Cuando Reino Unido le de un segundo referéndum a Escocia, le habrá dado otra lección de democracia al estado español

No puedo vivir eternamente en estado de furia y por eso (y porque llevo un resacón de huevones: en miércoles y con un par) sólo me siento melancólico al pensar en las decenas de miles de falsos empleos que nada aportan a la sociedad; los millones de falsas ilusiones destinadas a ser defraudadas; los cientos de miles de cargos y cargas públicos que jamás han hecho otra cosa en la vida que recorrer incesantemente los pasillos de las sedes de los partidos; los cientos de miles de millones de dinero público malgastados y los que han obligado a malgastar a los particulares; los millones de rencores, de mezquindades, de vilezas; los cientos de miles de jóvenes cuya infancia ha sido arruinada y cuya madurez estará llena de amargura si llegan a tomar conciencia del experimento de que han sido objeto... todo esto tanto por los nazionanismos como por æl jenaro.

Sociedad enferma. Y dicen los egspertos que la metástasis está tan extendida que es mejor dejar las cosas como están que buscar una cura: que es mejor una infame sociedad divivida en mezquinas guerras civiles de sexos o de satrapías, infestada de parásitos. Dicen estos animalistas de nuevo cuño que tenemos que convivir con la sarna y la tiña porque son parte de nuestra naturaleza, que tenemos que ser amigos de los piojos, las pulgas, las liendres y las tenias porque son animales y tienen derechos.
 
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