Le ha echado pelotas, sí, eso se lo reconozco. Pero yo también pienso que la pelea la tenemos que dar aquí, en nuestra tierra, cerrando mezquitas, deportando gente y prohibiendo sus costumbres medievales. Su desierto de cosa es suyo y se lo aman como quieren, incluidas sus cabras y camellos. Sus mujeras (igual de fundamentalistas y retrasadas que ellos) no son nuestro puñetero problema y además es una falta de educación ir a casa de alguien a decirle cómo gobernarla.