Crónica de una extinción futura El genocidio invisible: el fin de la población blanca

Salvini propone la creación de una alianza "para salvar" a Europa de la inmi gración ilegal y proteger su cultura
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La reducción demográfica no es algo malo per sé. Precisamente la epidemia de peste de color que devastó a Europa en el siglo XIV fue el detonante de una concentración de capitales, y la mejora del nivel de vida que dio paso al renacimiento.

Aunque comparto mucho del artículo, discuto completamente las culpabilidades que parece centrar en "las multinacionales que quieren fomentar un modelo globalista". Un turco demasiado facilón y que desacredita la seriedad del análisis. A las multinacionales les da igual vender a 50 millones Londres y a 100 en la India, que vender a 150 a indios en Londres. Por lo tanto, no necesitan esta migración masiva para nada, y mucho menos para producir más barato, teniendo mucho más sencillo delocalizar su fábrica que no importar trabajadores para seguir sometidos a los SMI del modelo regulatorio europeo.

El verdadero culpable del extraño suicidio de Europa tiene un nombre: ESTADO DEL BIENESTAR.

La estructura de la seguridad social origina dos efectos colaterales perniciosos:

1) Antaño, tener muchos hijos era un seguro para la vejez -dado que se asumía que los hijos mantendrían a los padres. En el momento en que ese papel lo asume el Estado, la necesidad de tener hijos es nula -son una carga en el presente pero no una garantía para el futuro-. Así que se ha eliminado el principal factor que animaba -de manera natural- a la reproducción masiva por un puro sentimiento egoista de supervivencia.

2) El hecho de que el Estado asume esa responsabilidad, por su parte, crea en los vástagos una irresponsabilidad total hacia sus progenitores. Ya no son de su incumbencia. Así que salen hijos más egoístas, menos atentos, lo que induce a los padres a plantearse si en realidad merece la pena todo el esfuerzo y el sacrificio.

Así que la natalidad pasa de ser una "necesidad vital", a convertirse en un lujo consumista más. Y dentro de éstos, uno extremadamente caro. Las parejas tienen uno por probar, y ya vale.

Si a esto sumamos que el sistema necesita el trabajo de la mujer para mantener el nivel de las cotizaciones en el gran esquema de Ponzi, le añadimos otro factor que agrava la posibilidad de la maternidad. Es falso que un sólo sueldo no dé para sostener una familia. Lo que ocurre es que un sólo sueldo no cotiza para mantener a los pensionistas pasados -marido y mujer-.


Todo esto no tendría mucha importancia -la disminución poblacional- si no es por las pensiones. Pero.... ¿cómo mantener el esquema de Ponzi si no es con la natalidad? Pues no queda otra que importar nuevos trabajadores. Y ésta es la principal razón por la que los políticos de todos los colores están a favor de la oleada turística. Pues lo contrario provocaría un colapso total del modelo del bienestar que es su único activo político ante la ciudadanía.

Por último, para quienes pretenden promover la natalidad como solución... ¿Cúantos años lleva para que un niño nacido hoy termine cotizando al sistema? De 20 a 30 años. ¿Y cómo se van a pagar las pensiones durante ese periodo?

La respuesta, lamentablemente, es mediante la inmi gración. Y naturalmente, para pagarle las pensiones a esos millones de pagapensiones, habrá que importar el doble de pagapensiones, y así hasta la total extinción racial y cultural.

Así que, sintiéndolo mucho, el día en que Occidente aceptó el modelo del Estado del Bienestar sin tener en cuenta sus efectos colaterales, firmó su sentencia de fin. Y no hay nada que podamos hacer, porque no es nada realista ninguna de las soluciones propuestas:

a) No es posible fomentar la natalidad en los números necesarios para sostener el modelo sin inmi gración.

b) No es posible tras*formar el modelo del bienestar sin una revuelta de una ciudadanía acostumbrada a que el Estado sea su garantía de vida.

c) No hay ni un sólo político con la capacidad de operar cambios, y aunque lo hubiera, el votante jamás aceptará los cambios drásticos y necesarios para salvar su civilización.

Así que, queridos niños míos... Estudiad el Noble Corán, porque os hará falta.