremo de la sala de estar del ovni.
@Toallin se encoge de hombros y murmura un "c'est la vi" con nulo acento frances.
- Bueno, da igual, he quedado ahora con ella y calculo que en no mas de 5 minutos me la estare traginando. Anda, que os den mucho por donde amargan los pepinos.- les respondo sin acritud.
Me teletransporto en el tanatorio donde trabaja la chavala, que se llama Josefina pese a ser mujer. Ella trabaja en recepcion y al verme me dice que en 10 minutos acaba y que la espere.
Me he puesto una americana que mangue a un petulante el otro dia que entre en un bar a miccionar sin consumir, aunque al final acabe cagando tambien, y ya puestos me lleve todos los rollos de papel de ojo ciego que pude meterme debajo del jersey polar Ketchua del Decathlon.
La americana es oscura y le he puesto el pin de Barcelona92, y me veo bastante dandi. Aprovecho para sisar una rosa de una pompa funebre, que le dare a Josefina para impresionarla y que se baje las ropa interior mas rapidamente, que yo lo que quiero es un blitzkrieg de meterla.
Total, que como hace calor me quito la americana y la dejo encima del respaldo de una butaca donde me siento a esperar.
El problema es que me vienen unos retortijones del kebab que me he comido hace un rato. Eso nunca me sucede con los Whoopers, pero acostumbra a pasar cob los kebabs de los pakis, asi que me piro a soltar rapido, que no quiero hacerla esperar, no vaya a ser que se lo piense mejor y me deje plantado o me de calabazas.
Al volver no hay ni rastro de la chaqueta. Me pongo nervioso porque tambien llevo la navaja automatica en el bolsillo de la americana. Entro en todas las salas del tanatorio, y como voy un poco acalorado voy dando gritos y exigiendo cosas a los que me voy encontrando.
- ¿Quien palos me ha robado la chaqueta?
- Por favor, un respeto que estamos velando a Ramoncin, nuestro hijo de 9 años a quien atropello un YouTuber que hace reviews de coches.- me cuenta una progenitora al limite de la sobredosis de tranquimazin.
- ¿A mi que me cuenta señora? O sale mi chaqueta o aqui van a haber palos como panes.- declaro de forma vehemente. Cabe decir que voy un poco mamado de orujo que ha destilado Paquito el acondroplásico acondroplasico.
Entro en otra sala y ahi veo un difunto con mi americana. Me abalanzo sobre el ataud y le intento quitar la americana, pero el brazo del muerto aprieta el pin y se teletransporta al ovni.
Los familiares que velan al muerto empiezan a gritar como locos.
- ¿Que ha hecho con Manolo?- me pregunta desesperada una vieja de los visillos con el pelo corto y teñido de pardo claro.
- Lo he mandado a tomar por ojo ciego, señora,- e intentando tranquilizarla- seguro que vuelve en unos instantes, que no creo que mi pandilla se lo quede. Si fuese una mujer prieta cadaverica con pocas horas de muerta, otro gallo cantaria, pero no tenemos gaies a bordo, aunque al portugues le gusten con bigote, no le gustan con platano. ¿Me entiende?
La señora palidece y muere de forma fulminante. El resto de familiares y conocidos entra en colera. Yo no puedo huir de ahi ni defenderme con mi navaja. Me veo linchado y con un pneumatico en llamas en el cuello, aunque no he visto ningun neցro en el tanatorio.
De repente, cae en el patio interior el cadaver del muerto teletransportado y queda hecho papilla, salpicando a todo el mundo alrededor.
La americana aparece en el ataud, teletransportada, asi que me la calzo e intento salir de ahi, que lo que yo quiero es meterla en caliente y esas movidas mortuorias no van conmigo.
Salgo de esa sala pero me persiguen los familiares de Manolo.
Me meto en la trastienda del tanatorio y me escondo sin pensarlo en un ataud que veo abierto. Casualmente es el ataud de una mujer recientemente finada de muy buen ver, aunque le faltan berzas.
Saco la petaca que me ha llenado de orujo el acondroplásico y me la trago de golpe, porque me da algo de yuyu la situacion.
Grave error. Me sube el orujo cosa mala y me desinhibide, y me acaba entrando un calenton orate. Empiezo a meterle mano a la mujer y ls desnudo para verle las berzas y si va depilada o con felpudo.
A todo esto alguien mueve el ataud y lo deja en otra sala del velatorio. Oigo muchas voces.
Como temo ser descubierto, decido amarme al cadaver rapidamente. La cosa cuesta y hay que meterle uns de saliva que flipas, pero acaba entrando.
Poco dura la alegria en casa de los pobres. Abren el ataud y veo mas caras desencajadas y miradas de repruebo asesinas.
Hay que huir.
De un salto salgo de la sala, y ahora me persiguen los familiares de la mujer. Los familiares de Manolo, que tambien me estaban buscando, se unen a la comitiva.
Me temo lo peor: no podre amarme a Josefina.
Salto encima del mostrador y me abalanzo sobre ella, que estaba al telefono, seguramente llamando a la policia y a una ambulancis, debido a los hechos acontecidos.
La agarro fuerte y le doy al pin.
Una vez en el ovni la llevo a mi cuarto y consigo que me la chupe, pero me dice que nota un sabor muy raro.
Raro, dice... ¡Raro no! ¡Es sabor a schoscho de mujer en descomposicion mezclado con babas y restos de orujo!
- No se, bro, le sobra medio kilo.- me responde el toallas.
- La mina no le gusta porque no tiene bigote.- asevera el pajaro tumbado en el sofa con un libro de Nietzsche en las manos, desde el otro extremo de la sala de estar del ovni.
@Toallin se encoge de hombros y murmura un "c'est la vi" con nulo acento frances.
- Bueno, da igual, he quedado ahora con ella y calculo que en no mas de 5 minutos me la estare traginando. Anda, que os den mucho por donde amargan los pepinos.- les respondo sin acritud.
Me teletransporto en el tanatorio donde trabaja la chavala, que se llama Josefina pese a ser mujer. Ella trabaja en recepcion y al verme me dice que en 10 minutos acaba y que la espere.
Me he puesto una americana que mangue a un petulante el otro dia que entre en un bar a miccionar sin consumir, aunque al final acabe cagando tambien, y ya puestos me lleve todos los rollos de papel de ojo ciego que pude meterme debajo del jersey polar Ketchua del Decathlon.
La americana es oscura y le he puesto el pin de Barcelona92, y me veo bastante dandi. Aprovecho para sisar una rosa de una pompa funebre, que le dare a Josefina para impresionarla y que se baje las ropa interior mas rapidamente, que yo lo que quiero es un blitzkrieg de meterla.
Total, que como hace calor me quito la americana y la dejo encima del respaldo de una butaca donde me siento a esperar.
El problema es que me vienen unos retortijones del kebab que me he comido hace un rato. Eso nunca me sucede con los Whoopers, pero acostumbra a pasar cob los kebabs de los pakis, asi que me piro a soltar rapido, que no quiero hacerla esperar, no vaya a ser que se lo piense mejor y me deje plantado o me de calabazas.
Al volver no hay ni rastro de la chaqueta. Me pongo nervioso porque tambien llevo la navaja automatica en el bolsillo de la americana. Entro en todas las salas del tanatorio, y como voy un poco acalorado voy dando gritos y exigiendo cosas a los que me voy encontrando.
- ¿Quien palos me ha robado la chaqueta?
- Por favor, un respeto que estamos velando a Ramoncin, nuestro hijo de 9 años a quien atropello un YouTuber que hace reviews de coches.- me cuenta una progenitora al limite de la sobredosis de tranquimazin.
- ¿A mi que me cuenta señora? O sale mi chaqueta o aqui van a haber palos como panes.- declaro de forma vehemente. Cabe decir que voy un poco mamado de orujo que ha destilado Paquito el acondroplásico acondroplasico.
Entro en otra sala y ahi veo un difunto con mi americana. Me abalanzo sobre el ataud y le intento quitar la americana, pero el brazo del muerto aprieta el pin y se teletransporta al ovni.
Los familiares que velan al muerto empiezan a gritar como locos.
- ¿Que ha hecho con Manolo?- me pregunta desesperada una vieja de los visillos con el pelo corto y teñido de pardo claro.
- Lo he mandado a tomar por ojo ciego, señora,- e intentando tranquilizarla- seguro que vuelve en unos instantes, que no creo que mi pandilla se lo quede. Si fuese una mujer prieta cadaverica con pocas horas de muerta, otro gallo cantaria, pero no tenemos gaies a bordo, aunque al portugues le gusten con bigote, no le gustan con platano. ¿Me entiende?
La señora palidece y muere de forma fulminante. El resto de familiares y conocidos entra en colera. Yo no puedo huir de ahi ni defenderme con mi navaja. Me veo linchado y con un pneumatico en llamas en el cuello, aunque no he visto ningun neցro en el tanatorio.
De repente, cae en el patio interior el cadaver del muerto teletransportado y queda hecho papilla, salpicando a todo el mundo alrededor.
La americana aparece en el ataud, teletransportada, asi que me la calzo e intento salir de ahi, que lo que yo quiero es meterla en caliente y esas movidas mortuorias no van conmigo.
Salgo de esa sala pero me persiguen los familiares de Manolo.
Me meto en la trastienda del tanatorio y me escondo sin pensarlo en un ataud que veo abierto. Casualmente es el ataud de una mujer recientemente finada de muy buen ver, aunque le faltan berzas.
Saco la petaca que me ha llenado de orujo el acondroplásico y me la trago de golpe, porque me da algo de yuyu la situacion.
Grave error. Me sube el orujo cosa mala y me desinhibide, y me acaba entrando un calenton orate. Empiezo a meterle mano a la mujer y ls desnudo para verle las berzas y si va depilada o con felpudo.
A todo esto alguien mueve el ataud y lo deja en otra sala del velatorio. Oigo muchas voces.
Como temo ser descubierto, decido amarme al cadaver rapidamente. La cosa cuesta y hay que meterle uns de saliva que flipas, pero acaba entrando.
Poco dura la alegria en casa de los pobres. Abren el ataud y veo mas caras desencajadas y miradas de repruebo asesinas.
Hay que huir.
De un salto salgo de la sala, y ahora me persiguen los familiares de la mujer. Los familiares de Manolo, que tambien me estaban buscando, se unen a la comitiva.
Me temo lo peor: no podre amarme a Josefina.
Salto encima del mostrador y me abalanzo sobre ella, que estaba al telefono, seguramente llamando a la policia y a una ambulancis, debido a los hechos acontecidos.
La agarro fuerte y le doy al pin.
Una vez en el ovni la llevo a mi cuarto y consigo que me la chupe, pero me dice que nota un sabor muy raro.
Raro, dice... ¡Raro no! ¡Es sabor a schoscho de mujer en descomposicion mezclado con babas y restos de orujo!
