Danito10
Madmaxista
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El país de los Balcanes reclama al Gobierno español el corazón que faltaba en el cadáver repatriado de un joven albanés que falleció en Barcelona
Saimir Sula, joven albanés de 31 años, falleció el 9 de mayo de 2020 en Barcelona. Le llevaron al Hospital del Mar con fiebre y un cuadro compatible de el bichito-19. Era un momento álgido de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo; por lo que le realizaron un test de antígenos, que salió negativo. Aún así, quedó hospitalizado.
A la mañana siguiente, Saimir quiso abandonar el hospital y, al impedírselo, sufrió una crisis de ansiedad, que los médicos relacionaron con la esquizofrenia que padecía. Le suministraron un un antipsicótico, pero aún así, tuvo que ser reducido por los agentes de seguridad del centro. En este trance, sufrió una parada respiratoria y murió.
A la mañana siguiente, Saimir quiso abandonar el hospital y, al impedírselo, sufrió una crisis de ansiedad, que los médicos relacionaron con la esquizofrenia que padecía. Le suministraron un un antipsicótico, pero aún así, tuvo que ser reducido por los agentes de seguridad del centro. En este trance, sufrió una parada respiratoria y murió.
Mientras eso ocurría, Majlinda, su hermana, hacía tiempo para recogerlo y regresar a la casa que ambos compartían desde hace años en la capital catalana. No imaginaba que no volvería a verlo con vida. Cuando le avisaron, sobre las 17.00 horas, entró en el hospital y le condujeron hasta su cadáver.
«Fue terrible. Horas antes me había llamado diciendo muy alterado que le sacara de allí, que allí le mataban», denuncia la joven, que ha vuelto a su país. Durante meses, la familia de Saimir luchó por esclarecer las causas de su fin. Fue el inicio de una tortuosa travesía que se convirtió en pesadilla cuando, al repatriar a Albania el cuerpo del joven, vieron que le faltaba el corazón. Lo reclamaron insistentemente y el 27 de mayo de 2021 se les envió el informe hispatológico del supuesto órgano. Las fechas no coincidían. Según consta en el documento, consultado por este diario, el análisis del corazón se inició el 22 de abril, 17 días antes de la fin de Saimir.
¿De quién era ese corazón?, ¿dónde está el de Saimir?, ¿en qué momento se lo extrajeron? y ¿por qué no advirtieron a los familiares de que se repatriaba el cuerpo sin el órgano? La familia, que pidió amparo legal a la asociación el Defensor del Paciente, asegura que «no parará» hasta tener las respuestas a todas estas preguntas. La Audiencia Provincial de Barcelona, a la que se elevó el caso, ha archivado la causa.
Considera que no hay pruebas de que la contención que se realizó al joven albanés le causara la fin, y se niega también a realizar la prueba de ADN al corazón del joven, tal cómo solicitaron los servicios jurídicos de la asociación. Sin embargo, las autoridades de Albania han reactivado el proceso a través de la Fiscalía del Tribunal de Primera Instancia de Tirana (Albania) y reclaman respuestas al Gobierno de España.
En su último auto, de 21 de marzo de 2023 y consultado por este diario, la Audiencia Provincial de Barcelona mantiene que «en el informe médico de 15 de junio de 2022 se concluye que las asistencias médicas realizadas al finado se ajustaron a la normopraxis médica tanto en el estudio y tratamiento del cuadro febril por el que acudió a urgencias, como en el estudio y tratamiento de la agitación psicomotora y en el tratamiento por la parada respiratoria sufrida». Reconoce, no obstante, que: «Cierto es que en el propio informe se indica como causa intermedia la contención practicada, pero con influencia de otras causas».
El hospital no hizo la autopsia
Fuentes del Hospital del Mar consultadas por ABC remiten al archivo de la causa, que descarta las maniobras de contención como motivo de la fin y aseguran que en el hospital no se le realizó la autopsia. La familia, representada por el abogado Carlos Sardinero, ha mantenido durante el procedimiento que se ha roto la cadena de custodia del corazón, pues fue separado del cuerpo hasta el punto de que los restos mortales fueron repatriados a Albania sin el corazón, ni indicación de su paradero, para su desconcierto y también de las autoridades albanesas, que decidieron tomar cartas en el asunto.
El 7 de octubre de 2020, el Instituto de Medicina Forense de Albania realizó un informe en el que manifestó que «en ausencia de la exploración del corazón, que es un órgano vital e importante, no podemos determinar la causa de la fin».
Auxilio judicial
La Fiscalía del Tribunal de Primera Instancia de Tirana (Albania) registró un procedimiento penal por un presunto delito de compraventa ilegal de órganos previsto en el art. 89 del Código Penal Albano. Ha dirigido, asimismo, una comisión rogatoria solicitando auxilio judicial a las autoridades judiciales españolas, en dos oficios que se hicieron en febrero de 2021 y en abril de 2022. En los dos procedimientos se pedía que se remitiera el corazón a Albania o, en caso de que no fuera posible, se le practicara una prueba de ADN. Fuentes del Ministerio de Justicia aseguran a Ep que han remitido a Albania «todas las diligencias y resoluciones dictadas por el juzgado».
Mientras los países litigan, la familia no desfallece en su lucha.«Ese corazón no era el suyo. Igual late en otro cuerpo, o se ha ocultado porque es un libro abierto que demuestra de qué murió mi hermano», dice Majlinda. «No pararé hasta localizarlo. Aquí las autoridades están dispuestas a luchar hasta el final», concluye.
¿Dónde está el corazón de Saimir? Albania acusa a España de tráfico de órganos
Saimir Sula, joven albanés de 31 años, falleció el 9 de mayo de 2020 en Barcelona. Le llevaron al Hospital del Mar con fiebre y un cuadro compatible de el bichito-19. Era un momento álgido de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo; por lo que le realizaron un test de antígenos, que salió negativo. Aún así, quedó hospitalizado.
A la mañana siguiente, Saimir quiso abandonar el hospital y, al impedírselo, sufrió una crisis de ansiedad, que los médicos relacionaron con la esquizofrenia que padecía. Le suministraron un un antipsicótico, pero aún así, tuvo que ser reducido por los agentes de seguridad del centro. En este trance, sufrió una parada respiratoria y murió.
A la mañana siguiente, Saimir quiso abandonar el hospital y, al impedírselo, sufrió una crisis de ansiedad, que los médicos relacionaron con la esquizofrenia que padecía. Le suministraron un un antipsicótico, pero aún así, tuvo que ser reducido por los agentes de seguridad del centro. En este trance, sufrió una parada respiratoria y murió.
Mientras eso ocurría, Majlinda, su hermana, hacía tiempo para recogerlo y regresar a la casa que ambos compartían desde hace años en la capital catalana. No imaginaba que no volvería a verlo con vida. Cuando le avisaron, sobre las 17.00 horas, entró en el hospital y le condujeron hasta su cadáver.
«Fue terrible. Horas antes me había llamado diciendo muy alterado que le sacara de allí, que allí le mataban», denuncia la joven, que ha vuelto a su país. Durante meses, la familia de Saimir luchó por esclarecer las causas de su fin. Fue el inicio de una tortuosa travesía que se convirtió en pesadilla cuando, al repatriar a Albania el cuerpo del joven, vieron que le faltaba el corazón. Lo reclamaron insistentemente y el 27 de mayo de 2021 se les envió el informe hispatológico del supuesto órgano. Las fechas no coincidían. Según consta en el documento, consultado por este diario, el análisis del corazón se inició el 22 de abril, 17 días antes de la fin de Saimir.
¿De quién era ese corazón?, ¿dónde está el de Saimir?, ¿en qué momento se lo extrajeron? y ¿por qué no advirtieron a los familiares de que se repatriaba el cuerpo sin el órgano? La familia, que pidió amparo legal a la asociación el Defensor del Paciente, asegura que «no parará» hasta tener las respuestas a todas estas preguntas. La Audiencia Provincial de Barcelona, a la que se elevó el caso, ha archivado la causa.
Considera que no hay pruebas de que la contención que se realizó al joven albanés le causara la fin, y se niega también a realizar la prueba de ADN al corazón del joven, tal cómo solicitaron los servicios jurídicos de la asociación. Sin embargo, las autoridades de Albania han reactivado el proceso a través de la Fiscalía del Tribunal de Primera Instancia de Tirana (Albania) y reclaman respuestas al Gobierno de España.
En su último auto, de 21 de marzo de 2023 y consultado por este diario, la Audiencia Provincial de Barcelona mantiene que «en el informe médico de 15 de junio de 2022 se concluye que las asistencias médicas realizadas al finado se ajustaron a la normopraxis médica tanto en el estudio y tratamiento del cuadro febril por el que acudió a urgencias, como en el estudio y tratamiento de la agitación psicomotora y en el tratamiento por la parada respiratoria sufrida». Reconoce, no obstante, que: «Cierto es que en el propio informe se indica como causa intermedia la contención practicada, pero con influencia de otras causas».
El hospital no hizo la autopsia
Fuentes del Hospital del Mar consultadas por ABC remiten al archivo de la causa, que descarta las maniobras de contención como motivo de la fin y aseguran que en el hospital no se le realizó la autopsia. La familia, representada por el abogado Carlos Sardinero, ha mantenido durante el procedimiento que se ha roto la cadena de custodia del corazón, pues fue separado del cuerpo hasta el punto de que los restos mortales fueron repatriados a Albania sin el corazón, ni indicación de su paradero, para su desconcierto y también de las autoridades albanesas, que decidieron tomar cartas en el asunto.
El 7 de octubre de 2020, el Instituto de Medicina Forense de Albania realizó un informe en el que manifestó que «en ausencia de la exploración del corazón, que es un órgano vital e importante, no podemos determinar la causa de la fin».
Auxilio judicial
La Fiscalía del Tribunal de Primera Instancia de Tirana (Albania) registró un procedimiento penal por un presunto delito de compraventa ilegal de órganos previsto en el art. 89 del Código Penal Albano. Ha dirigido, asimismo, una comisión rogatoria solicitando auxilio judicial a las autoridades judiciales españolas, en dos oficios que se hicieron en febrero de 2021 y en abril de 2022. En los dos procedimientos se pedía que se remitiera el corazón a Albania o, en caso de que no fuera posible, se le practicara una prueba de ADN. Fuentes del Ministerio de Justicia aseguran a Ep que han remitido a Albania «todas las diligencias y resoluciones dictadas por el juzgado».
Mientras los países litigan, la familia no desfallece en su lucha.«Ese corazón no era el suyo. Igual late en otro cuerpo, o se ha ocultado porque es un libro abierto que demuestra de qué murió mi hermano», dice Majlinda. «No pararé hasta localizarlo. Aquí las autoridades están dispuestas a luchar hasta el final», concluye.
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