jam14
Madmaxista
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Draghi pide a Europa que conteste a la agonía de la globalización con más intervencionismo...
El expresidente del BCE ultima el informe que la UE le ha encargado sobre la competitividad europea. Avisa de que la tras*ición verde y tecnológica será costosa y que hará falta tolerar más inflación para financiarla.
La economía europea surca aguas procelosas. Afronta serios problemas de competitividad por los mayores costes de la energía, ha quedado rezagada en el campo de la innovación y la tecnología, y padece una crisis de modelo industrial. El horizonte puede incluso empeorar si Donald Trump gana las elecciones, impone medidas proteccionistas y deja a Europa desasistida en Ucrania. En este contexto preñado de malos presagios, la UE ha encargado al expresidente del BCE y ex primer ministro de Italia, Mario Draghi, que elabore un informe sobre sobre la competitividad europea. Esta es la cuestión que preocupa ahora a las autoridades del continente.
Draghi ya ha avanzado algunas líneas de su trabajo, que se publicarán en junio, a los ministros de Finanzas de la UE. Y ha desarrollado sus argumentos en una intervención que hizo hace unos días en Estados Unidos ante la asociación de economistas de empresas. El discurso es rompedor en tanto que deja entrever la agonía de la globalización como se había entendido en las últimas décadas; defiende un mayor intervencionismo con ayudas a las empresas y una relajación de las reglas de competencia; prevé una mayor tolerancia con la inflación para financiar, por una parte, la tras*ición verde y tecnológica y, por otra, hacer frente a los futuros shocks que se van a generar en un mundo sin los colchones de la globalización y en el que será más difícil salir de las crisis exportando. Aunque a largo plazo mejorarán la productividad, las inversiones verdes se hacen en general para sustituir fuentes de energía y no para mejorar el rendimiento de la economía. Estas son algunas pinceladas del diagnóstico que dibuja Draghi.
Los bancos centrales, la Comisión o los servicios de Competencia no podrán estar separados de los objetivos de la política europea. Aunque mantengan su independencia, tendrán que unir fuerzas con los gobiernos para servir los propósitos de esta. Subyace, por tanto, una cierta idea de que la política monetaria tendrá que flexibilizarse para que la fiscal pueda invertir. Hará falta mucho dinero y una capacidad fiscal común, advierte Draghi.
El expresidente del BCE ultima el informe que la UE le ha encargado sobre la competitividad europea. Avisa de que la tras*ición verde y tecnológica será costosa y que hará falta tolerar más inflación para financiarla.
La economía europea surca aguas procelosas. Afronta serios problemas de competitividad por los mayores costes de la energía, ha quedado rezagada en el campo de la innovación y la tecnología, y padece una crisis de modelo industrial. El horizonte puede incluso empeorar si Donald Trump gana las elecciones, impone medidas proteccionistas y deja a Europa desasistida en Ucrania. En este contexto preñado de malos presagios, la UE ha encargado al expresidente del BCE y ex primer ministro de Italia, Mario Draghi, que elabore un informe sobre sobre la competitividad europea. Esta es la cuestión que preocupa ahora a las autoridades del continente.
Draghi ya ha avanzado algunas líneas de su trabajo, que se publicarán en junio, a los ministros de Finanzas de la UE. Y ha desarrollado sus argumentos en una intervención que hizo hace unos días en Estados Unidos ante la asociación de economistas de empresas. El discurso es rompedor en tanto que deja entrever la agonía de la globalización como se había entendido en las últimas décadas; defiende un mayor intervencionismo con ayudas a las empresas y una relajación de las reglas de competencia; prevé una mayor tolerancia con la inflación para financiar, por una parte, la tras*ición verde y tecnológica y, por otra, hacer frente a los futuros shocks que se van a generar en un mundo sin los colchones de la globalización y en el que será más difícil salir de las crisis exportando. Aunque a largo plazo mejorarán la productividad, las inversiones verdes se hacen en general para sustituir fuentes de energía y no para mejorar el rendimiento de la economía. Estas son algunas pinceladas del diagnóstico que dibuja Draghi.
Los bancos centrales, la Comisión o los servicios de Competencia no podrán estar separados de los objetivos de la política europea. Aunque mantengan su independencia, tendrán que unir fuerzas con los gobiernos para servir los propósitos de esta. Subyace, por tanto, una cierta idea de que la política monetaria tendrá que flexibilizarse para que la fiscal pueda invertir. Hará falta mucho dinero y una capacidad fiscal común, advierte Draghi.
Draghi pide a Europa que conteste a la agonía de la globalización con más intervencionismo
El expresidente del BCE ultima el informe que la UE le ha encargado sobre la competitividad europea. Avisa de que la tras*ición verde y tecnológica será costosa y que hará falta tolerar más inflación para financiarla
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