Zipotako
Madmaxista
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El abandono de Detroit
El abandono más grande de la historia moderna
Uno de los abandonos más grandes de la historia moderna. Cuando la gente se va de la ciudad, lo hace dejando atrás casas y edificios que resulta impensable puedan ser abandonados.
El declive de Detroit es uno de los procesos “no violentos” de abandono más grandes sufridos por una ciudad moderna durante la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI.
Con una superficie total de 359 km2, Detroit ha pasado de contar con 1.849.568 habitantes en su pico a finales de la década de 1950, a perder la mitad holgada hasta llegar a los 910.294 a principios del 2011, según el censo de la ciudad.
Pasó de casi 2 millones de habitantes en 1960 con una población blanca del 90% a 700.000 personas en la actualidad (dato 2010) siendo estas en un 82% de raza de color.
En fecha 2006, la ciudad de Detroit era 81.2% neցro, 14.3% blanco, 3,9% hispano, 2.4% asiático, 0.6% nativo americano, 0y el .03% Americano pacífico isleño.
Comparativamente, el abandono equivaldría a que Madrid capital perdiese una tercera parte de su población (605,8 km2 – 3.155.359 habitantes), Barcelona y alrededores perdiesen otro tercio (3.186.461 habitantes) o que ciudades como Valencia y Sevilla quedasen despobladas (809.267 y 704.198 habitantes respectivamente) y por ende, despoblada también cualquier otra capital de provincia española, ya que las 4 anteriores son las que registran mayor densidad.
La ciudad es la segunda mas pobre de EEUU (despues de Cleveland, Ohio) y 32% de sus habitantes viven oficialmente en la pobreza. El ingreso per capita de la ciudad de Detroit es apenas de $14.717. El precio de una vivienda es el mas bajo de cualquier otra ciudad de EEUU. El precio promedio de una casa es de apenas $88.300. Comparen esto con el precio promedio de una casa en EEUU, $167.500, o con la ciudad mas cara, San Francisco, donde una casa cuesta $726.700.
La ciudad tenia una población de 1.849.562 en 1950. Para el año 2000 sus población cayo de forma dramática a solo 951.270. Para el 2005 la población de Detroit era de apenas 886.675.
Durante ese tiempo, la ciudad se tras*formo de una que era principalmente de raza blanca a una ciudad principalmente afro-americana. La segregación racial de esta ciudad es de las más notables en EEUU. La ciudad es casi 90% afro-americana. En le siguiente grafico se puede ver la rapidez con la que disminuyo la población blanca (y por ende, la clase media y alta) de la ciudad.
En la actualidad 9 de cada 10 neցros del Gran Detroit (el area metropolitana) vive en la misma ciudad de Detroit o un uno de los 4 suburbios. Los 131.000 neցros restantes están distribuidos en otras comunidades con una población total que suma 3.300.000. En la zona sucede que es casi imposible que un suburbio vea aumentar la población de color sin luego causar una emigración de la población blanca de esa área. De las 185 ciudades y municipios en el área metropolitana de Detroit (son 6 condados) en 115 de elos se concentra el 95% de la población de raza blanca de la zona. Mas de 3/4 de los neցros en el Gran Detroit viven en la propia ciudad (un porcentaje mas alto que cualquier otra área metropolitana en EE.UU.). El 44% de la población sub-urbana de color esta concentrada en solo 4 suburbios.
En su apogeo, justo a finales de la década de 1950, Detroit era la tercera ciudad más importante de Estados Unidos y uno de los centros industriales del país. Contaba con una inmensa y bulliciosa área metropolitana en donde se habían empezado a erigir rascacielos, suntuosos edificios de oficinas, hoteles y otras infraestructuras, que servían como centro neurálgico de los numerosos negocios que se multiplicaban por toda la ciudad. También alojaban la administración y los servicios públicos necesarios para atender las necesidades de tan numerosa población. En la imagen, el “downtown” durante los 50;
La principal industria de la ciudad era la del automovil, de la cual tomaba su mote; “Motor City” ó “Motown” en su versión abreviada. En 1903 Henry Ford había fundado la “Ford Motor Company”, extendiendo por todo el país su sistema de producción en cadenas de montaje, que permitieron el advenimiento de la producción en masa.
La metodología fue copiada por otros fabricantes de automóviles que se habían establecido en Detroit, entre los más famosos; Dodge, Packard, Chrysler o William C. Durant, propietario de Buick y cofundador de la todopoderosa General Motors en 1908.
Para finales de los años 50 del siglo XX las fábricas de automóviles eran inmensas. Detroit no solo pasaba a ser uno de los principales abastecedores de vehículos de Estados Unidos sino que se había convertido en la capital mundial del motor, con numerosos parkings atestados de coches recién salidos de fábrica esperando a ser enviados. En la imagen, la planta de Ford en esta época;
Detroit no solo contaba con el sector del automóvil y toda la industria subsidiaria generada a su alrededor, sino que tenía un gran puerto con astilleros y era un centro cultural con mucho peso dentro de la industria del entretenimiento. Uno de los sellos discográficos más importantes que han existido tomaba al igual que la ciudad el nombre de “Motown” y desde él, su fundador Berry Gordy, Jr, impulsó toda la avalancha de “girls groups” y música soul de los años 60, con artistas como Stevie Wonder, Marvin Gaye, The Supremes, The Four Tops, The Jackson 5, The Temptations, The Contours o Martha and the Vandellas.
• El declive, ¿por qué se marcha la gente de Detroit?
La boyante industria había atraído a miles de pagapensiones tanto del sur de los Estados Unidos y de Europa pero no estaba exenta de problemas. En la década de 1940 surgen los primeros conflictos sindicales, dirigidos por líderes como el conocido Jimmy Hoffa, al que la mafia que operaba en Detroit, los Giacolone, haría desaparecer en 1975. En 1943 estalla el primer brote de tensión racial, que se extiende por toda la ciudad, causando 34 muertos y 433 heridos, solo sofocado cuando el presidente Roosevelt envía tropas federales para restaurar el orden.
El primer hecho notable que marca un punto de inflexión es que durante la década de 1950 muchas familias se marchan del centro de la ciudad. La mayor parte se va a vivir al extrarradio, creándose amplios suburbios con pequeñas casitas de ensueño de dos pisos, algunas con jardín y garaje al estilo americano, otros meramente adosados o apartamentos de dos o tres plantas;
Otras familias se marchan definitivamente a distintas ciudades de Estados Unidos y el número de habitantes comienza a descender lentamente. Detroit había empezado a ser una ciudad peligrosa, atestada de gente, con espacios muy reducidos para tanta densidad de población, brotes de tensión racial, delincuencia y la mafia operando.
Pero además, los residentes que se marchaban huían de otro factor ya entonces endémico en Detroit; los altos impuestos a pagar por vivir dentro del área metropolitana. Las tasas en el extrarradio se reducían drásticamente. El problema de los impuestos también afectaba a los fabricantes de automóviles por lo que algunos llevaban trasladando sus talleres a las afueras desde los años 40.
El hecho de irse, era llamado coloquialmente como el “white flight” o “vuelo blanco” porque las que se marchaban eran principalmente familias blancas, mientras que la población de tonalidad quedaba confinada al este de la ciudad en una zona que irónicamente denominaban “Paradise Valley” o “valle paraíso”.
Además los dos grandes núcleos se aislaban cuando a finales de los 50 se construye la autopista Interestatal 75, dividiendo físicamente la urbe en zona este y zona oeste. Anteriormente otra autopista, la M-102, iniciada en los años 30 a partir de una antigua pista de tierra, había dividido físicamente la zona norte y la zona sur, donde quedaba el centro o “downtown”. La 102 recibía el mote de “8 mile” ó “8 millas” por su longitud. En lenguaje coloquial, cuando se está en el centro de Detroit, se dice que se está “dentro de las 8 millas”. Estos contrastes entre suburbios y Detroit son inmediatamente evidentes. Siempre se sabe si uno esta en la ciudad o en un suburbio. En la mayoría de las ciudades, ya casi no existen distinciones entre la ciudad central y los suburbios pero en Detroit si.
En 1967 se desata otro estallido racial después de que la policia intentase desalojar una fiesta ilegal llamada “Blind Pig” a la que atendían 80 individuos un sábado por la noche. El vecindario se enfrenta a las fuerzas del orden, primero destrozan mobiliario urbano, luego escaparates, después arden edificios, se producen saqueos y los disturbios se prolongan durante 5 días hasta que de nuevo, la guardia nacional toma la ciudad, saldándose el incidente con 43 muertos, 1.189 heridos, 7.000 arrestos;
Estos sucesos aceleran el éxodo a las zonas más seguras de los suburbios, fuera de las “8 millas” y ya desde 1967, comienza a ser relevante el abandono de edificios, propiedades, tiendas y negocios en el centro.
No obstante los suburbios pronto se convertirán en tan solo una especie de “alto en el camino” al abandono total de la ciudad porque desde la década de 1970, las grandes compañías del motor empiezan a deslocalizar masivamente su producción en países asiáticos, condenando definitivamente a la ciudad.
Su plan maestro es aprovechar la mano de obra barata en los entonces países emergentes como el Japón de los 70 y seguir vendiendo coches en Estados Unidos, multiplicando así sus beneficios. Esta política funciona a corto plazo pero a largo plazo no es viable, ya que dispara las tasas de desempleo locales generando un paro galopante, que en el año 2010 alcanzaba el 20,5%, otro nuevo jinete del apocalipsis que sumar a todo lo anterior; el alto nivel de paro crea bolsas de pobreza y brotes de delincuencia.
Club de Yates de Detroit
Con el abandono absoluto de su clase media y alta, sus establecimientos y clubes sociales han sufrido el mismo abandono que la ciudad. El Club de Yates era el club social mas importante de la clase alta de la ciudad, y este club exclusivo tenia un costo de membresía de solo $1.00 por año. A comienzo de los 70 la ciudad obligo a sus miembros, casi el 100% de raza blanca, a integrar su filas y admitir neցros. El club fue abandonado unos años mas tarde.
El abandono de Detroit, se prolonga durante los años 80 y 90 para continuar durante todo lo que llevamos de siglo XXI, provocando la huida de más de un millón de personas. En los últimos tiempos, al llamado “vuelo blanco”, antes calificado de racista, le está siguiendo una especie de “vuelo neցro” porque ahora son las familias de tonalidad las que huyen del centro hacía los suburbios o hacía otras ciudades.
En los años 90 se empezaron a levantar casinos en el centro, los primeros fueron el MGM Grand Detroit, el MotorCity Casino, y el Greektown Casino, convirtiendo a Detroit en la quinta ciudad con más juego de Estados Unidos. Por un lado hay quien considera que el incremento en la recaudación de impuestos que suponen las apuestas, revitalizan la ciudad pero por otro lado, hay quien piensa que atraen todavía más delincuencia.
Las tasas de criminalidad varían según los estudios. Detroit es la sexta ciudad con más crímenes violentos de todos los Estados Unidos. Neighborhoodscout.com estima que los residentes tienen una probabilidad del 6,25% de sufrir un robo en su casa y una posibilidad del 1.67% de sufrir un crimen violento. La estadística en conjunto no es tan alta respecto a otras ciudades pero existen barrios como Mount Elliot, en la zona este, que es el 23º más violento de todo el país, registrando unos 150 crímenes violentos al año, es decir, uno cada dos o tres días.
El “downtown” es la zona más segura con diferencia. Visto en fotos, parace el centro de una ciudad de lujo con un aspecto envidiable, como si fuera una especie de oasis ajeno a lo que sucede en el entorno que le rodea;
Finalmente, a todo esto, hay que añadir un último clavo en el ataúd, la corrupción política, acentuada en los últimos años y percibida por los ciudadanos como una “cultura asentada” que amedrenta a futuros inversores. En Agosto del 2008 el alcalde de la ciudad, Kwame Kilpatrick, ingresaba en prisión, enfrentándose a sucesivos cargos por corrupción que le pueden acarrear 38 años de condena. Igualmente, unos 30 miembros de su gabinete están acusados con cargos federales.
Un abandono sangrante
El abandono de Detroit tiene una serie de características que lo hacen especialmente sangrante. La primera es que los negocios, infraestructuras o propiedades se abandonan dejándolas tal cual, en muchas ocasiones con todo el mobiliario intacto en su interior porque como todo el mundo se va, no se puede vender ni el inmueble ni lo que hay dentro.
Muchos edificios de servicio público, preparados para atender a una población de 2 millones, se vuelven insostenibles por falta de recaudación de impuestos. A la larga acaban cerrándose sus puertas quedando abandonados, sin nadie responsable de vaciarlos o de reciclar lo que hay dentro.
El abandono más emblemático es la estación central de trenes, la “Michigan Central Station”, un majestuoso edificio con avenidas, columnas jónicas, bóvedas, amplios salones de espera.
Las bibliotecas quedan abandonadas con sus estanterías repletas de libros, casi ordenados en su sitio, con los “post-it” amarillos que habían pegado los bibliotecarios cuando los clasificaron. Este tipo de sucesos levantan ampollas porque en otros puntos de la ciudad, los colegios no tienen material escolar. En la imagen, la biblioteca pública de East Side;
La comisaria de Highland Park, tapiada por fuera, denota por dentro que estaba perfectamente operativa cuando fue desocupada. Las celdas y la sala de reuniones siguen aún en bastante buen estado;
…y todas las fichas policiales, posteriormente sacadas de sus archivadores, siguen dentro. Incluso queda munición en un plato lista para disparar, tal y como la dejaron los agentes antes de irse para siempre;
La iglesia presbiteriana de Woodward Avenue, en perfecto estado por fuera. El enorme órgano de tubos sigue intacto detrás del púlpito. El mobiliario de madera se carcome lentamente;
El abandono más grande de la historia moderna
Uno de los abandonos más grandes de la historia moderna. Cuando la gente se va de la ciudad, lo hace dejando atrás casas y edificios que resulta impensable puedan ser abandonados.
El declive de Detroit es uno de los procesos “no violentos” de abandono más grandes sufridos por una ciudad moderna durante la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI.
Con una superficie total de 359 km2, Detroit ha pasado de contar con 1.849.568 habitantes en su pico a finales de la década de 1950, a perder la mitad holgada hasta llegar a los 910.294 a principios del 2011, según el censo de la ciudad.
Pasó de casi 2 millones de habitantes en 1960 con una población blanca del 90% a 700.000 personas en la actualidad (dato 2010) siendo estas en un 82% de raza de color.
En fecha 2006, la ciudad de Detroit era 81.2% neցro, 14.3% blanco, 3,9% hispano, 2.4% asiático, 0.6% nativo americano, 0y el .03% Americano pacífico isleño.
Comparativamente, el abandono equivaldría a que Madrid capital perdiese una tercera parte de su población (605,8 km2 – 3.155.359 habitantes), Barcelona y alrededores perdiesen otro tercio (3.186.461 habitantes) o que ciudades como Valencia y Sevilla quedasen despobladas (809.267 y 704.198 habitantes respectivamente) y por ende, despoblada también cualquier otra capital de provincia española, ya que las 4 anteriores son las que registran mayor densidad.
La ciudad es la segunda mas pobre de EEUU (despues de Cleveland, Ohio) y 32% de sus habitantes viven oficialmente en la pobreza. El ingreso per capita de la ciudad de Detroit es apenas de $14.717. El precio de una vivienda es el mas bajo de cualquier otra ciudad de EEUU. El precio promedio de una casa es de apenas $88.300. Comparen esto con el precio promedio de una casa en EEUU, $167.500, o con la ciudad mas cara, San Francisco, donde una casa cuesta $726.700.
La ciudad tenia una población de 1.849.562 en 1950. Para el año 2000 sus población cayo de forma dramática a solo 951.270. Para el 2005 la población de Detroit era de apenas 886.675.
Durante ese tiempo, la ciudad se tras*formo de una que era principalmente de raza blanca a una ciudad principalmente afro-americana. La segregación racial de esta ciudad es de las más notables en EEUU. La ciudad es casi 90% afro-americana. En le siguiente grafico se puede ver la rapidez con la que disminuyo la población blanca (y por ende, la clase media y alta) de la ciudad.
En la actualidad 9 de cada 10 neցros del Gran Detroit (el area metropolitana) vive en la misma ciudad de Detroit o un uno de los 4 suburbios. Los 131.000 neցros restantes están distribuidos en otras comunidades con una población total que suma 3.300.000. En la zona sucede que es casi imposible que un suburbio vea aumentar la población de color sin luego causar una emigración de la población blanca de esa área. De las 185 ciudades y municipios en el área metropolitana de Detroit (son 6 condados) en 115 de elos se concentra el 95% de la población de raza blanca de la zona. Mas de 3/4 de los neցros en el Gran Detroit viven en la propia ciudad (un porcentaje mas alto que cualquier otra área metropolitana en EE.UU.). El 44% de la población sub-urbana de color esta concentrada en solo 4 suburbios.
En su apogeo, justo a finales de la década de 1950, Detroit era la tercera ciudad más importante de Estados Unidos y uno de los centros industriales del país. Contaba con una inmensa y bulliciosa área metropolitana en donde se habían empezado a erigir rascacielos, suntuosos edificios de oficinas, hoteles y otras infraestructuras, que servían como centro neurálgico de los numerosos negocios que se multiplicaban por toda la ciudad. También alojaban la administración y los servicios públicos necesarios para atender las necesidades de tan numerosa población. En la imagen, el “downtown” durante los 50;
La principal industria de la ciudad era la del automovil, de la cual tomaba su mote; “Motor City” ó “Motown” en su versión abreviada. En 1903 Henry Ford había fundado la “Ford Motor Company”, extendiendo por todo el país su sistema de producción en cadenas de montaje, que permitieron el advenimiento de la producción en masa.
La metodología fue copiada por otros fabricantes de automóviles que se habían establecido en Detroit, entre los más famosos; Dodge, Packard, Chrysler o William C. Durant, propietario de Buick y cofundador de la todopoderosa General Motors en 1908.
Para finales de los años 50 del siglo XX las fábricas de automóviles eran inmensas. Detroit no solo pasaba a ser uno de los principales abastecedores de vehículos de Estados Unidos sino que se había convertido en la capital mundial del motor, con numerosos parkings atestados de coches recién salidos de fábrica esperando a ser enviados. En la imagen, la planta de Ford en esta época;
Detroit no solo contaba con el sector del automóvil y toda la industria subsidiaria generada a su alrededor, sino que tenía un gran puerto con astilleros y era un centro cultural con mucho peso dentro de la industria del entretenimiento. Uno de los sellos discográficos más importantes que han existido tomaba al igual que la ciudad el nombre de “Motown” y desde él, su fundador Berry Gordy, Jr, impulsó toda la avalancha de “girls groups” y música soul de los años 60, con artistas como Stevie Wonder, Marvin Gaye, The Supremes, The Four Tops, The Jackson 5, The Temptations, The Contours o Martha and the Vandellas.
• El declive, ¿por qué se marcha la gente de Detroit?
La boyante industria había atraído a miles de pagapensiones tanto del sur de los Estados Unidos y de Europa pero no estaba exenta de problemas. En la década de 1940 surgen los primeros conflictos sindicales, dirigidos por líderes como el conocido Jimmy Hoffa, al que la mafia que operaba en Detroit, los Giacolone, haría desaparecer en 1975. En 1943 estalla el primer brote de tensión racial, que se extiende por toda la ciudad, causando 34 muertos y 433 heridos, solo sofocado cuando el presidente Roosevelt envía tropas federales para restaurar el orden.
El primer hecho notable que marca un punto de inflexión es que durante la década de 1950 muchas familias se marchan del centro de la ciudad. La mayor parte se va a vivir al extrarradio, creándose amplios suburbios con pequeñas casitas de ensueño de dos pisos, algunas con jardín y garaje al estilo americano, otros meramente adosados o apartamentos de dos o tres plantas;
Otras familias se marchan definitivamente a distintas ciudades de Estados Unidos y el número de habitantes comienza a descender lentamente. Detroit había empezado a ser una ciudad peligrosa, atestada de gente, con espacios muy reducidos para tanta densidad de población, brotes de tensión racial, delincuencia y la mafia operando.
Pero además, los residentes que se marchaban huían de otro factor ya entonces endémico en Detroit; los altos impuestos a pagar por vivir dentro del área metropolitana. Las tasas en el extrarradio se reducían drásticamente. El problema de los impuestos también afectaba a los fabricantes de automóviles por lo que algunos llevaban trasladando sus talleres a las afueras desde los años 40.
El hecho de irse, era llamado coloquialmente como el “white flight” o “vuelo blanco” porque las que se marchaban eran principalmente familias blancas, mientras que la población de tonalidad quedaba confinada al este de la ciudad en una zona que irónicamente denominaban “Paradise Valley” o “valle paraíso”.
Además los dos grandes núcleos se aislaban cuando a finales de los 50 se construye la autopista Interestatal 75, dividiendo físicamente la urbe en zona este y zona oeste. Anteriormente otra autopista, la M-102, iniciada en los años 30 a partir de una antigua pista de tierra, había dividido físicamente la zona norte y la zona sur, donde quedaba el centro o “downtown”. La 102 recibía el mote de “8 mile” ó “8 millas” por su longitud. En lenguaje coloquial, cuando se está en el centro de Detroit, se dice que se está “dentro de las 8 millas”. Estos contrastes entre suburbios y Detroit son inmediatamente evidentes. Siempre se sabe si uno esta en la ciudad o en un suburbio. En la mayoría de las ciudades, ya casi no existen distinciones entre la ciudad central y los suburbios pero en Detroit si.
En 1967 se desata otro estallido racial después de que la policia intentase desalojar una fiesta ilegal llamada “Blind Pig” a la que atendían 80 individuos un sábado por la noche. El vecindario se enfrenta a las fuerzas del orden, primero destrozan mobiliario urbano, luego escaparates, después arden edificios, se producen saqueos y los disturbios se prolongan durante 5 días hasta que de nuevo, la guardia nacional toma la ciudad, saldándose el incidente con 43 muertos, 1.189 heridos, 7.000 arrestos;
Estos sucesos aceleran el éxodo a las zonas más seguras de los suburbios, fuera de las “8 millas” y ya desde 1967, comienza a ser relevante el abandono de edificios, propiedades, tiendas y negocios en el centro.
No obstante los suburbios pronto se convertirán en tan solo una especie de “alto en el camino” al abandono total de la ciudad porque desde la década de 1970, las grandes compañías del motor empiezan a deslocalizar masivamente su producción en países asiáticos, condenando definitivamente a la ciudad.
Su plan maestro es aprovechar la mano de obra barata en los entonces países emergentes como el Japón de los 70 y seguir vendiendo coches en Estados Unidos, multiplicando así sus beneficios. Esta política funciona a corto plazo pero a largo plazo no es viable, ya que dispara las tasas de desempleo locales generando un paro galopante, que en el año 2010 alcanzaba el 20,5%, otro nuevo jinete del apocalipsis que sumar a todo lo anterior; el alto nivel de paro crea bolsas de pobreza y brotes de delincuencia.
Club de Yates de Detroit
Con el abandono absoluto de su clase media y alta, sus establecimientos y clubes sociales han sufrido el mismo abandono que la ciudad. El Club de Yates era el club social mas importante de la clase alta de la ciudad, y este club exclusivo tenia un costo de membresía de solo $1.00 por año. A comienzo de los 70 la ciudad obligo a sus miembros, casi el 100% de raza blanca, a integrar su filas y admitir neցros. El club fue abandonado unos años mas tarde.
El abandono de Detroit, se prolonga durante los años 80 y 90 para continuar durante todo lo que llevamos de siglo XXI, provocando la huida de más de un millón de personas. En los últimos tiempos, al llamado “vuelo blanco”, antes calificado de racista, le está siguiendo una especie de “vuelo neցro” porque ahora son las familias de tonalidad las que huyen del centro hacía los suburbios o hacía otras ciudades.
En los años 90 se empezaron a levantar casinos en el centro, los primeros fueron el MGM Grand Detroit, el MotorCity Casino, y el Greektown Casino, convirtiendo a Detroit en la quinta ciudad con más juego de Estados Unidos. Por un lado hay quien considera que el incremento en la recaudación de impuestos que suponen las apuestas, revitalizan la ciudad pero por otro lado, hay quien piensa que atraen todavía más delincuencia.
Las tasas de criminalidad varían según los estudios. Detroit es la sexta ciudad con más crímenes violentos de todos los Estados Unidos. Neighborhoodscout.com estima que los residentes tienen una probabilidad del 6,25% de sufrir un robo en su casa y una posibilidad del 1.67% de sufrir un crimen violento. La estadística en conjunto no es tan alta respecto a otras ciudades pero existen barrios como Mount Elliot, en la zona este, que es el 23º más violento de todo el país, registrando unos 150 crímenes violentos al año, es decir, uno cada dos o tres días.
El “downtown” es la zona más segura con diferencia. Visto en fotos, parace el centro de una ciudad de lujo con un aspecto envidiable, como si fuera una especie de oasis ajeno a lo que sucede en el entorno que le rodea;
Finalmente, a todo esto, hay que añadir un último clavo en el ataúd, la corrupción política, acentuada en los últimos años y percibida por los ciudadanos como una “cultura asentada” que amedrenta a futuros inversores. En Agosto del 2008 el alcalde de la ciudad, Kwame Kilpatrick, ingresaba en prisión, enfrentándose a sucesivos cargos por corrupción que le pueden acarrear 38 años de condena. Igualmente, unos 30 miembros de su gabinete están acusados con cargos federales.
Un abandono sangrante
El abandono de Detroit tiene una serie de características que lo hacen especialmente sangrante. La primera es que los negocios, infraestructuras o propiedades se abandonan dejándolas tal cual, en muchas ocasiones con todo el mobiliario intacto en su interior porque como todo el mundo se va, no se puede vender ni el inmueble ni lo que hay dentro.
Muchos edificios de servicio público, preparados para atender a una población de 2 millones, se vuelven insostenibles por falta de recaudación de impuestos. A la larga acaban cerrándose sus puertas quedando abandonados, sin nadie responsable de vaciarlos o de reciclar lo que hay dentro.
El abandono más emblemático es la estación central de trenes, la “Michigan Central Station”, un majestuoso edificio con avenidas, columnas jónicas, bóvedas, amplios salones de espera.
Las bibliotecas quedan abandonadas con sus estanterías repletas de libros, casi ordenados en su sitio, con los “post-it” amarillos que habían pegado los bibliotecarios cuando los clasificaron. Este tipo de sucesos levantan ampollas porque en otros puntos de la ciudad, los colegios no tienen material escolar. En la imagen, la biblioteca pública de East Side;
La comisaria de Highland Park, tapiada por fuera, denota por dentro que estaba perfectamente operativa cuando fue desocupada. Las celdas y la sala de reuniones siguen aún en bastante buen estado;
…y todas las fichas policiales, posteriormente sacadas de sus archivadores, siguen dentro. Incluso queda munición en un plato lista para disparar, tal y como la dejaron los agentes antes de irse para siempre;
La iglesia presbiteriana de Woodward Avenue, en perfecto estado por fuera. El enorme órgano de tubos sigue intacto detrás del púlpito. El mobiliario de madera se carcome lentamente;