doctor_strangelove_
Pompero
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De alfa a beta: Me lié con mi alumna, me acabé enamorando y me rompió el corazón
Yo tengo treinta y pocos. Ellas veintipocos. Latina preciosa, de buena familia de médicos. Vino a Europa a estudiar para continuar con la tradición familiar ya que allí la Medicina no se enseña tan bien.
Nos conocimos este verano cuando di un cursillo de una técnica médica en un Hospital a alumnos de la Universidad X en una ciudad distinta a la mía. En aquel momento no me fijé en ella porque eran muchos alumnos cada día y yo siempre estaba concentrado en la técnica y en las explicaciones, etc. Además, la mayor parte del tiempo estábamos con la bata y las mascaras, por lo que no me quedaba con el aspecto de mis alumnos.
Pero al terminar el curso recibo un correo electrónico agradeciéndome el cursillo. Era ella. Me gustó su tono amable y educado, dulce y con palabras latinas, y le dije que si quería podíamos quedar otro día en la cafetería del Hospital, ya que yo tenía que dar ese mismo cursillo a más alumnos los siguientes días.
Ella accedió encantada y nada más quedar hubo química entre nosotros. Al principio sólo hablábamos del Hospital, del trabajo de médico y de nuestra vocación. Conectamos inmediatamente. Los dos venimos de familias con tradición en Medicina y nos sentíamos identificados. Era preciosa, inteligente y caí prendado de ella. La invité a cenar esa noche y había una química sensual tremenda, conmigo siendo su tutor de prácticas y ella mi alumna. Los dos lo sabíamos y sabíamos lo que iba a pasar. Y al final pasó. Terminamos acostándonos juntos esa noche.
Ella estaba tensa porque decía que lo había dejado con su novio de varios años hacía muy pocas semanas y no se sentía preparada, pero al final terminó por relajarse y tuvimos una genial sesión de sesso y cariño.
Los siguientes días yo tenía que volver a mi ciudad, así que seguimos en contacto por whassap. Ella era increiblmente dulce, cariñosa y caliente. Me fui pillando poco a poco de ella. Le propuse venir a mi ciudad un par de días y accedió. Lo pasamos genial, bebiendo, saliendo juntos a cenar, besándonos, amando, hablando.
A partir de entonces comenzamos a salir juntos como amigos con derecho. Ya fuera en mi ciudad o en la suya. El sesso era genial y disfrutábamos de cada momento juntos. Yo esperaba toda la semana al momento en que pudiese verla a ella. Comenzamos a hablar de niños, de que nos gustaría a los dos tener una familia, etc. Me fui enamorando de ella irremediablmente y la empecé a ver como la chica con la que compartir mi vida. En este momento recibí una noticia fantástica: su universidad me quería contratar dentro de poco como profesor para que diese un curso completo de estas técnicas en la propia universidad, no sólo un cursillo corto en un hospital asociado.
Sentí que el destino nos estaba poniendo juntos. Comenzamos a hablar de vivir juntos compartiendo piso. De liarnos en la propia uni. Del morbo de liarse con un profesor de la propia uni. Me decía que le ponía muchísimo. Me escribía diciéndome que me echaba de menos.
Yo le confesé mis sentimientos, que me estaba enamorando de ella, y ella me contestó que yo le gustaba y le ponía muchísimo, pero que todavía no se sentía preparada para una relación seria porque era muy reciente su ruptura con su ex. Pero que podíamos seguir como hasta ahora, como amamigos, y ya veríamos en el futuro.
Yo le decía que lo entendía perfectamente y me comporté como el perfecto pretendiente. Le invitaba a todo (yo lo entendía justo, pues ella era estudiante y yo trabajaba). Le llamaba cada día. Le di todo el cariño del mundo. La cuidaba cuando estaba enferma. Le regalaba chocolates y regalos por navidad. La invitaba a mis otras sesiones de cursos en otros hospitales, en un intento porque su hipergamia la hiciese derretirse por mí y aceptar tener una relación conmigo (ella me decía que le encantaba cuando me veía con la bata dando clase). Incluso le ayudaba con sus estudios y trabajos de Medicina a obtener buenas notas. Me porté como un novio perfecto con ella aunque no lo fuéramos, y ella no paraba de decirme que yo era lo que cualquier otra chica desearía, y que le daba pena no estar disponible emocionalmente en ese momento, pero que le diese tiempo y si teníamos que estar juntos, estaríamos.
Yo lo entendí y lo acepté. Yo también he tenido rupturas muy dolorosas en mi vida y entiendo cuando alguien está emocionalmente cerrado durante un tiempo. Tenía la esperanza de que si la colmaba de cariño, atenciones y amor, si me portaba como el perfecto caballero con ella, ella terminaría derribando la barrera emocional que se ponía entre nosotros. Confiaba también en que la naturaleza hipergámica femenina jugara su papel. Y en numerosas ocasiones parecía que iba avanzando: ella hablaba más y más de cómo sería si me presentase a su familia, lo diferente que yo era de los chicos de su edad que no sabían de qué iba la vida, me decía que ella empezaba a sentir algo por mí porque era imposible acostarse con alguien y no sentir algo, hablábamos de vivir juntos cuando yo comenzara a dar clase de las técnicas en su universidad, de viajar juntos, etc.
Sin embargo, había problemas importantes. Cuando estábamos en la calle ella no quería cogerme la mano ni darme besos, aunque luego en la cama era una fiera. Decía que si se enteraban en su Facultad de que se liaba con un profesor todo el mundo la pondría de fruta para arriba.
Seguía hablando con su ex porque decía que si cortaba toda comunicación podría hacer una locura y que sería temporal esa situación (su ex había terminado Medicina y se iba a ir a otra ciudad a trabajar).
Tenía cambios de ideas, proyectos y deseos constantes. Supongo que es normal en una cría de veintipocos años Tan pronto me escribía diciendo que quería más tiempo para estudiar y no agobiarse conmigo como me escribía al día siguiente diciéndome que no se lo tuviese en cuenta y que sólo estaba de bajon. Tan pronto me decía que no le agobiase, como me decía que si fuera a estar con un chico, el que más quería sería yo. Tan pronto me decía que quería viajar por todo el mundo conmigo como que no me enamorara de ella porque ella no estaba disponible en ese momento. Tan pronto me decía que se imaginaba conmigo juntos como me decía que tenía miedo de empezar conmigo y que luego le guste otro chico más (está tan buena que puede ser así de sincera, la nena. No necesita ni enmascarar sus pensamientos)
Otro problema es que era una chica hipersocial, constantemente conectada a las redes sociales, subiendo fotos chorras y buscando likes por todas partes, obsesionada con la validación externa y lo que el resto de sus amigos pensarían de ella. Esto hizo que yo empezara a ver red flags, pero me decía a mí mismo que todas las crías de veintipocos años eran igual y que se le pasaría con el tiempo.
Lo peor fue que empezó con los Shit Tests: me intentaba poner celoso con sus amigos o con algún tío que veía por la calle diciéndome "qué bueno está ese". Yo cuando le replicaba con "esa otra tb está buena" decía que se ponía celosa. O cuando le hablaba de un amigo que es policía y venía al hospital, me decía que tb le ponían los uniformes de polícia, etc. En fin, insensateces de cría, pero que unido a lo anterior ya me empezaba a mosquear. Ahora vi que eran Shit Tests y los fallé estrepitosamente.
Decía que me faltaba "actitud". Yo ahora lo veo como que fui un beta over 9000. Que mostré demasiada disponibilidad hacia ella. Que le subí el ego muchísimo (un profesor enamorado de su alumna...) pero que en cuanto le dediqué demasiada atención, recursos y cariño, perdió el interés por mí. Ella tiene a un millón de orbitadores alrededor de ella y yo ,creo, pasé a ser uno más en cuanto perdí el aura que me rodeaba cuando la conocí. De ahí lo de la "actitud" que no deja de ser un eufemismo de cosa.
Recuerdo que me cabreé bastante. ¿Qué huevones era para esa cría "actitud"? ¿Cortarse el pelo a lo chuloputas, emborracharse a cubatas en un bareto y subir fotos de cosa al instagramm haciendo poses de negratas de la MTV como harían sus amigos veinteañeros? Para mí, la actitud ante la vida era algo muy muy distinto.
¿Acaso te crees que uno puede sacarse la carrera de Medicina sin actitud? ¿Salvar vidas sin actitud? ¿Hacer un CPR a un herido en un accidente de tráfico como me había tocado hacer en más de una ocasión sin actitud? ¿Dar clase a decenas de alumnos y tras*mitirles la pasión por una vocación sin actitud? ¿Viajar por todo el mundo en ONGs ayudando en los agujeros más infectos de África sin actitud?
Me cabreé, pero me mordí la lengua. Aunque ahora pensándolo en retrospectiva, debería haberle puesto las cosas claras. De hecho, ella misma me estaba pidiendo a gritos que la pusiera en su sitio y yo no lo hice.
Finalmente, cuando le dije de verla de nuevo y dormir juntos, me contestó un mensaje que sólo como amigos y que no quería una relación en este momento porque había tomado una decisión y acostarse conmigo le afectaba en esa decisión y le hacía cambiar de idea. Que quería centrarse en ella misma y que agradecía todo lo que había hecho por ella pero que en ese momento lamentaba no poder corresponderme.
Me di cuenta en ese momento de mi nivel de betismo extremo y de que, muy probablemente, esa había sido la causa Esta situación podía ser por 3 razones:
a) Realmente no quería nada con nadie y quería concentrarse en ella, su carrera, su vida interior, bla bla bla. Algo creo que imposible en una cría preciosa de 21 años obsesionada con la validación social y con un millón de pagafantas orbitando alrededor.
b) Hay otro chico que ha demostrado más "actitud" que yo y ha pasado a ocupar un lugar en su radar que capta su interés más que yo. (Bastante posible)
c) No hay otro chico específico pero he caído directamente al nivel de beta, por lo que quedo descartado ya que siente que puede enconrar algo mejor.
Yo le agradecí su sinceridad y, aunque me dolió muchísimo por dentro, mantuve la serenidad. Me di cuenta en ese momento de lo pardillo que fui. De lo betazo que fui. De que todo lo que la había atraído lo había dilapidado yo dándole el sueño de hadas romántico que todas dicen que quieren pero que no quieren en realidad. Demasiada disponibilidad, demasiado seguimiento.
Me tras*formé. Intenté ser correcto, frío y educado. Ella me tanteó si estaba enfadado con ella o dolido o lo que fuera. Yo le dije que todo estaba bien, que me dolía (error mío por seguir mostrando sentimientos) pero que lo aceptaba. No le supliqué, ni le pregunté si en un futuro cambiaría de idea, ni nada.
Los días siguientes siguió escribiéndome, iniciando ella el contacto, con PING texts, preguntándome si yo estaba muy triste, o muy dolido etc. Yo ya comencé a ver que no era tanto por preocuparse por mí, sino por su maldita necesidad de validación personal. Ahora yo ya no inicio ningún contacto con ella y simplemente respondo a sus mensajes. Ha comenzado a decirme que quiere invitarme a cenar, a comer y a salir por ahí como amigos para agradecerme lo que he hecho con ella.
He comenzado a quedar con otras chicas y a practicar radio silence, a borrarle de mis redes sociales y a pasar de ella, aunque sigo enamorado y pensando en ella cada día. Es increíble cómo los hombres estamos dominado por la platano y los sentimientos, infinitamente más que las mujeres: sé, desde todas las luces de la racionalidad que esta relación no tienen ningún sentido, que ella es todavía muy inmadura y que lo que yo pido de familia, amor estabilidad, etc. ella no me lo puede dar, al menos en este momento. Sé que con veintipocos años es una veleta que no sabe ni lo que quiere en la vida y que puedo estar jugando con fuego. Pero cada vez que pienso en ella o escucho su voz el corazón me da un vuelco. Estamos diseñados para eso. Si por racionalidad fuera, quizá lo más racional para nuestros antepasados hubiera sido cazar para ellos lo mínimo necesario y no arriesgarse a morir cazando más y protegiendo de otros depredadores a la hembra de su tribu de la que se hubiese prendado.
Dentro de poco iré a su universidad a dar clase de la técnica médica y coincidiremos en el laboratorio, en el Hospital, en la Facultad de Medicina, en las tutorías etc, de nuevo yo como profesor y ella como alumna. No sé si entonces volverá a activarse su hipergamia, unido a que ya no la estoy haciendo caso, o no.
Hace tiempo me pasó una situación similar en lo emocional. Me pillé de una chica con la que amaba a menudo y yo quería algo serio (lo sé, soy un pardillo romántico). Ella era guapisima y muy popular y no quería nada serio, así que yo decidí cortar esa relación tóxica. Lo pasé mal pero seguimos como amigos ella con su vida y yo con la mía. Tiempo después, esta chica me vio con otra chica en un bar y volvió a contactar conmigo para volver a amar. Cuando yo le dije que no, se volvió loca. Me dijo que jamás nadie la había rechazado y se obsesionó conmigo. Me llamaba a todas horas, me venía a buscar al trabajo, contactaba con mi familia, etc. Y cuanto más me agobiaba más pasaba yo de ella, y cuanto más pasaba de ella más me quería. Hasta el día de hoy, en que sigue diciendo que está enamorada de mí y que no se puede creer lo estulta que fue de no haber aceptado . Ha tenido muchísimas otras relaciones, pero todas las compara conmigo (o con lo que ella me interpreta que fui) y dice que ningún hombre la ha tratado como yo.
No sé si con esta relación pasará lo mismo, o cómo terminará.
Esta es mi historia, de como partí de alfa y me convertí en un beta loco de amor. Quedo a la espera de vuestras valoraciones, análisis y coñas varias. Os agradezco vuestros comentarios enormemente, hermanos.
Yo tengo treinta y pocos. Ellas veintipocos. Latina preciosa, de buena familia de médicos. Vino a Europa a estudiar para continuar con la tradición familiar ya que allí la Medicina no se enseña tan bien.
Nos conocimos este verano cuando di un cursillo de una técnica médica en un Hospital a alumnos de la Universidad X en una ciudad distinta a la mía. En aquel momento no me fijé en ella porque eran muchos alumnos cada día y yo siempre estaba concentrado en la técnica y en las explicaciones, etc. Además, la mayor parte del tiempo estábamos con la bata y las mascaras, por lo que no me quedaba con el aspecto de mis alumnos.
Pero al terminar el curso recibo un correo electrónico agradeciéndome el cursillo. Era ella. Me gustó su tono amable y educado, dulce y con palabras latinas, y le dije que si quería podíamos quedar otro día en la cafetería del Hospital, ya que yo tenía que dar ese mismo cursillo a más alumnos los siguientes días.
Ella accedió encantada y nada más quedar hubo química entre nosotros. Al principio sólo hablábamos del Hospital, del trabajo de médico y de nuestra vocación. Conectamos inmediatamente. Los dos venimos de familias con tradición en Medicina y nos sentíamos identificados. Era preciosa, inteligente y caí prendado de ella. La invité a cenar esa noche y había una química sensual tremenda, conmigo siendo su tutor de prácticas y ella mi alumna. Los dos lo sabíamos y sabíamos lo que iba a pasar. Y al final pasó. Terminamos acostándonos juntos esa noche.
Ella estaba tensa porque decía que lo había dejado con su novio de varios años hacía muy pocas semanas y no se sentía preparada, pero al final terminó por relajarse y tuvimos una genial sesión de sesso y cariño.
Los siguientes días yo tenía que volver a mi ciudad, así que seguimos en contacto por whassap. Ella era increiblmente dulce, cariñosa y caliente. Me fui pillando poco a poco de ella. Le propuse venir a mi ciudad un par de días y accedió. Lo pasamos genial, bebiendo, saliendo juntos a cenar, besándonos, amando, hablando.
A partir de entonces comenzamos a salir juntos como amigos con derecho. Ya fuera en mi ciudad o en la suya. El sesso era genial y disfrutábamos de cada momento juntos. Yo esperaba toda la semana al momento en que pudiese verla a ella. Comenzamos a hablar de niños, de que nos gustaría a los dos tener una familia, etc. Me fui enamorando de ella irremediablmente y la empecé a ver como la chica con la que compartir mi vida. En este momento recibí una noticia fantástica: su universidad me quería contratar dentro de poco como profesor para que diese un curso completo de estas técnicas en la propia universidad, no sólo un cursillo corto en un hospital asociado.
Sentí que el destino nos estaba poniendo juntos. Comenzamos a hablar de vivir juntos compartiendo piso. De liarnos en la propia uni. Del morbo de liarse con un profesor de la propia uni. Me decía que le ponía muchísimo. Me escribía diciéndome que me echaba de menos.
Yo le confesé mis sentimientos, que me estaba enamorando de ella, y ella me contestó que yo le gustaba y le ponía muchísimo, pero que todavía no se sentía preparada para una relación seria porque era muy reciente su ruptura con su ex. Pero que podíamos seguir como hasta ahora, como amamigos, y ya veríamos en el futuro.
Yo le decía que lo entendía perfectamente y me comporté como el perfecto pretendiente. Le invitaba a todo (yo lo entendía justo, pues ella era estudiante y yo trabajaba). Le llamaba cada día. Le di todo el cariño del mundo. La cuidaba cuando estaba enferma. Le regalaba chocolates y regalos por navidad. La invitaba a mis otras sesiones de cursos en otros hospitales, en un intento porque su hipergamia la hiciese derretirse por mí y aceptar tener una relación conmigo (ella me decía que le encantaba cuando me veía con la bata dando clase). Incluso le ayudaba con sus estudios y trabajos de Medicina a obtener buenas notas. Me porté como un novio perfecto con ella aunque no lo fuéramos, y ella no paraba de decirme que yo era lo que cualquier otra chica desearía, y que le daba pena no estar disponible emocionalmente en ese momento, pero que le diese tiempo y si teníamos que estar juntos, estaríamos.
Yo lo entendí y lo acepté. Yo también he tenido rupturas muy dolorosas en mi vida y entiendo cuando alguien está emocionalmente cerrado durante un tiempo. Tenía la esperanza de que si la colmaba de cariño, atenciones y amor, si me portaba como el perfecto caballero con ella, ella terminaría derribando la barrera emocional que se ponía entre nosotros. Confiaba también en que la naturaleza hipergámica femenina jugara su papel. Y en numerosas ocasiones parecía que iba avanzando: ella hablaba más y más de cómo sería si me presentase a su familia, lo diferente que yo era de los chicos de su edad que no sabían de qué iba la vida, me decía que ella empezaba a sentir algo por mí porque era imposible acostarse con alguien y no sentir algo, hablábamos de vivir juntos cuando yo comenzara a dar clase de las técnicas en su universidad, de viajar juntos, etc.
Sin embargo, había problemas importantes. Cuando estábamos en la calle ella no quería cogerme la mano ni darme besos, aunque luego en la cama era una fiera. Decía que si se enteraban en su Facultad de que se liaba con un profesor todo el mundo la pondría de fruta para arriba.
Seguía hablando con su ex porque decía que si cortaba toda comunicación podría hacer una locura y que sería temporal esa situación (su ex había terminado Medicina y se iba a ir a otra ciudad a trabajar).
Tenía cambios de ideas, proyectos y deseos constantes. Supongo que es normal en una cría de veintipocos años Tan pronto me escribía diciendo que quería más tiempo para estudiar y no agobiarse conmigo como me escribía al día siguiente diciéndome que no se lo tuviese en cuenta y que sólo estaba de bajon. Tan pronto me decía que no le agobiase, como me decía que si fuera a estar con un chico, el que más quería sería yo. Tan pronto me decía que quería viajar por todo el mundo conmigo como que no me enamorara de ella porque ella no estaba disponible en ese momento. Tan pronto me decía que se imaginaba conmigo juntos como me decía que tenía miedo de empezar conmigo y que luego le guste otro chico más (está tan buena que puede ser así de sincera, la nena. No necesita ni enmascarar sus pensamientos)
Otro problema es que era una chica hipersocial, constantemente conectada a las redes sociales, subiendo fotos chorras y buscando likes por todas partes, obsesionada con la validación externa y lo que el resto de sus amigos pensarían de ella. Esto hizo que yo empezara a ver red flags, pero me decía a mí mismo que todas las crías de veintipocos años eran igual y que se le pasaría con el tiempo.
Lo peor fue que empezó con los Shit Tests: me intentaba poner celoso con sus amigos o con algún tío que veía por la calle diciéndome "qué bueno está ese". Yo cuando le replicaba con "esa otra tb está buena" decía que se ponía celosa. O cuando le hablaba de un amigo que es policía y venía al hospital, me decía que tb le ponían los uniformes de polícia, etc. En fin, insensateces de cría, pero que unido a lo anterior ya me empezaba a mosquear. Ahora vi que eran Shit Tests y los fallé estrepitosamente.
Decía que me faltaba "actitud". Yo ahora lo veo como que fui un beta over 9000. Que mostré demasiada disponibilidad hacia ella. Que le subí el ego muchísimo (un profesor enamorado de su alumna...) pero que en cuanto le dediqué demasiada atención, recursos y cariño, perdió el interés por mí. Ella tiene a un millón de orbitadores alrededor de ella y yo ,creo, pasé a ser uno más en cuanto perdí el aura que me rodeaba cuando la conocí. De ahí lo de la "actitud" que no deja de ser un eufemismo de cosa.
Recuerdo que me cabreé bastante. ¿Qué huevones era para esa cría "actitud"? ¿Cortarse el pelo a lo chuloputas, emborracharse a cubatas en un bareto y subir fotos de cosa al instagramm haciendo poses de negratas de la MTV como harían sus amigos veinteañeros? Para mí, la actitud ante la vida era algo muy muy distinto.
¿Acaso te crees que uno puede sacarse la carrera de Medicina sin actitud? ¿Salvar vidas sin actitud? ¿Hacer un CPR a un herido en un accidente de tráfico como me había tocado hacer en más de una ocasión sin actitud? ¿Dar clase a decenas de alumnos y tras*mitirles la pasión por una vocación sin actitud? ¿Viajar por todo el mundo en ONGs ayudando en los agujeros más infectos de África sin actitud?
Me cabreé, pero me mordí la lengua. Aunque ahora pensándolo en retrospectiva, debería haberle puesto las cosas claras. De hecho, ella misma me estaba pidiendo a gritos que la pusiera en su sitio y yo no lo hice.
Finalmente, cuando le dije de verla de nuevo y dormir juntos, me contestó un mensaje que sólo como amigos y que no quería una relación en este momento porque había tomado una decisión y acostarse conmigo le afectaba en esa decisión y le hacía cambiar de idea. Que quería centrarse en ella misma y que agradecía todo lo que había hecho por ella pero que en ese momento lamentaba no poder corresponderme.
Me di cuenta en ese momento de mi nivel de betismo extremo y de que, muy probablemente, esa había sido la causa Esta situación podía ser por 3 razones:
a) Realmente no quería nada con nadie y quería concentrarse en ella, su carrera, su vida interior, bla bla bla. Algo creo que imposible en una cría preciosa de 21 años obsesionada con la validación social y con un millón de pagafantas orbitando alrededor.
b) Hay otro chico que ha demostrado más "actitud" que yo y ha pasado a ocupar un lugar en su radar que capta su interés más que yo. (Bastante posible)
c) No hay otro chico específico pero he caído directamente al nivel de beta, por lo que quedo descartado ya que siente que puede enconrar algo mejor.
Yo le agradecí su sinceridad y, aunque me dolió muchísimo por dentro, mantuve la serenidad. Me di cuenta en ese momento de lo pardillo que fui. De lo betazo que fui. De que todo lo que la había atraído lo había dilapidado yo dándole el sueño de hadas romántico que todas dicen que quieren pero que no quieren en realidad. Demasiada disponibilidad, demasiado seguimiento.
Me tras*formé. Intenté ser correcto, frío y educado. Ella me tanteó si estaba enfadado con ella o dolido o lo que fuera. Yo le dije que todo estaba bien, que me dolía (error mío por seguir mostrando sentimientos) pero que lo aceptaba. No le supliqué, ni le pregunté si en un futuro cambiaría de idea, ni nada.
Los días siguientes siguió escribiéndome, iniciando ella el contacto, con PING texts, preguntándome si yo estaba muy triste, o muy dolido etc. Yo ya comencé a ver que no era tanto por preocuparse por mí, sino por su maldita necesidad de validación personal. Ahora yo ya no inicio ningún contacto con ella y simplemente respondo a sus mensajes. Ha comenzado a decirme que quiere invitarme a cenar, a comer y a salir por ahí como amigos para agradecerme lo que he hecho con ella.
He comenzado a quedar con otras chicas y a practicar radio silence, a borrarle de mis redes sociales y a pasar de ella, aunque sigo enamorado y pensando en ella cada día. Es increíble cómo los hombres estamos dominado por la platano y los sentimientos, infinitamente más que las mujeres: sé, desde todas las luces de la racionalidad que esta relación no tienen ningún sentido, que ella es todavía muy inmadura y que lo que yo pido de familia, amor estabilidad, etc. ella no me lo puede dar, al menos en este momento. Sé que con veintipocos años es una veleta que no sabe ni lo que quiere en la vida y que puedo estar jugando con fuego. Pero cada vez que pienso en ella o escucho su voz el corazón me da un vuelco. Estamos diseñados para eso. Si por racionalidad fuera, quizá lo más racional para nuestros antepasados hubiera sido cazar para ellos lo mínimo necesario y no arriesgarse a morir cazando más y protegiendo de otros depredadores a la hembra de su tribu de la que se hubiese prendado.
Dentro de poco iré a su universidad a dar clase de la técnica médica y coincidiremos en el laboratorio, en el Hospital, en la Facultad de Medicina, en las tutorías etc, de nuevo yo como profesor y ella como alumna. No sé si entonces volverá a activarse su hipergamia, unido a que ya no la estoy haciendo caso, o no.
Hace tiempo me pasó una situación similar en lo emocional. Me pillé de una chica con la que amaba a menudo y yo quería algo serio (lo sé, soy un pardillo romántico). Ella era guapisima y muy popular y no quería nada serio, así que yo decidí cortar esa relación tóxica. Lo pasé mal pero seguimos como amigos ella con su vida y yo con la mía. Tiempo después, esta chica me vio con otra chica en un bar y volvió a contactar conmigo para volver a amar. Cuando yo le dije que no, se volvió loca. Me dijo que jamás nadie la había rechazado y se obsesionó conmigo. Me llamaba a todas horas, me venía a buscar al trabajo, contactaba con mi familia, etc. Y cuanto más me agobiaba más pasaba yo de ella, y cuanto más pasaba de ella más me quería. Hasta el día de hoy, en que sigue diciendo que está enamorada de mí y que no se puede creer lo estulta que fue de no haber aceptado . Ha tenido muchísimas otras relaciones, pero todas las compara conmigo (o con lo que ella me interpreta que fui) y dice que ningún hombre la ha tratado como yo.
No sé si con esta relación pasará lo mismo, o cómo terminará.
Esta es mi historia, de como partí de alfa y me convertí en un beta loco de amor. Quedo a la espera de vuestras valoraciones, análisis y coñas varias. Os agradezco vuestros comentarios enormemente, hermanos.
