Documental: Tercera guerra carlista en Euskal Herria.

El cinturón de hierro era una chapuza, faltaban tiempo y medios para concluirlo en condiciones.

¿Por qué los simpatizantes como M. Matando no se acuerdan que principalmente fue por Dios y por España?. Claro que hubo más razones, sobre todo las políticas liberales, algo que si ha mencionado, pondré un ejemplo: La desamortización de Mendizabal, no solo se quedaron las tierras de la Iglesia, también los comunales, pensaban crear una clase media campesina ilustrada y solo consiguieron que los castuzos se quedasen con las tierra.

De la noche a la mañana, miles de arrendatarios de las tierras de la Iglesia, que en muchos casos pagaban a precios medievales el arrendamiento, "tantas medidas de aceite, tantas de vino, tantos robos de trigo..." y que con las mejoras agrícolas desde entonces, eran fáciles de pagar, se encontraron con subidas escandalosas en sus rentas o trabajando de jornaleros por sueldos de miseria, igual que los que vivían del comunal, lo cual es más rellenito todavía, ya que eran tierras públicas dadas a castuzos. Miles de campesinos en Navarra, País Vasco, Valencia, Cataluña, Aragón y Castilla, se hicieron carlistas por ello.

Pero la España de antes y la España de hoy no tienen nada que ver. Yo si fuera un baserritarra de 1870 también pelearía por España, porque era la España que mantenía viva nuestros fueros, tradiciones y modo de vida.
Yo la España actual no la quiero, y dudo yo que muchos de aquellos carlistas vasco-navarros la quisieran para sí.
 
Pero la España de antes y la España de hoy no tienen nada que ver. Yo si fuera un baserritarra de 1870 también pelearía por España, porque era la España que mantenía viva nuestros fueros, tradiciones y modo de vida.
Yo la España actual no la quiero, y dudo yo que muchos de aquellos carlistas vasco-navarros la quisieran para sí.

¿Y querrían esos carlistas una región vasca como la actual? Secularizada y llena de gente manifiestamente anticlerical....

O solo se trata de repudiar aquello que lleve el nombre de España...

Tu no crees que muchos españoles del XVI y XVII tb. se horrorizarían de una España donde la alta traición.... se paga con dinero...???


Seguro que todo esto no es sino un intento de otorgar cierta base histórica claramente manipulada a un supuesto nacionalismo o foralismo de corte claramente antiespañol?
Ya que la batalla de Padura y otras, son claramente inventos para bobos... que mejor que convertir las "guerras carlistas" en guerras proto-nacionalistas....

Curiosamente hubo carlistas en toda España (incluida las castillas o andalucia) y supongo que todos pelearon por la identidad de "Euscalerria"... ¿Es eso?
 
¿Y querrían esos carlistas una región vasca como la actual? Secularizada y llena de gente manifiestamente anticlerical....

O solo se trata de repudiar aquello que lleve el nombre de España...
Tu no crees que muchos españoles del XVI y XVII tb. se horrorizarían de una España donde la alta traición.... se paga con dinero...???


Seguro que todo esto no es sino un intento de otorgar cierta base histórica claramente manipulada a un supuesto nacionalismo o foralismo de corte claramente antiespañol?
Ya que la batalla de Padura y otras, son claramente inventos para bobos... que mejor que convertir las "guerras carlistas" en guerras proto-nacionalistas....

Curiosamente hubo carlistas en toda España (incluida las castillas o andalucia) y supongo que todos pelearon por la identidad de "Euscalerria"... ¿Es eso?


En mi opinión si fueron guerras proto-nacionalistas, si entendemos el nacionalismo como debe ser, porque el carlismo fue, ante todo y por encima de todas las cosas: la defensa del antiguo estilo de vida ante la llegada de la revolución liberal y la modernidad. Un estilo de vida rural, tradicional y católico. Si Carlos hubiese des-atendido estas demandas otro gallo cantaría.
En las provincias vascongadas y navarra tuvo un componente muy propio, donde existía una concepción sagrada de los fueros, y la lucha carlista se basó, al menos en parte, en la defensa de los viejos fueros.
Ni pregono de un anti-españolismo ni tampoco quiero la Euskadi actual.
Lo que yo deseo es una Euskal Herria etnicamente sana, euskaldun, tradicional y rural, tal y como lo fue antes de la llegada de la peste liberal o al menos recuperar dicho espíritu, y para ello considero que el camino mas directo es la constitución de un estado nacional vasco que garantice la supervivencia de esta nuestra etnia ante el multiculturalismo, el déficit demográfico y las influencias de culturas, lenguas, creencias y costumbres ajenas.
 
Por favor, convencedme de que los carlistas no eran mas que gente de pueblo idiotizada por la iglesia, la nobleza y la consanguineidad.
 
En mi opinión si fueron guerras proto-nacionalistas, si entendemos el nacionalismo como debe ser, porque el carlismo fue, ante todo y por encima de todas las cosas: la defensa del antiguo estilo de vida ante la llegada de la revolución liberal y la modernidad. Un estilo de vida rural, tradicional y católico. Si Carlos hubiese des-atendido estas demandas otro gallo cantaría.
En las provincias vascongadas y navarra tuvo un componente muy propio, donde existía una concepción sagrada de los fueros, y la lucha carlista se basó, al menos en parte, en la defensa de los viejos fueros.
Ni pregono de un anti-españolismo ni tampoco quiero la Euskadi actual.
Lo que yo deseo es una Euskal Herria etnicamente sana, euskaldun, tradicional y rural, tal y como lo fue antes de la llegada de la peste liberal o al menos recuperar dicho espíritu, y para ello considero que el camino mas directo es la constitución de un estado nacional vasco que garantice la supervivencia de esta nuestra etnia ante el multiculturalismo, el déficit demográfico y las influencias de culturas, lenguas, creencias y costumbres ajenas.

Osea que las guerras Irmandiñas, en la que los nobles feudales gallegos pretendian seguir conservando un estado de cosas que a ellos les convenía hasta el fin de los tiempos, tambien eran guerras "proto-nacionalistas"???
Al fin de al cabo un Soutomayor te diría que ellos lo que querían era conservar el modo "galego" tradicional de "fazer as cosas"... :D

Es un argumento ridiculo y creo que lo sabes. Sobre todo porque entonces los carlistas castellanos o andaluces o valencianos tb. serían "proto-nacionalistas"... ¿Es eso?
¿La peste liberal solo contaminaba a las provincias vascas?

Tb. tendras que explicar por que el carlismo justamente fracasa frente a los vascos de las ciudades... porque la puntilla se la dan en las vascongadas justamente otros vascos que deberían ser menos vascos que los carlistas o quizas no tenían un "RH" tan puro....
Igual los que resistieron en Bilbao al carlismo eran todos maketos importados para la ocasión y para hacerles la puñeta a los caudillo rurales y aldeanos de la campiña vascongada...

Y sobre todo, tb. habría que saber porque los carlistas apoyan de manera tan fiel al enemigo por excelencia del nacionalismo, el general Franco.
Por que usan la bandera del imperio español... por que apoyan sin fisuras a un rey Borbón. Por que solo reclaman los fueros tras la fin de Franco cuando ya no tenían poder para exigirlos....
 
¿Qué te hace suponer que la gente de ciudad es menos petulante que la de pueblo?

No le busque 3 pies al gato, he escrito "gente de pueblo idiotizada"

Idiotizada es un adjetivo a gente de pueblo, idiotizada que no petulante, es decir que antes no lo fueron.

Sobre el ser o no de pueblo, el carlismo tiene su feudo en las zonas rurales, pueblos y caserios
 
No le busque 3 pies al gato, he escrito "gente de pueblo idiotizada"

Idiotizada es un adjetivo a gente de pueblo, idiotizada que no petulante, es decir que antes no lo fueron.

Sobre el ser o no de pueblo, el carlismo tiene su feudo en las zonas rurales, pueblos y caserios


¿Te das cuenta de que tu anterior mensaje decía lo contrario de lo que querías dar a entender?
 
Es un argumento ridiculo y creo que lo sabes. Sobre todo porque entonces los carlistas castellanos o andaluces o valencianos tb. serían "proto-nacionalistas"... ¿Es eso?
¿La peste liberal solo contaminaba a las provincias vascas?

En absoluto, el carlismo era un movimiento heterogéneo, su carácter era muy popular y se fundamentaba en la oposición a la revolución liberal y la modernidad. Sus ejes eran la religión católica, la defensa de españa (la foral) y, en último lugar, la defensa de un rey como símbolo de la oposición al cambio liberal.
El Carlismo es un movimiento lleno de escisiones, ramificaciones y en una evolución constante desde sus inicios hasta la actualidad. Y su evolución ha dependido en gran medida del pensamiento del pretendiente al trono.

Por ejemplo, los carlistas bajo el liderato directo de Jaime III evolucionaron hacia posturas socialistas, al modo de Péguy o el distributismo inglés. Incluso el mismo pretendiente llegó a definirse como socialista, inspirándose en la doctrina social de la Iglesia Católica, y renovando su foralismo en clave confederal.
Sabino Arana y su hermano, en 1898, evolucionan desde el carlismo hasta el nacionalismo vasco, reclamando los fueros de los territorios vascos, fundando el Partido Nacionalista Vasco (PNV).
Durante el gobierno de Primo de Rivera, un primer borrador del estatuto vasco-navarro de Estella en 1931 fue aprobado por la mayoría de los alcaldes carlistas y nacionalistas vascos.
En 1931 los carlistas formaron una alianza electoral con el PNV, la Lliga Regionalista y pequeños partidos de la derecha, consiguiendo 7 diputados en las Cortes Constituyentes
Después con la llegada de Alfonso Carlos I se reorganizó en 1932 el movimiento carlista como Comunión Tradicionalista, la denominación de Partido Carlista desapareció y se adoptaron nuevamente posturas ideológicas pretéritas.
En las elecciones legislativas de 1933 participaron dentro de las candidaturas de derechas, consiguiendo 21 diputados, pero la alianza radical-cedista empujó a Comunión Tradicionalista a una posición de extrema derecha, provocando la radicalización de sus bases.

El nacionalismo vasco no surgió de la nada y no fue, únicamente, producto del auge del nacionalismo romántico europeo. Había un caldo de cultivo previo, y ese caldo de cultivo era la crisis abierta tras la pérdida de las guerras carlistas y la pérdida de los fueros (salvo la fiscalidad propia, para ganarse el apoyo de la burguesía liberal vasca), la industrialización y la caída del mundo rural, las ideas liberales modernas contra la espiritualidad tradicional católica...

Tb. tendras que explicar por que el carlismo justamente fracasa frente a los vascos de las ciudades... porque la puntilla se la dan en las vascongadas justamente otros vascos que deberían ser menos vascos que los carlistas o quizas no tenían un "RH" tan puro....
Igual los que resistieron en Bilbao al carlismo eran todos maketos importados para la ocasión y para hacerles la puñeta a los caudillo rurales y aldeanos de la campiña vascongada...

Repito, el cosmos de la etnia vasca es fundamentalmente rural. Es solo en el ámbito rural donde se da su máxima expresión. Las ciudades, Bilbao y Donostia en concreto, eran liberales, bastante castellanizadas y con grandes influencias comerciales extranjeras en el caso de Bilbao, y una gran influencia monárquica-liberal por las visitas de Isabel a las playas Donostiarras y todo el negocio generado a su entorno. La sangre no tiene nada que ver en este caso, son las condiciones socio-económicas y culturales esencialmente diferentes al entorno rural lo que marcó la diferencia.
No es casualidad que los pueblos mas abertzales de la actualidad fueran los pueblos mas carlistoides en el pasado. Gernika, Markina, el valle de Deba, Tolosaldea, Oiartzun, Bortziriak, Baztan.... son zonas muy abertzales con un pasado muy carlista.
Mis bisabuelos fueron combatientes carlistas, mi abuelo era carlista y combatió con la división azul, y después acabo siendo del PNV. Es una evolución que tiene su lógica amigo, aunque no simpatices con ella.


Y sobre todo, tb. habría que saber porque los carlistas apoyan de manera tan fiel al enemigo por excelencia del nacionalismo, el general Franco.
Por que usan la bandera del imperio español... por que apoyan sin fisuras a un rey Borbón. Por que solo reclaman los fueros tras la fin de Franco cuando ya no tenían poder para exigirlos....

Lo dicho, el carlismo de la comunión evoluciono por un camino, mientras que el nacionalismo como herencia del carlismo evoluciono por otro. El PNV no era el antítesis del franquismo, y si no pregúntate porqué no hubo tanta purga franquista ni tantos fusilamientos de nacionalistas vascos tras la victoria comparando con otros lugares y facciones. Pregúntate porque el PNV estuvo indeciso con quién alinearse en la guerra civil hasta el último momento. Y pregúntate porqué los gudaris perdieron tan fácilmente contra sus hermanos requetés. Quizás una guerra fratricida, siendo ambos bandos euskaldunes y católicos, no fue un buen incentivo jovenlandesal para algunos.

Por último, unas citas esclarecedoras:

- Tomás Zumalacárregui a sus tropas, al tomar el mando:

"defender nuestra libertad que son los Fueros (...) nuestras cosechas, nuestros ganados, nuestras costumbres (...) nuestros derechos, nuestra religión y nuestro Dios".

- Coronel del Ejército liberal Pascual Churruca en las Cortes de Madrid en 1837:

"¿Por qué luchan los vascos? Dícese por algunos que la guerra de las provincias del Norte es guerra de principios y no guerra de Fueros; pero yo les contesto que los naturales de Vizcaya no se dan el pasaporte porque triunfen principios del absolutismo y de tiranía, sino porque los ambiciosos y los agentes del fanatismo les hicieron y continúan haciendo creer que iban a perder sus Fueros. Ésta es la base sólida y terrible de la guerra de estos países".

- Carta de Zumalacárregui al pretendiente Carlos para que tomase la corona de Nabarra de las "provincias vascongadas" (unidas y separadas por tanto de la corona española), pues esta lo merece aunque sea un territorio pequeño, "pero de gente leal y de héroes"

- Coronel de Vargas, ayudante del general Tomas Zumalacárregui escribe en sus memorias (1839):

"Zumalacarregui era el ídolo de su pueblo y se hablaba sin reparo de alzarlo con la corona de Navarra y hacerlo rey de los vascos. No era ésta, sin embargo, la idea de Zumalacárregui. No quería otra cosa que defender los derechos y libertades de su patria y esquivó aquel honor modestamente, dejando paso a su legítimo rey que se hallaba en Inglaterra."

- El general carlista Maroto del “Abrazo de Vergara” (considerado un traidor por las tropas vascas), en sus memorias "Vindicación del General Maroto” (1846) relata que en junio de 1839 las oficialidad del carlismo gipuzkoano le ofreció finalizar la contienda y proclamarse presidente de una república vasca de cuatro provincias.

- El general carlista Elio hablaba de “crear un estado carlista vasco-navarro”

- Duque de Frías, ante el rey francés Luis Felipe:

"(...) no hay tal carlismo lo que hay es que las provincias privilegiadas se alborotarían a todo cambio de gobierno, siempre que crean que pueden igualárselas con las demás de España. V.M. debe saber que las provincias vascongadas son repúblicas sobre las cuales el rey de España no ejerce más que un protectorado, y que no reportan ventajas para la hacienda del Estado. En Navarra es rey constitucional, si se quiere llamar constituciones a las antiguas formas de aquel reino, pero no tiene ventajas a favor del tesoro de la nación..."

- El espía francés que trabaja para su corona, Lataillade, el 21 de marzo de 1835 pasó un informe en el que se afirmaba textualmente:

"Las provincias vascas, las más libres de la tierra, han sido siempre soberanas e independientes de la Corona de España. Los Diputados generales, elegidos por los habitantes, son obedecidos en tanto que gobiernan para la conservación de los Fueros"

- Cirujano de la Legión Auxiliar Británica Henry Wilkinson

"El origen de la guerra hay que buscarlo en el deseo que los cristinos (liberales) manifestaron de suprimir las libertades vascas. Estas libertades les habían hecho superiores a los demás españoles y se dispusieron a defenderlas con las armas".

- Periodista de guerra ingles Lauren:

"(Zumalakarregi) No quería otra cosa que defender los derechos y libertades de su patria".

- Sommerville:

"los vascos recibieron (a D. Carlos) con entusiasmo a condición que mantuviera los Fueros".

- El historiador Pirala en el año 1835 dijo en Baiona:

“no se sabe cuales fueron las miras de Zumalakarregi, aunque hay barruntos para creer que se trataba de declarar la independencia de las provincias”.


- El virrey impuesto a Alta Navarra, llegó a decir en 1834:

“la guerra en (Alta) Navarra es un el día para aquellos habitantes una guerra nacional, y con corta diferencia lo es igualmente en las tres provincias exentas”

- Charles Dembouski que viajó por España entre 1838 y 1840 dijo:

“Es evidente que la lucha ya no se sostiene sino gracias a la admirable tenacidad que caracteriza a los navarros y a los vascongados, ya su repruebo innato a los españoles que consideran como dominadores extranjeros”

- Augusto Von Goeben (1841), militar prusiano luchador carlista en su obra “Cuatro años en España”:

“Los vascos están orgullosos de su origen, de su independencia y de sus prerrogativas, miran a los demás españoles como extraños y los desprecian como a tales”

- Louis Viardot (1800-1883), periodista francés de la época e historiador hispanista:

“Si se reconoce de una que Navarra y las provincias vascas no luchan por otra cosa que su independencia, y no por la causa carlista, la cuestión se simplifica (…) ¿Por qué no hacer de las provincias vascas y Navarra una confederación independiente neutral, una Suiza de los Pirineos? (…) Ellas no se consideraron jamás como formando parte de España, han conservado siempre su nacionalidad”.
 
Última edición:
En absoluto, el carlismo era un movimiento heterogéneo, su carácter era muy popular y se fundamentaba en la oposición a la revolución liberal y la modernidad. Sus ejes eran la religión católica, la defensa de españa (la foral) y, en último lugar, la defensa de un rey como símbolo de la oposición al cambio liberal.
El Carlismo es un movimiento lleno de escisiones, ramificaciones y en una evolución constante desde sus inicios hasta la actualidad. Y su evolución ha dependido en gran medida del pensamiento del pretendiente al trono.

Por ejemplo, los carlistas bajo el liderato directo de Jaime III evolucionaron hacia posturas socialistas, al modo de Péguy o el distributismo inglés. Incluso el mismo pretendiente llegó a definirse como socialista, inspirándose en la doctrina social de la Iglesia Católica, y renovando su foralismo en clave confederal.
Sabino Arana y su hermano, en 1898, evolucionan desde el carlismo hasta el nacionalismo vasco, reclamando los fueros de los territorios vascos, fundando el Partido Nacionalista Vasco (PNV).
Durante el gobierno de Primo de Rivera, un primer borrador del estatuto vasco-navarro de Estella en 1931 fue aprobado por la mayoría de los alcaldes carlistas y nacionalistas vascos.
En 1931 los carlistas formaron una alianza electoral con el PNV, la Lliga Regionalista y pequeños partidos de la derecha, consiguiendo 7 diputados en las Cortes Constituyentes
Después con la llegada de Alfonso Carlos I se reorganizó en 1932 el movimiento carlista como Comunión Tradicionalista, la denominación de Partido Carlista desapareció y se adoptaron nuevamente posturas ideológicas pretéritas.
En las elecciones legislativas de 1933 participaron dentro de las candidaturas de derechas, consiguiendo 21 diputados, pero la alianza radical-cedista empujó a Comunión Tradicionalista a una posición de extrema derecha, provocando la radicalización de sus bases.

El nacionalismo vasco no surgió de la nada y no fue, únicamente, producto del auge del nacionalismo romántico europeo. Había un caldo de cultivo previo, y ese caldo de cultivo era la crisis abierta tras la pérdida de las guerras carlistas y la pérdida de los fueros (salvo la fiscalidad propia, para ganarse el apoyo de la burguesía liberal vasca), la industrialización y la caída del mundo rural, las ideas liberales modernas contra la espiritualidad tradicional católica...



Repito, el cosmos de la etnia vasca es fundamentalmente rural. Es solo en el ámbito rural donde se da su máxima expresión. Las ciudades, Bilbao y Donostia en concreto, eran liberales, bastante castellanizadas y con grandes influencias comerciales extranjeras en el caso de Bilbao, y una gran influencia monárquica-liberal por las visitas de Isabel a las playas Donostiarras y todo el negocio generado a su entorno. La sangre no tiene nada que ver en este caso, son las condiciones socio-económicas y culturales esencialmente diferentes al entorno rural lo que marcó la diferencia.
No es casualidad que los pueblos mas abertzales de la actualidad fueran los pueblos mas carlistoides en el pasado. Gernika, Markina, el valle de Deba, Tolosaldea, Oiartzun, Bortziriak, Baztan.... son zonas muy abertzales con un pasado muy carlista.
Mis bisabuelos fueron combatientes carlistas, mi abuelo era carlista y combatió con la división azul, y después acabo siendo del PNV. Es una evolución que tiene su lógica amigo, aunque no simpatices con ella.




Lo dicho, el carlismo de la comunión evoluciono por un camino, mientras que el nacionalismo como herencia del carlismo evoluciono por otro. El PNV no era el antítesis del franquismo, y si no pregúntate porqué no hubo tanta purga franquista ni tantos fusilamientos de nacionalistas vascos tras la victoria comparando con otros lugares y facciones. Pregúntate porque el PNV estuvo indeciso con quién alinearse en la guerra civil hasta el último momento. Y pregúntate porqué los gudaris perdieron tan fácilmente contra sus hermanos requetés. Quizás una guerra fratricida, siendo ambos bandos euskaldunes y católicos, no fue un buen incentivo jovenlandesal para algunos.

Por último, unas citas esclarecedoras:

- Tomás Zumalacárregui a sus tropas, al tomar el mando:

"defender nuestra libertad que son los Fueros (...) nuestras cosechas, nuestros ganados, nuestras costumbres (...) nuestros derechos, nuestra religión y nuestro Dios".

- Coronel del Ejército liberal Pascual Churruca en las Cortes de Madrid en 1837:

"¿Por qué luchan los vascos? Dícese por algunos que la guerra de las provincias del Norte es guerra de principios y no guerra de Fueros; pero yo les contesto que los naturales de Vizcaya no se dan el pasaporte porque triunfen principios del absolutismo y de tiranía, sino porque los ambiciosos y los agentes del fanatismo les hicieron y continúan haciendo creer que iban a perder sus Fueros. Ésta es la base sólida y terrible de la guerra de estos países".

- Carta de Zumalacárregui al pretendiente Carlos para que tomase la corona de Nabarra de las "provincias vascongadas" (unidas y separadas por tanto de la corona española), pues esta lo merece aunque sea un territorio pequeño, "pero de gente leal y de héroes"

- Coronel de Vargas, ayudante del general Tomas Zumalacárregui escribe en sus memorias (1839):

"Zumalacarregui era el ídolo de su pueblo y se hablaba sin reparo de alzarlo con la corona de Navarra y hacerlo rey de los vascos. No era ésta, sin embargo, la idea de Zumalacárregui. No quería otra cosa que defender los derechos y libertades de su patria y esquivó aquel honor modestamente, dejando paso a su legítimo rey que se hallaba en Inglaterra."

- El general carlista Maroto del “Abrazo de Vergara” (considerado un traidor por las tropas vascas), en sus memorias "Vindicación del General Maroto” (1846) relata que en junio de 1839 las oficialidad del carlismo gipuzkoano le ofreció finalizar la contienda y proclamarse presidente de una república vasca de cuatro provincias.

- El general carlista Elio hablaba de “crear un estado carlista vasco-navarro”

- Duque de Frías, ante el rey francés Luis Felipe:

"(...) no hay tal carlismo lo que hay es que las provincias privilegiadas se alborotarían a todo cambio de gobierno, siempre que crean que pueden igualárselas con las demás de España. V.M. debe saber que las provincias vascongadas son repúblicas sobre las cuales el rey de España no ejerce más que un protectorado, y que no reportan ventajas para la hacienda del Estado. En Navarra es rey constitucional, si se quiere llamar constituciones a las antiguas formas de aquel reino, pero no tiene ventajas a favor del tesoro de la nación..."

- El espía francés que trabaja para su corona, Lataillade, el 21 de marzo de 1835 pasó un informe en el que se afirmaba textualmente:

"Las provincias vascas, las más libres de la tierra, han sido siempre soberanas e independientes de la Corona de España. Los Diputados generales, elegidos por los habitantes, son obedecidos en tanto que gobiernan para la conservación de los Fueros"

- Cirujano de la Legión Auxiliar Británica Henry Wilkinson

"El origen de la guerra hay que buscarlo en el deseo que los cristinos (liberales) manifestaron de suprimir las libertades vascas. Estas libertades les habían hecho superiores a los demás españoles y se dispusieron a defenderlas con las armas".

- Periodista de guerra ingles Lauren:

"(Zumalakarregi) No quería otra cosa que defender los derechos y libertades de su patria".

- Sommerville:

"los vascos recibieron (a D. Carlos) con entusiasmo a condición que mantuviera los Fueros".

- El historiador Pirala en el año 1835 dijo en Baiona:

“no se sabe cuales fueron las miras de Zumalakarregi, aunque hay barruntos para creer que se trataba de declarar la independencia de las provincias”.


- El virrey impuesto a Alta Navarra, llegó a decir en 1834:

“la guerra en (Alta) Navarra es un el día para aquellos habitantes una guerra nacional, y con corta diferencia lo es igualmente en las tres provincias exentas”

- Charles Dembouski que viajó por España entre 1838 y 1840 dijo:

“Es evidente que la lucha ya no se sostiene sino gracias a la admirable tenacidad que caracteriza a los navarros y a los vascongados, ya su repruebo innato a los españoles que consideran como dominadores extranjeros”

- Augusto Von Goeben (1841), militar prusiano luchador carlista en su obra “Cuatro años en España”:

“Los vascos están orgullosos de su origen, de su independencia y de sus prerrogativas, miran a los demás españoles como extraños y los desprecian como a tales”

- Louis Viardot (1800-1883), periodista francés de la época e historiador hispanista:

“Si se reconoce de una que Navarra y las provincias vascas no luchan por otra cosa que su independencia, y no por la causa carlista, la cuestión se simplifica (…) ¿Por qué no hacer de las provincias vascas y Navarra una confederación independiente neutral, una Suiza de los Pirineos? (…) Ellas no se consideraron jamás como formando parte de España, han conservado siempre su nacionalidad”.

Me parece que confundes a carlistas con carlismo...

Si tu evolucionas a partir del mono, llega un momento en que dejas de ser un mono para ser humano...

Que haya carlistas que terminen siendo otra cosa no quiere decir mucho. Los origenes de Mussolini estan en el socialismo marxista y Stalin era seminarista....

¿Puede entenderse su evolución? Yo por lo menos la entiendo. Ahora bien en ningun momento voy a intentar identificar el fascismo con el marxismo o este con la iglesia ortodoxa.

El carlismo nace cuando nace y por lo que nace. Y es un movimiento que se apoya en los sectores absolutistas y más reaccionarios del régimen monarquico, no en movimientos localistas ni "nacionalistas". Es la iglesia y el catolicismo ortodoxo, realmente la espina dorsal del corpus carlismo original. Y se sublevan porque la reina iba a ser Isabel y no Carlos el hermano del rey...

Lo demas son apreciaciones subjetivas e interpretaciones. Las opiniones sobre la naturaleza del carlismo de algunos extranjeros es tan valiosa como su opinión para muchos otros aspectos. El mismo valor tendrá supongo que lo que Voltaire decía de los curas o los españoles en general por justamente conservar ese poder eclesial muchas veces intacto en buena parte del pais...

Y supongo que no admitiras como argumento que yo aduzca lo que dice un fulanito sobre la verdadera naturaleza "consanguinea" o "idiotizadora" del carlismo rural... como antes comentaba un forero...

Que el carlismo tenia un componente foral, pues muy posiblemente, y económico, y religioso e incluso de sensibilidad estética. Y no por ello era ni un partido nacionalista, ni una escuela de economia ni una nueva iglesia.
Las razones por las que cada cual va a la guerra son de lo más variopinto y no son ni de lejos rigidas o sistemáticas...

Lo que es seguro, es que para ser un movimiento fundamentalmente "regionalista" o nacionalista, curiosamente luche bajo una bandera de España (la más imperialista de todas). Elija a un rey español que pretende serlo de toda España y ademas tenga expresión en todas las regiones del pais...

Dios, patria y rey... por ese orden. Y la PATRIA es España no otra. Lo de los fueros se lo agregan más adelante supongo que intentando rebañar apoyos entre los caciques vascongados...

Y te lo repito, la parte del león para acabar con el carlismo, se la llevan en buena parte otros vascos. Que serían como fuesen, pero eran tan vascos o más que cualquier aldeano...
¿O tu eres a dia de hoy menos español que cualquier otro por pensar distinto?

Aqui lo que pasa es que no hay agravios realmente de peso para justificar el victimismo nacionalista. Y claro hay que escarbar para buscarlo donde se pueda. Y como los vascos tuvieron la "mala" suerte de apoyar a Felipe V, hay que rebuscar aún más, a diferencia de otros, para intentar justificar esa supuesta brecha entre el vascongado y el resto de españoles...
Es una maniobra bastante burda, perdone que le diga, de tipo político que no historiográfico y se huele a kilometros... ;)

Saludos.

EDITO.- Por cierto alguna de las citas que usa... sonrojantes oiga. No sé si le hacen un favor o más bien lo contrario. Y desde luego realmente "perspicaces" y basadas en la realidad... sobre todo esa que dice que los vascos son los más "libres" del mundo, si el cura de su parroquia les deja claro...
Libre, liberal... curioso que ademas de carlistas fuesen "democratas" y unos liberales en potencia... ;)
 
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En mi opinión si fueron guerras proto-nacionalistas, si entendemos el nacionalismo como debe ser, porque el carlismo fue, ante todo y por encima de todas las cosas: la defensa del antiguo estilo de vida ante la llegada de la revolución liberal y la modernidad. Un estilo de vida rural, tradicional y católico. Si Carlos hubiese des-atendido estas demandas otro gallo cantaría.
En las provincias vascongadas y navarra tuvo un componente muy propio, donde existía una concepción sagrada de los fueros, y la lucha carlista se basó, al menos en parte, en la defensa de los viejos fueros.
Ni pregono de un anti-españolismo ni tampoco quiero la Euskadi actual.
Lo que yo deseo es una Euskal Herria etnicamente sana, euskaldun, tradicional y rural, tal y como lo fue antes de la llegada de la peste liberal o al menos recuperar dicho espíritu, y para ello considero que el camino mas directo es la constitución de un estado nacional vasco que garantice la supervivencia de esta nuestra etnia ante el multiculturalismo, el déficit demográfico y las influencias de culturas, lenguas, creencias y costumbres ajenas.

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Usted lo que quiere es irse a vivir al siglo XIX !!!
 
Se han borrado mensajes, uno era sobre el curra Santa Cruz, se había pasado la figura del cura Santa Cruz por el filtro mitificador del separatismo, este texto extraido de hispanismo.org y a su vez de las memorias del Conde de Melgar es bastante desintoxicador:

Extraido de las memorias del conde de Melgar, secretario de Don Carlos VII: "Veinte años con don Carlos".

El cura de Santa Cruz

No hay guerras más sangrientas ni más inhumanas que las civiles, porque son la reproducción de la lucha entre Abel y Caín.

Cuando un ejército invade un país en el curso de una guerra internacional, o cuando defiende sus fronteras con las armas en la mano, hay muchas más probabilidades de que se respete el derecho de gentes que en los fratricidas combates de la guerra civil, donde cada uno ve en el adversario, más que un simple enemigo, un hermano indigno, un Judas, un renegado que vuelve sus armas contra la progenitora patria y que merece, por lo tanto, ser tratado como parricida.

Así se explican las inauditas crueldades cometidas en Francia durante las guerras de la Vendée. Las guerras carlistas no podían ser una excepción a esta regla, y en ellas hubo que deplorar actos de ferocidad que reprobamos enérgicamente, pero que hay que convenir, por respeto a la verdad, que fueron raros, tanto por parte de los carlistas como por parte de los liberales.

En ambos campos hubo fieras con rostros humanos que no retrocedieron delante de los crímenes más odiosos.

El partido carlista tuvo el famoso cura de Santa Cruz, jefe de una docena de hombres que no conocía otro castigo más que el de la pena de fin.

Su dureza era comparable solamente con su resistencia física: no dormía más que dos horas diarias. Implacable con los liberales, fueran o no combatientes, que caían en sus manos, cerraba los oídos a todos sus clamores pidiendo misericordia.

Aquella ferocidad neroniana acabó por agotar la paciencia de don Carlos, cuyo temperamento, por el contrario, era dulce y magnánimo. Amonestó seriamente al cura guerrillero, y lo llamó a su Cuartel Real para someterlo a un Consejo de guerra. Claro está que el invitado se guardó bien de acudir al llamamiento, y don Carlos dictó un decreto declarándole rebelde y merecedor de la pena de fin, enviando contra él en Guipúzcoa, que era su campo de operaciones predilecto, al general Lizárraga a la cabeza de una fuerte columna con orden de perseguirle, si era necesario, hasta en combinación con el adversario, y de no darse descanso hasta haberle capturado.

Larga fue la resistencia del rebelde.

Un día, viéndose cercado por todas partes, se arrojó a una charca de agua fétida, y permaneció sumido en ella veinticuatro horas consecutivas sin sacar fuera del agua más que la boca y la nariz para poder respirar.

El cerco se estrechó de tal manera, que todos sus partidarios le abandonaron, y trepando como un acróbata por senderos accesibles solamente a gamuzas y a cabras logró traspasar los Pirineos.

Desde entonces se perdió su pista y nadie oyó hablar más de él durante el resto de la guerra. Terminada ésta, don Carlos fué conducido por el gobierno francés hasta las costas de Inglaterra, donde concibió la idea de embarcarse para América.

Atravesando Londres un domingo, entró para oír misa en la iglesia de los capuchinos de Kensington. Uno de sus criados, llamado Lorenzo Arburu, que había hecho la guerra en la partida del cura de Santa Cruz, reconoció con asombro a su antiguo jefe en la persona del sacerdote que oficiaba, lo cual le conmovió mucho, pues, como todos los que habían servido a sus órdenes, sentía hacia él verdadera admiración. Comunicó su descubrimiento a don Carlos, quien al principio no le dió crédito.

—Lorenzo —le dijo—, te engañan tus ojos y tus deseos. Pero finalmente, cediendo a las apremiantes instancias de su criado, le permitió entrar en la sacristía para cerciorarse del hecho.

—Si es el mismo —añadió don Carlos—, tráemelo al hotel y dile que almorzará conmigo.

En efecto, era él. Con la emoción que se puede imaginar siguió al criado, y cuando se vió en presencia del Rey —a quien nunca había visto— cayó de rodillas y prorrumpió en lágrimas.

Golpeando el suelo con la frente, repetía sin cesar: — Perdón, Señor; perdón por todos mis crímenes; perdón por el descrédito que han podido atraer sobre nuestra santa Causa mis crueldades. Estaba loco, señor, de una locura patriótica, es verdad; pero que, como todas las locuras, me privaba de la razón. Dios me ha abierto, al fin, los ojos, y desde hoy, profundamente arrepentido, quiero consagrar el resto de mi vida a lavarme de mis faltas, practicando la caridad que tanto he desconocido.

Aquella fué la primera y la única entrevista entre don Carlos y su fogoso partidario.

Doce años más tarde, en su viaje a la América española, don Carlos tuvo que hacer escala el día de Pascua de Resurrección en Kingston, capital de la Jamaica. La ciudad estaba cubierta de colgaduras por la solemnidad del día, y a don Carlos le esperaba en el muelle una delegación de padres jesuitas pertenecientes a una importante misión establecida en aquella isla; delegación que le acompañó hasta la iglesia con gran pompa y con todos los honores rituales.

El tras*atlántico inglés en que don Carlos había tomado pasaje debía continuar su ruta aquella misma tarde, y el superior de los jesuítas, que nos acompañó hasta nuestros camarotes, le dijo a don Carlos:

—Cuánto sentimos no haber sabido antes que íbamos a ser honrados con esta visita. Tenemos entre nosotros al antiguo cura de Santa Cruz, un verdadero santo que edifica a todos los misioneros con sus virtudes y, sobre todo, con su humanidad y su evangélica dulzura. Es el ídolo de los indígenas, que se harían apiolar por él, y entre los cuales obtiene millares de conversiones. Nos ha dejado hace pocas semanas para continuar su apostolado en el interior de la isla, y un mensajero tardaría lo menos quince días en llegar hasta él. Nunca se consolará de haber perdido esta ocasión de besar la mano a su Rey, hacia el que profesa una admiración sin límites.

Mucho tiempo después, en vísperas de la guerra mundial, supe que el terrible guerrillero carlista, convertido en mansa paloma, continuaba su fecundo apostolado en las regiones más salvajes de América con un nombre fingido, pues el suyo le inspiraba horror.

Se habla también del socialismo de Don Jaime III y de confederalismo, la palabra socialismo se empleaba bastante a la ligera, Don Jaime podría decirse que era un reaccionario de tomo y lomo, que tuviese cierta inquietud y deseo de justicia social no quita que no tuviera la más mínima simpatía hacia el socialismo o el anarquismo, el mismo hablaba de turbas anárquicas de barbarie a la que combatir con las armas e incluso se cuenta que se enfrentó personalmente en tiroteos con esas turbas como hacían los carlistas de la época.

Sobre el confederalismo podría hablarse en todo caso en sentido muy laxo de la palabra, desde luego no en un sentido que implicase derecho a decidir ni libre adhesión ni nada parecido al cantonalismo del 1873.

El carlismo suponía la defensa de las instituciones tradicionales pero de toda España, la misma reclamación dinástica del carlismo se había originado porque se pasó por encima de las instituciones tradicionales para hacer reina a Isabel II de una forma bastante irregular.
 
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