Araco
Madmaxista
- Desde
- 12 Jun 2014
- Mensajes
- 5.218
- Reputación
- 14.251
La cuestión es si existe predestinación o no, y que "nivel" se le da. San Agustín para plantearlo desde su punto de vista nombra a Ciceron, el cual me parece marco perfectamente lo que divide a un Romano de un pardoido. Lo expuesto a continuación es un extracto de "La Ciudad de Dios".
"Pero con especialidad, ¿qué fue lo que temió Cicerón en la presciencia de los futuros para que así procurase derribarla y destruirla con un raciocinio tan impío? Es, a saber, porque si se saben todas las cosas venideras, con el mismo orden que se sabe sucederán han de acontecer; y si han de acontecer con este orden, Dios, que lo sabe, ab aeterno, observa cierto y determinado orden; y si hay cierto orden en las cosas, necesariamente le hay también en las causas, ya que no puede ejecutarse operación alguna a que no preceda la causa eficiente, y si hay cierto orden de causas con que se efectúa todo cuanto se hace, “con el hado, dice, se hacen todas las cosas que se hacen, lo cual, si fuese cierto, nada está en nuestra potestad, y no hay libre albedrío en la voluntad; y si esto lo concedemos, prosigue, todas las acciones de la vida humana van por el suelo. En vano se promulgan leyes, en vano se aplican reprensiones, elogios, ignominias y exhortaciones, y sin justicia se prometen premios a los buenos y penas a los malos. Por este motivo, para que no se sigan estas consecuencias tan temerarias, funestas y perniciosas a las cosas humanas, no consiente que haya presciencia de los futuros, reduciendo Cicerón, y poniendo a un hombre Pío y temeroso de Dios en la estrechez de elegir una de dos vías"
"Pero con especialidad, ¿qué fue lo que temió Cicerón en la presciencia de los futuros para que así procurase derribarla y destruirla con un raciocinio tan impío? Es, a saber, porque si se saben todas las cosas venideras, con el mismo orden que se sabe sucederán han de acontecer; y si han de acontecer con este orden, Dios, que lo sabe, ab aeterno, observa cierto y determinado orden; y si hay cierto orden en las cosas, necesariamente le hay también en las causas, ya que no puede ejecutarse operación alguna a que no preceda la causa eficiente, y si hay cierto orden de causas con que se efectúa todo cuanto se hace, “con el hado, dice, se hacen todas las cosas que se hacen, lo cual, si fuese cierto, nada está en nuestra potestad, y no hay libre albedrío en la voluntad; y si esto lo concedemos, prosigue, todas las acciones de la vida humana van por el suelo. En vano se promulgan leyes, en vano se aplican reprensiones, elogios, ignominias y exhortaciones, y sin justicia se prometen premios a los buenos y penas a los malos. Por este motivo, para que no se sigan estas consecuencias tan temerarias, funestas y perniciosas a las cosas humanas, no consiente que haya presciencia de los futuros, reduciendo Cicerón, y poniendo a un hombre Pío y temeroso de Dios en la estrechez de elegir una de dos vías"