Meto pedazo de tocho por desahogarme en algún sitio.
Nekane Murga ha dicho hoy que es una aberración eximir de mascarilla a pacientes con problemas respiratorios, ya que al que pueda sufrir una insuficiencia respiratoria por mascarilla, si pilla el el bichito morirá. Una orate con todas las letras. Vamos que si no te mueres de una cosa te mueres de otra.
Siempre he tenido problemas de depresión, pero también he sido una persona muy luchadora. Pero estos días, las tendencias suicidas se están apoderando de mí, la apatía, el repruebo, los llantos. Y veo poca salida.
Tengo 41 años, una discapacidad de un 33% tanto física como mental que me hice trabajando en este país cuando me dijeron en casa que tenñia que dejar de estudiar. Acepté curros de cosa hasta que acabé como acabé.
Tuve una temporada de dolores muy intensos físicos, que he conseguido solucionar en gran medida gracias a un ostéopata que me salvó la vida (por el fulastre del traumatólogo ya estaba en silla de ruedas), y después, por el deporte.
Conocí a una chica y me fui a vivir a un país mucho más serio. Pero la falta de preparación hizo que tuviera que aceptar trabajos “de viajero” que dadas mis limitaciones tampoco fueron del todo bien.
Cuando acabó la relación con esa chica, a la que deseo lo mejor, me dije que esto tenía que acabar. Con 35 años volví a España, hice un módulo superior de informática, y lo acabé con las mejores notas del centro.
Decir que otra de mis decisiones de iluso fue rechazar un Erasmus en Alemania porque al saber alemán me lo ponían en bandeja, pero como no me aseguraban que llegase el dinero a tiempo y yo no podía pagarlo lo rechacé. Luego me di cuenta que podía haber pedido un mini crédito y pagarlo cuando me llegase la pasta, pero ya era tarde. Y en casa no es que me ayude mi progenitora octogenaria, tóxica y enferma a tomar buenas decisiones. También me quedé en parte por cuidar de ella. Error, ya que es una persona muy negativa y destructiva, como digo.
Tenía bien claro que mi idea era volver a emigrar, que no iba a pasar por la cosa de mercado privado español, y más viendo cómo estaba, para variar, el tema de la informática.
Como no tenía experiencia, me puse a hacer un CV por mi cuenta, trabajos propios y demás. Por fín me llamaron de una empresa extranjera. Trabajé para ellos, y todo bien, salvo cuando empecé a ver que la empresa era de un hijo de españoles y la manera de ser del empresario español la había heredado. Fui con un contrato de junior, pretendía que le sacara la empresa de la ruina entre yo y otro, me prometió que había gente cualificada de la que iba a aprender, y no hubo nada de eso.
Como vi el percal, y mi progenitora se puso enferma, acordamos teletrabajo, ir de vez en cuando al país, y hacerme autónomo en España… cuando me di cuenta, había vendido la empresa y me había dejado 2.000 pavos a deber que, al no haber al final contrato firmado (me marché antes de poder hacerlo), no he podido reclamar.
Ya tenía tramitado el permiso de residencia, podía haberme quedado allí y buscar otra cosa, pero, otra decisión de iluso, decidí quedarme con mi progenitora y opositar ya que, como siempre he sido bueno estudiando, y al tener la discapacidad del 33%, hay plazas reservadas. Tenía y tengo claro que la única manera de llevar una vida digna en España es ser político o funcionario.
Me presenté a las anteriores sólo para verlas, sin haber estudiado, y me quedé a una pregunta de aprobar. Por lo que me puso a fuego con ello.
Pero llegó lo del el bichito. Y no, no voy a quejarme de la debacle económica y la incertidumbre de oposiciones, porque ya sé que en este foro de liberales están deseosos de ver caer al único colectivo que vive dignamente en este país (aunque no digo que en algunas cosas no hubiera que meterles un poco de mano).
Lo que me tiene tan mal, como nunca antes había estado, es la gestión de esta crisis por parte de los políticos, el comportamiento de nuestra sociedad. Cosas como las que cité arriba de Nekane Murga que son pura MALDAD.
Ya sabemos que nunca es que hayamos tenido unos políticos muy para con los intereses del pueblo: inmi gración masiva, industria de género… Pero el comportamiento absolutamente psicótico de, entre otras cosas, obligarnos ponernos mascarilla en la calle o en el gimnasio (en lugares como Euskadi, esperando oprtunamente a ganar las elecciones para hacerlo aunque Nekane Murga se reía de Pedro Sanchez por salir con mascarilla pocos días antes y ese mismo fín de semana celebraba la victoria de su partido con besos y abrazos).
Mascarilla en los gimnasios, los medios alentando al pánico, pruebas inservibles como el PCR para aumentar positivos, contar como muertos por cobi19 gente que se ha suicidado y en la autopsia dio positivo…
Soy partidario de que haya una mínima precaución y usar mascarilla y desinfectarse en centros de tras*porte, etc. Pero lo de llevarla por la calle o en gimnasios es algo que sólo se está viendo en este país, comportamientos psicopáticos y una sociedad alienada que te dice, como me ha dicho mi médico hoy, que “sí, puede hacerte daño a la salud la mascarilla, pero peor es coger el el bichito”, cuando cualquiera que tenga cerebro ya sabe y ha comprobado que ese bichito de cosa sólo da problemas en casos puntuales, como toda la vida ha habido muertos o ingresados jóvenes y sanos por neumonía, pero no daban la matraca con ello.
Ya somos también apestados en Europa, y no por el bichito, sino por la pésima gestión alarmista, asfixiante, y destructora de economías de la que TODOS nuestros partidos son responsables o cómplices. Porque no hay NI UN SOLO PARTIDO que se salve. Todos sirven al mismo fín, la agenda globalista, incluso vox, a su modo.
Para rematar, los progres de t5 entrevistaban hoy sobre los riesgos de un nuevo confinamiento a un periodista como Daniel Lacalle, un neoliberal cómplice de los progres (pues son dos movimientos que van juntos de la mano en casi todos sus objetivos), que no obstante afirmaba lo evidente, que un nuevo confinamiento tendría graves consecuencias económicas, aunque me temo que la intención era, más que velar por el bienestar económico del país, doblegar a los disidentes y meterles el miedo en el cuerpo, para que cuando hagan confinamiento digan “os lo dijimos”, y señalarnos a los que no tragamos con este timo como culpables, y nos enfrentemos entre nosotros. Quizá sea uno de los efectos que buscan con todo esto.
En fín, volviendo a mí, que tengo una claustrofobia brutal, por vivir en España. Es como si se me cayera el cielo encima, como si hubiera todo un sistema de zombies en la administración, gobierno y en las calles, vigilando y señalando. Un 1984 en toda regla. Hasta tuvimos nuestro minuto de repruebo con los aplausos a las 8.
Sé que he cometido muchos errores en mi vida, pero el de haberme vuelto a España me está pasando cada día más factura. Volver ahora a marcharme supondría retomar la informática, ponerme al día, resubir mis trabajos que eliminé de la red por no pagar el hosting pensando que no iban a servirme más… y dado que no tenía mucha experiencia de por sí, sería cosa de dos o tres años si es que para entonces podemos salir de España. Encima han aparecido algunos problemas de salud oculares que hacen que no me convenga precisamente estar 10 horas programando, y pueden ir a peor con única salida operación de meter una lentilla interna en el ojo, que me da bastante mal rollo y puede haber rechazo.
Y no sé si seguir opositando, si marcharme y meter a mi progenitora en una residencia porque no son pocas las oportunidades que he perdido por cuidarla -además de que su negatividad, mala leche y puyas tóxicas como que nada lo hago bien me está quitando la energía día a día-, o si -y repruebo decir esto pero necesito desahogarme-, suicidarme.
No tengo fe en la gente, en la humanidad, por ahí fuera hacen las cosas mejor pero también intentar engañarte a la mínima. Veo cómo Soros, Gates y demás están convirtiendo nuestro futuro en una distopía con especial inquina y crueldad en España. Y la Agenda 2030 que se nos viene tiene toda la pinta de continuar con este plan de genocidio blanco, reducción de la población mediante este o cualquier otro método que se quieran inventar (banderilla del el bichito), restricción absoluta de nuestras libertades por miedo a un enemigo invisible (“nueva normalidad”), condenarnos a la soledad y estados mentales como el mío (“distancia social”, “responsabilidad”).
Ya no confío en mi familia, han aparecido muchos amabozales y policías de balcón entre elos que aplauden a la poli cuando pega una leche al que sale a hacer footing a su bola durante el confinamiento; ya no confío en mi médico, me da miedo ir a un hospital si lo necesito por temor a que me hagan un PCR que sólo sirve para dar falsos positivos ya que reacciona no sólo ante el el bichito sino ante muchos otros bichito, que me confinen por ello…
En nuestros políticos ya no es que no confíe, es que LES TEMO, SON NUESTROS ENEMIGOS. Y gente de la calle que creías amigos y ahora te llaman irresponsable por no llevar mascarilla (para la cuál he conseguido sacar un certificado que me exime, gracias a mi psicólogo que también está en contra de todo este psycop y es el que me ha contado de más casos de suicidio contados como el bichito, la complicidad de los médicos en todo esto, ya que tiene pacientes de todo tipo que se lo han confesado…)
No sé, muchas cosas pasan por mi cabeza: una mochila y al monte hasta que me muera, pero morir siendo libre, quitarme de en medio (no lo hago por mi progenitora pero si falta…).
En fín, si habéis llegado a leer hasta aquí, gracias. Me siento como un auténtico estulto por no tener ganas de luchar más, de cambiar el sistema; pero es que la gente no quiere, no lo merece. España quiere ser un pueblo sometido, como durante toda su historia, y los pocos que no queremos vivir así creo que ya no vamos a tener refugio ni en el funcionariado. Unirme al enemigo y meterme en política podría hacerlo, tengo labia y cultura, pero se me revolverían las tripas si tengo que defender el feminismo radical que sólo tenemos, de nuevo, en algunos países de cosa, para poder aspirar a algo que no sea trabajar 10 horas por 900 euros.
Eso si no nos asesinan a muchos con la vacunita de marras o la pobreza derivada de lo que estos me gusta la fruta están haciendo.
-"Mi nombre es legión, porque somos muchos". Efectivamente, lo son. Desde Pablo Iglesias o Nekane Murga hasta Abascal, desde Obama a Soros o Gates, pasando el policía de balcón del tercero . Son legión.
-"La marca de la bestia sin la cuál no podrás comprar ni vender" (cartillas el bichito como las que ha propuesto hoy, banderillas, chips quizá en un futuro....)
Un saludo a todos.
Nekane Murga ha dicho hoy que es una aberración eximir de mascarilla a pacientes con problemas respiratorios, ya que al que pueda sufrir una insuficiencia respiratoria por mascarilla, si pilla el el bichito morirá. Una orate con todas las letras. Vamos que si no te mueres de una cosa te mueres de otra.
Siempre he tenido problemas de depresión, pero también he sido una persona muy luchadora. Pero estos días, las tendencias suicidas se están apoderando de mí, la apatía, el repruebo, los llantos. Y veo poca salida.
Tengo 41 años, una discapacidad de un 33% tanto física como mental que me hice trabajando en este país cuando me dijeron en casa que tenñia que dejar de estudiar. Acepté curros de cosa hasta que acabé como acabé.
Tuve una temporada de dolores muy intensos físicos, que he conseguido solucionar en gran medida gracias a un ostéopata que me salvó la vida (por el fulastre del traumatólogo ya estaba en silla de ruedas), y después, por el deporte.
Conocí a una chica y me fui a vivir a un país mucho más serio. Pero la falta de preparación hizo que tuviera que aceptar trabajos “de viajero” que dadas mis limitaciones tampoco fueron del todo bien.
Cuando acabó la relación con esa chica, a la que deseo lo mejor, me dije que esto tenía que acabar. Con 35 años volví a España, hice un módulo superior de informática, y lo acabé con las mejores notas del centro.
Decir que otra de mis decisiones de iluso fue rechazar un Erasmus en Alemania porque al saber alemán me lo ponían en bandeja, pero como no me aseguraban que llegase el dinero a tiempo y yo no podía pagarlo lo rechacé. Luego me di cuenta que podía haber pedido un mini crédito y pagarlo cuando me llegase la pasta, pero ya era tarde. Y en casa no es que me ayude mi progenitora octogenaria, tóxica y enferma a tomar buenas decisiones. También me quedé en parte por cuidar de ella. Error, ya que es una persona muy negativa y destructiva, como digo.
Tenía bien claro que mi idea era volver a emigrar, que no iba a pasar por la cosa de mercado privado español, y más viendo cómo estaba, para variar, el tema de la informática.
Como no tenía experiencia, me puse a hacer un CV por mi cuenta, trabajos propios y demás. Por fín me llamaron de una empresa extranjera. Trabajé para ellos, y todo bien, salvo cuando empecé a ver que la empresa era de un hijo de españoles y la manera de ser del empresario español la había heredado. Fui con un contrato de junior, pretendía que le sacara la empresa de la ruina entre yo y otro, me prometió que había gente cualificada de la que iba a aprender, y no hubo nada de eso.
Como vi el percal, y mi progenitora se puso enferma, acordamos teletrabajo, ir de vez en cuando al país, y hacerme autónomo en España… cuando me di cuenta, había vendido la empresa y me había dejado 2.000 pavos a deber que, al no haber al final contrato firmado (me marché antes de poder hacerlo), no he podido reclamar.
Ya tenía tramitado el permiso de residencia, podía haberme quedado allí y buscar otra cosa, pero, otra decisión de iluso, decidí quedarme con mi progenitora y opositar ya que, como siempre he sido bueno estudiando, y al tener la discapacidad del 33%, hay plazas reservadas. Tenía y tengo claro que la única manera de llevar una vida digna en España es ser político o funcionario.
Me presenté a las anteriores sólo para verlas, sin haber estudiado, y me quedé a una pregunta de aprobar. Por lo que me puso a fuego con ello.
Pero llegó lo del el bichito. Y no, no voy a quejarme de la debacle económica y la incertidumbre de oposiciones, porque ya sé que en este foro de liberales están deseosos de ver caer al único colectivo que vive dignamente en este país (aunque no digo que en algunas cosas no hubiera que meterles un poco de mano).
Lo que me tiene tan mal, como nunca antes había estado, es la gestión de esta crisis por parte de los políticos, el comportamiento de nuestra sociedad. Cosas como las que cité arriba de Nekane Murga que son pura MALDAD.
Ya sabemos que nunca es que hayamos tenido unos políticos muy para con los intereses del pueblo: inmi gración masiva, industria de género… Pero el comportamiento absolutamente psicótico de, entre otras cosas, obligarnos ponernos mascarilla en la calle o en el gimnasio (en lugares como Euskadi, esperando oprtunamente a ganar las elecciones para hacerlo aunque Nekane Murga se reía de Pedro Sanchez por salir con mascarilla pocos días antes y ese mismo fín de semana celebraba la victoria de su partido con besos y abrazos).
Mascarilla en los gimnasios, los medios alentando al pánico, pruebas inservibles como el PCR para aumentar positivos, contar como muertos por cobi19 gente que se ha suicidado y en la autopsia dio positivo…
Soy partidario de que haya una mínima precaución y usar mascarilla y desinfectarse en centros de tras*porte, etc. Pero lo de llevarla por la calle o en gimnasios es algo que sólo se está viendo en este país, comportamientos psicopáticos y una sociedad alienada que te dice, como me ha dicho mi médico hoy, que “sí, puede hacerte daño a la salud la mascarilla, pero peor es coger el el bichito”, cuando cualquiera que tenga cerebro ya sabe y ha comprobado que ese bichito de cosa sólo da problemas en casos puntuales, como toda la vida ha habido muertos o ingresados jóvenes y sanos por neumonía, pero no daban la matraca con ello.
Ya somos también apestados en Europa, y no por el bichito, sino por la pésima gestión alarmista, asfixiante, y destructora de economías de la que TODOS nuestros partidos son responsables o cómplices. Porque no hay NI UN SOLO PARTIDO que se salve. Todos sirven al mismo fín, la agenda globalista, incluso vox, a su modo.
Para rematar, los progres de t5 entrevistaban hoy sobre los riesgos de un nuevo confinamiento a un periodista como Daniel Lacalle, un neoliberal cómplice de los progres (pues son dos movimientos que van juntos de la mano en casi todos sus objetivos), que no obstante afirmaba lo evidente, que un nuevo confinamiento tendría graves consecuencias económicas, aunque me temo que la intención era, más que velar por el bienestar económico del país, doblegar a los disidentes y meterles el miedo en el cuerpo, para que cuando hagan confinamiento digan “os lo dijimos”, y señalarnos a los que no tragamos con este timo como culpables, y nos enfrentemos entre nosotros. Quizá sea uno de los efectos que buscan con todo esto.
En fín, volviendo a mí, que tengo una claustrofobia brutal, por vivir en España. Es como si se me cayera el cielo encima, como si hubiera todo un sistema de zombies en la administración, gobierno y en las calles, vigilando y señalando. Un 1984 en toda regla. Hasta tuvimos nuestro minuto de repruebo con los aplausos a las 8.
Sé que he cometido muchos errores en mi vida, pero el de haberme vuelto a España me está pasando cada día más factura. Volver ahora a marcharme supondría retomar la informática, ponerme al día, resubir mis trabajos que eliminé de la red por no pagar el hosting pensando que no iban a servirme más… y dado que no tenía mucha experiencia de por sí, sería cosa de dos o tres años si es que para entonces podemos salir de España. Encima han aparecido algunos problemas de salud oculares que hacen que no me convenga precisamente estar 10 horas programando, y pueden ir a peor con única salida operación de meter una lentilla interna en el ojo, que me da bastante mal rollo y puede haber rechazo.
Y no sé si seguir opositando, si marcharme y meter a mi progenitora en una residencia porque no son pocas las oportunidades que he perdido por cuidarla -además de que su negatividad, mala leche y puyas tóxicas como que nada lo hago bien me está quitando la energía día a día-, o si -y repruebo decir esto pero necesito desahogarme-, suicidarme.
No tengo fe en la gente, en la humanidad, por ahí fuera hacen las cosas mejor pero también intentar engañarte a la mínima. Veo cómo Soros, Gates y demás están convirtiendo nuestro futuro en una distopía con especial inquina y crueldad en España. Y la Agenda 2030 que se nos viene tiene toda la pinta de continuar con este plan de genocidio blanco, reducción de la población mediante este o cualquier otro método que se quieran inventar (banderilla del el bichito), restricción absoluta de nuestras libertades por miedo a un enemigo invisible (“nueva normalidad”), condenarnos a la soledad y estados mentales como el mío (“distancia social”, “responsabilidad”).
Ya no confío en mi familia, han aparecido muchos amabozales y policías de balcón entre elos que aplauden a la poli cuando pega una leche al que sale a hacer footing a su bola durante el confinamiento; ya no confío en mi médico, me da miedo ir a un hospital si lo necesito por temor a que me hagan un PCR que sólo sirve para dar falsos positivos ya que reacciona no sólo ante el el bichito sino ante muchos otros bichito, que me confinen por ello…
En nuestros políticos ya no es que no confíe, es que LES TEMO, SON NUESTROS ENEMIGOS. Y gente de la calle que creías amigos y ahora te llaman irresponsable por no llevar mascarilla (para la cuál he conseguido sacar un certificado que me exime, gracias a mi psicólogo que también está en contra de todo este psycop y es el que me ha contado de más casos de suicidio contados como el bichito, la complicidad de los médicos en todo esto, ya que tiene pacientes de todo tipo que se lo han confesado…)
No sé, muchas cosas pasan por mi cabeza: una mochila y al monte hasta que me muera, pero morir siendo libre, quitarme de en medio (no lo hago por mi progenitora pero si falta…).
En fín, si habéis llegado a leer hasta aquí, gracias. Me siento como un auténtico estulto por no tener ganas de luchar más, de cambiar el sistema; pero es que la gente no quiere, no lo merece. España quiere ser un pueblo sometido, como durante toda su historia, y los pocos que no queremos vivir así creo que ya no vamos a tener refugio ni en el funcionariado. Unirme al enemigo y meterme en política podría hacerlo, tengo labia y cultura, pero se me revolverían las tripas si tengo que defender el feminismo radical que sólo tenemos, de nuevo, en algunos países de cosa, para poder aspirar a algo que no sea trabajar 10 horas por 900 euros.
Eso si no nos asesinan a muchos con la vacunita de marras o la pobreza derivada de lo que estos me gusta la fruta están haciendo.
-"Mi nombre es legión, porque somos muchos". Efectivamente, lo son. Desde Pablo Iglesias o Nekane Murga hasta Abascal, desde Obama a Soros o Gates, pasando el policía de balcón del tercero . Son legión.
-"La marca de la bestia sin la cuál no podrás comprar ni vender" (cartillas el bichito como las que ha propuesto hoy, banderillas, chips quizá en un futuro....)
Un saludo a todos.
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