M. Priede
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El titular de El Economista creo que induce a error. En principio se podría pensar que está en lo cierto: "China corteja a España para que presione a la UE en la investigación sobre los vehículos eléctricos", sin embargo creo que China tiene a los europeos agarrados por el cuello: "O me permites fabricar en territorio de la UE o te cierro la industria europea en China". China es el principal importador de la UE, especialmente de Alemania, pero también de Francia y de Italia, y las fábricas de esos países en China, especialmente de Alemania, venden allí infinitamente más que en la UE, así que como diría Jesús Polanco cuando salieron a concurso las cadenas privadas de televisión a finales de los 80: "No hay huevones a negarme a mí una cadena de televisión, aunque sea de pago".
Es lo que más o menos vienen a decir los chinos: "España es un país donde la electricidad renovable es fácil de conseguir (seguramente que instalarán sus propios paneles, lo mismo que Amazon en Aragón), tiene experiencia en fabricar coches y una industria de componentes del automóvil con décadas de desarrollo, así que lo que están dejando las multinacionales europeas y estadounidenses lo aprovecharemos nosotros. Pero sobre todo es la energía renovable barata. ¿Qué Scholtz, Macron o Von der Leyen se va a oponer?"
Ojo, porque lo de Amazon (15.000 millones) y lo de ahora los chinos recuerda mucho las inversiones de EEUU y Japón de los años 60; antes era por los salarios bajos y ahora por los costes energéticos, porque si los francess exigen precio de la luz alto, estas empresas sólo tiene que poner sus propias instalaciones, y nada más soleado que Aragón y Extremadura, y ni franceses ni Dios bendito se atreverá contra los intereses de EEUU y China; únicamente será EEUU quien se pueda oponer a lo de China, pero eso necesita ser refrendado por la UE, y, como ya dije, ni Alemania ni Francia se atreven con China.
Es posible que veamos más inversiones en España; si de lo que se trata es de acercar la producción a los lugares de consumo, estamos muy bien situados; más extraño es que Cobo Calleja en Madrid sea el centro de distribución de mercancía china más grande de Europa, y ahí está. No sé cómo será en otro países, pero el negocio chino en España se viene expandiendo desde hace 30 años, desde que llegaron los primeros vendiendo flores por los bares y bocadillos por la calle (hoy son la continuidad de los bares Paco que fueron cerrando y sirven menús de ocho euros) hasta los bazares, donde hay pueblos con tres mil habitantes que ya tienen hasta tres, y en competencia, porque los tres son grandes y tiene casi las mismas cosas.
Es lo que más o menos vienen a decir los chinos: "España es un país donde la electricidad renovable es fácil de conseguir (seguramente que instalarán sus propios paneles, lo mismo que Amazon en Aragón), tiene experiencia en fabricar coches y una industria de componentes del automóvil con décadas de desarrollo, así que lo que están dejando las multinacionales europeas y estadounidenses lo aprovecharemos nosotros. Pero sobre todo es la energía renovable barata. ¿Qué Scholtz, Macron o Von der Leyen se va a oponer?"
Ojo, porque lo de Amazon (15.000 millones) y lo de ahora los chinos recuerda mucho las inversiones de EEUU y Japón de los años 60; antes era por los salarios bajos y ahora por los costes energéticos, porque si los francess exigen precio de la luz alto, estas empresas sólo tiene que poner sus propias instalaciones, y nada más soleado que Aragón y Extremadura, y ni franceses ni Dios bendito se atreverá contra los intereses de EEUU y China; únicamente será EEUU quien se pueda oponer a lo de China, pero eso necesita ser refrendado por la UE, y, como ya dije, ni Alemania ni Francia se atreven con China.
Es posible que veamos más inversiones en España; si de lo que se trata es de acercar la producción a los lugares de consumo, estamos muy bien situados; más extraño es que Cobo Calleja en Madrid sea el centro de distribución de mercancía china más grande de Europa, y ahí está. No sé cómo será en otro países, pero el negocio chino en España se viene expandiendo desde hace 30 años, desde que llegaron los primeros vendiendo flores por los bares y bocadillos por la calle (hoy son la continuidad de los bares Paco que fueron cerrando y sirven menús de ocho euros) hasta los bazares, donde hay pueblos con tres mil habitantes que ya tienen hasta tres, y en competencia, porque los tres son grandes y tiene casi las mismas cosas.
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