Dostoyevski, profeta del globalismo

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Dostoievski, retratado por Vasili Perov en 1872
Por Alfonso de la Vega.- Siempre es conveniente observar las cosas con perspectiva histórica y apertura de mente. Podemos contar con la inestimable ayuda de los grandes genios de la cultura, que son como los cuásares que nos iluminan con su luz entre tanta tiniebla dominante. No es extraño el actual proceso de erradicación premeditada del arte la cultura en la educación, pues el enemigo sabe muy bien lo que le sirve a la humanidad. Para intentar entender mejor este repruebo a la civilización, europea en general y cristiana en particular, por parte de gentes del mismo establecimiento, acaso convenga releer algunas de las obras más clarificadoras de autores como el gran Fiódor Dostoyevski. Por ejemplo, Demonios o Endemoniados, que de ambas formas ha sido traducida al español. Ya lo hemos comentado en otras ocasiones pero creo que conviene hacerlo por su extraordinaria y clarificadora lucidez. Refleja muy bien la influencia del satanismo en las ideas y organizaciones políticas y terroristas anteriores y presentes. Porque aunque muchos no lo quieran admitir existe un factor espiritual fundamental en esta crisis del siglo XXI.
Lo que nos planteaba en esa obra el gran escritor humanista ruso hace ya un siglo y medio se está cumpliendo con gran precisión en estos tiempos de zozobra y gran tribulación, en los que, por los temores magnificados por la prensa encanallada con la esa época en el 2020 de la que yo le hablo o la crisis ucraniana como pretextos, la amenaza de la dictadura comunista se cierne cada vez de modo más probable en el calamitoso reino de España. Una cleptocracia dirigida hacia el abismo. Sí. Se manifiesta ahora en toda su crudeza por la causa desencadenante o catalizadora de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo o la crisis ucraniana, pero es debido a muchos años de incuria y a la estulticia culpable de muchos de nuestros próceres empezando por nuestros propios frívolos “zares” y su degradada Corte, sin olvidar a la izquierda instrumento de la oligarquía y los monopolios, al servicio de financieros, grandes empresarios y otros dirigentes.
La obra Demonios no fue bien recibida, en general, acaso porque explicaba demasiado bien lo que la clase dirigente también entonces se negaba a aceptar. Para otros se trataba de simples calumnias. Muchos años después, ya a principios del siglo XX, el comunista Gorki pretendía que: “Los demonios es el más perverso, y el más talentoso, de todos los intentos por difamar el movimiento revolucionario de la década de los setenta”. Pero, visto lo visto, ¿tenía razón Máximo Gorki con lo de la supuesta difamación?
Con extraordinaria lucidez, Dostoyevski supo ver las terribles consecuencias devastadoras del nihilismo; hoy disimulado, aunque yacente, en el neomarxismo cultural. El instrumento de devastación que sustituye a la lucha de clases del marxismo convencional y es promovido también por la plutocracia globalista.
Medio siglo después de la aparición del libro, los descendientes de esa burguesía, entonces tan crítica con el libro, se huyeron de la Rusia bolchevique. Es posible –aún se está a tiempo de evitarlo— que lo mismo pase aquí también, con nuestro rey huyendo el primero después de sancionar leyes inicuas, para salvar su vida y hacienda. Y es que una de las primeras cuestiones a lograr por el proceso revolucionario es tener un rey títere y unas instituciones ineptas, y en el fondo cómplices, que narcoticen a su nación impidiéndola reaccionar ante la agresión antes de que sea demasiado tarde. Esto es lo que habría pasado en la Rusia zarista y pudiera ser que es lo que volvería a repetirse en la España borbónica actual.
Características del movimiento:
Pero, en resumen, ¿cuáles serían las principales notas características del movimiento denunciado por Dostoyevski, tan semejante por desgracia al que crece hoy aquí?
Dualidad social. Aristocracia sin muchos horizontes intelectuales; población con pocos económicos; complejo de inferioridad hacia la inteligencia y hacia la cultura extranjera.
Creciente frivolidad en las costumbres. Cierto matriarcado real. Influencia de los revolucionarios sobre la mujer. Ahora, con el ultrafeminismo fanático y violento.
Halago de la vanidad. Utilización de la ambición ajena. Una constante entre la gran mayoría de nuestros dirigentes actuales.
Ateísmo. Nihilismo. Pérdida de referencias jovenlandesales y tradicionales. Feminismo, multiculturalismo, LGTBI, *******astia, aborto, tras*género y degeneración de costumbres.
Considerar el bien o el mal como prejuicios a eliminar en el nuevo orden a imponer.
Ostentación de mala educación y burla de convenciones sociales y de la urbanidad o “buena” educación.
Apocamiento de la derecha: “para el hombre ruso el honor es tan solo una carga superflua”. “Yo aún soy partidario del honor pero solo por la fuerza de la costumbre…”.
Nada de esto estaría pasando aquí, desde luego, sin la complicidad por acción u omisión de la Corona y el resto de instituciones. De una mal llamada oposición; una oposición que apenas se opone al nuevo despotismo. En lo que se refiere a la institución eclesial oficial, con el Vaticano de Bergoglio a la cabeza, su traición, cobardía, silencio y complicidad resultan verdaderamente escandalosos.
Las razones del éxito:
Se explican también las razones del éxito revolucionario nihilista en una sociedad decadente:
Tener un “uniforme” (sentido de la pertenencia, cargos, misiones) y engaño sobre la verdadera realidad de la organización.
Sentimentalismo como elemento de difusión del socialismo.
Los pícaros mondos y lirondos.
El cemento principal: la vergüenza de la propia opinión.
Entendemos que esta última: el no saber o no querer dar la batalla cultural es decisiva.
La organización social futura es descrita por Schigálev:
Habría una fase previa: el Quinquevirato que disimula su condición entre los otros, convertidos en orates útiles, desavisados, o cooperadores necesarios de un proceso que no todos comprenderían en su verdadera naturaleza y alcance.
El NOM se caracterizará por la división de la humanidad en dos partes muy desiguales. Una décima parte de la misma recibirá la libertad personal y un derecho ilimitado sobre las otras nueve partes restantes. Estas vendrán obligadas a perder la personalidad y en convertirse en algo así como un rebaño, y, mediante una obediencia sin límites, alcanzar la primitiva inocencia, por el estilo del primitivo paraíso, aunque de otra parte, tendrán que trabajar. Estas son las últimas intenciones del neomarxismo cultural y su alianza oculta con la plutocracia satanista y *******asta internacional.
Hay medidas para extirpar la voluntad a las otras nueve partes de la humanidad y reducirlas a la condición de rebaño, merced a la educación de generaciones enteras. Puede que una de ellas sea la banderilla mortal, junto a la manipulación de masas y la llamada inteligencia artificial.
Estrategias instrumentales de los sediciosos:
1. Usar lo que pasa (por ejemplo una revuelta o protesta laboral por la corrupción del administrador de su fábrica) para los propios fines, apropiándose de sucesos como algo premeditado e inducido por ellos. Sin embargo, no se aplica la misma vara de medir en el caso de la corrupción y los delitos propios.
2. Provocar tumultos.
3. Agentes demoledores profesionales y sociales que, sin saberlo conscientemente, trabajan para el desarrollo de la causa minando la jovenlandesal y cohesión social. Resulta habitualmente bochornoso el papel de la prensa, judicatura, universidades y colegios profesionales.
4. El crimen ya no es una locura sino un deber. El Dios ruso ha huido ante el alcohol.
5. Una o dos generaciones depravadas son ahora indispensables. De una depravación inaudita, ruin, en la que el hombre se convierta en un ser poco agradable, fistro, cruel, egoísta…
6. Recurriremos al incendio, echaremos a volar leyendas…
7. Comprometer a los socios y simpatizantes con algún crimen para chantaje y cierre de solidaridad, aunque sea a la fuerza.
8. Fomentar la desconfianza e incluso el repruebo entre los diferentes miembros y humillarlos en público para distinguirse el mando de la masa. Terror ajeno y propio para mantener la disciplina. Incluso asesinato de disidentes y arrepentidos.
9. Buscar un rey títere. Aquí no hace falta buscarlo, desgraciadamente ya lo tienen.
La cuestión de la organización:
Con una supuesta autoridad central desconocida para los miembros comunes, formada por una red de secciones relacionadas (más o menos de verdad) que hacen prosélitos y se extienden. Club, de opinión, Agrupaciones esotéricas, Instituciones de supuesto marchamo oficial pero de carácter mohatrero.
Toda organización tiene misiones (declaradas u ocultas) que realizar. Las misiones, mediante una propaganda sistemática delatora, serían:
Minar continuamente la autoridad de los poderes e instituciones locales.
Engendrar la duda en los vecinos, con consignas irracionales, cambiantes y contradictorias.
Fomentar el cinismo y el escándalo, la incredulidad absoluta en todas las cosas, el ansia de mejora. A esto ayuda un repertorio decisiones judiciales incomprensibles, la carencia de tutela judicial efectiva, que parecen indicar que la ciudadanía se encuentra indefensa por la inanidad e insolvencia técnica y jovenlandesal de las instituciones monárquicas.
Provocando incendios como medio popular por excelencia, lanzar a una región, en el momento indicado, si es preciso, incluso a la desesperación. Ahora lo están perpetrando los antifas patrocinados por Soros y el mal llamado Partido Demócrata en USA.
Como el lector comprenderá, se trata de un excelente análisis profético, literatura inspirada de un humanista en cierto modo superviviente. Acaso hoy habría que resaltar más el punto 7, el importante papel del chantaje ejercido contra los dirigentes aupados en la cucaña globalista para asegurar su colaboración, por tremendas que sean las exigencias. Quizá sea ese ahora el actual “cemento principal”.
En una sociedad como la presente, que está perdiendo, si no lo ha perdido ya, el sentido metafísico de la existencia y de la civilización parecería que la cuestión espiritual o religiosa es cosa caduca y carecería de importancia. Nada más terriblemente errado.
Toda esta parafernalia globalista satánica acaso pueda resumirse en el repruebo a la tradición cristiana y liberal, a la dignidad humana y a la libertad. Hoy estaríamos con los papeles cambiados entre Rusia y Occidente, otra muestra histórica de la eterna lucha entre el Bien y el Mal que se desarrolla en diferentes escenarios, el más importante de ellos el alma humana.
Está casi todo en contra pero no debemos perder la esperanza si el Espíritu no nos abandona.
*Ingeniero agrónomo, analista político y escritor
 
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