Vaya... Un pelota del poder que se pone cachondito con los policías y les adula, como buen esclavo voluntario y borrego sin mente.
Pues ya que tu has abierto la veda de los insultos, lo cual me da el derecho a defenderme en la medida que mi propio criterio me indique, te dire que:
Tu p u t a y perversos vida de absorbe-regazos en comisaría me importa muy poco, de hecho vales menos que el aire caliente que escapará silbando por cada una de las cuchilladas en el pulmón que le hundiré a la meretriz que te parió por el ojo ciego, y de cuyo tercer ojo llevas aun marcas de las almorranas que se te enrredaban en el cuello, cuando tratabas de no nacer para seguir fermentando en la miasma de sus entrañas pútridas...
Mira, pequeño gargajo sanguinolento, tienes mucha pero que muchísima suerte de estar protegido por "el anonimato del intenné" porque si en persona me hablas como lo has hecho, te meto semejante ensalada de abrazos en la cara, que no te reconocería ni el párroco que te acogió en el hospicio, cuando el bujarrón plumoso y enfermo de tu padre te abandonó a las puertas de la iglesia del pueblo para ir a poner el ojo ciego al parking del Bernabeu.
Ya me has oido, saco de giña humeante de efluvios tóxicos, estropeado fistro bocazas que te empalmas al oler cerca de ti el cuero de unas botas de policía... Ve a engullir leche a litros a la comisaría más cercana, y con suerte algún madero más depravado de lo habitual te defecará un buen "carajón" en la boca de esos que tanto te gusta masticar y sentir como se te encastra entre los dientes como cemento marrón.
Y otro abrazo para ti, hijo de la grandísima y reverenda p u t a si algún día te llego a conocer recuérdame que te reviente el bazo a patadas, que siempre me llama la atención ver cuanta sangre puede soltar un cosa como tu antes de estirar la pata.