No debemos caer en la trampa de conceder beligerancia a ciertos argumentos de los secesionistas catalanes.
El que un territorio salga perdiendo en su balance económico con el estado al que pertenece no da derecho ninguno a la separación. De echo,la secesión no es una cuestión de derecho pues los derechos residen en la soberanía(el estado español da validez en su territorio a la declaración universal de los derechos del hombre al suscribirlos pero si no los refrendase estos derecho no tendrían ninguna validez;v.g. las mujeres en muchos países no tienen derecho al voto por mucho que la declaración universal de los derechos del hombre pretenda la igualdad de sexos a nivel mundial) y los estados soberanos no contemplan entre sus leyes la posibilidad de la independencia de una parte del estado.
Si alguien pretende hablar de "derecho natural" en base a compartir señas de identidad,lengua ,historia etc estaría dando por supuesto la existencia del derecho natural,una sandez como un castillo.¿Porque aceptamos de modo tan natural como ciego que el tener un idioma común añade un "derecho" a independizarse? No hay ninguna razón por la que hablar igual nos de derecho a formar un estado. En la historia, dicho sea de paso,suele ser al contrario, es el estado impone a sus nuevos territorios anexionados un lenguaje común.
Lo que esta en juego aquí es demasiado importante como para caer en la trampa de dar por echo la validez de ciertas argumentaciones.
Aunque sea duro decirlo,no es una cuestión de tener derecho o no a independizarse. El conflicto esta meramente entre los deseos de los independentistas y la fortaleza del estado español. Sentimentalismos aparte, el estado no debe permitir la separación de ningún territorio por lo que ello conllevaría de perdida de la soberanía de los españoles sobre su propio país y porque supondría un debilitamiento frente a otros estados(Deseos e ingenuidades al margen lo que hay es lo que hay:un mundo dividido en estados soberanos en constante lucha de poder con los otros estados).
La espeluznante ley electoral que tenemos da una fuerza desproporcionada a los partidos nacionalistas lo que sumado a la miseria jovenlandesal de los partidos que han gobernado a España durante la actual partitocracia ,cuyos dirigentes no han dudado en pactar con estos partidos, hacen que quizá estemos en un punto de no retorno. Esperemos que aun no.