Contenedores inteligentes y drones: el futuro ya es una realidad en el reciclaje

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Contenedores inteligentes y drones: el futuro ya es una realidad en el reciclaje
  • Proyectos de inteligencia artificial, visión 3D o ‘data learning’ intervienen en todas las fases del reciclaje para lograr un proceso más eficiente

15 de octubre de 2020 06:00h


Durante esta esa época en el 2020 de la que yo le hablo, la tecnología ha llegado a todos los rincones de nuestra casa: desde las videollamadas con familiares y amigos, hasta las plataformas que ofrecían formación online en abierto y online y los profesores que enseñaban a sus alumnos a través de la Tablet. Sin duda, las ventajas que hoy día nos ofrece la tecnología, como un servicio puesto a disposición del ciudadano, son muchas y muy amplias.


¿Y qué pasa cuando esa tecnología se aplica también a hábitos tan cotidianos como el reciclaje? Para dar respuesta a esta pregunta trabajan emprendedores, estudiantes y startups desde TheCircularLab, el centro de innovación sobre economía circular de Ecoembes. Desde este centro pionero en Europa investigan fórmulas para desarrollar y utilizar la tecnología más puntera —inteligencia artificial, visión 3D o ‘data learning’— a lo largo del ciclo del reciclaje para sacarle el máximo partido: desde la separación en casa hasta la nueva vida de un producto elaborado, por ejemplo, con plástico reciclado.
Tecnología para que el ciudadano recicle más… y mejor

Utilizamos herramientas digitales es nuestro día a día para prácticamente todas nuestras actividades: pedir un taxi, comida a domicilio, mirar el tiempo que va a hacer … y, ahora, también, podremos reciclar haciendo uso del teléfono móvil. Es lo que promueve RECICLOS, un Sistema de Devolución y Recompensa (SDR) que se sirve de la tecnología móvil para digitalizar el hábito del reciclaje y, al mismo tiempo, premiar a los ciudadanos por hacerlo bien. Esta iniciativa, que nació en TheCircularLab, da recompensas para mejorar el entorno más cercano de los ciudadanos –movilidad sostenible, rehabilitación de espacios públicos, apoyo a causas sociales locales…- a cambio del reciclaje de latas y botellas de plástico de bebidas en los contenedores amarillos de la calle, a los que se les incorpora tecnología. RECICLOS ya está en municipios de Cataluña, Islas Baleares y La Rioja y, en 2021, llegará a todas las Comunidades Autónomas. Además, se instalarán máquinas en puntos como estaciones de tras*porte para que también se puedan reciclar esos envases fuera de casa.

Pero, en el paso anterior al de ir al contenedor, cuando separamos, a veces pueden surgir dudas sobre algunos residuos que presentan materiales más complejos de identificar. Para ello, Pixelabs, empresa dedicada a desarrollar soluciones digitales basándose en la inteligencia artificial, ha colaborado en el desarrollo de la parte de imagen y voz de A.I.R.-e, un asistente inteligente que soluciona dudas de manera interactiva. “Se trata de una aplicación que reconoce imágenes para ayudar a los usuarios a reciclar”, explica Alma Pérez, del equipo de Pixelabs, “a través de una foto puede clasificar un envase, pero también cuenta con chat voz al que puedes hacerle preguntas”. “Los usuarios están muy contentos porque se trata de una herramienta muy usable, sencilla e inmediata”. A.I.R-e es gratuita y está disponible para Apple, Android, Twitter y chat de Facebook.
Cómo saber cuándo un contenedor está lleno: ‘SmartWaste’

SmartWaste utiliza desde sensores hasta tecnología GPS con el objetivo de digitalizar la recogida y traslado de residuos y recoger datos de calidad para poder implementar mejoras en ese proceso. “Recogemos información y la introducimos en un sistema centralizado. A esa información le sumamos otras capas de información, relativas a la composición de la población, variables sociodemográficas...”, describe Miguel Ángel González, director de infraestructuras, ciudades y productos conectados de Minsait, la empresa que colabora en su desarrollo.

Todo este cóctel de datos permite entender, por ejemplo, por qué en un cubo de una misma localidad se depositan más residuos que en otros y, así, poder adaptar las rutas de recogidas. Posibilita, en definitiva, que todos los agentes implicados en el proceso, especialmente ayuntamientos, cuenten con información de calidad y datos ricos para desempeñar mejor su labor. “Se trata de una iniciativa muy avanzada a nivel europeo”, señala González.

Vartel, selección 3D en planta

La ingeniería geomática y la visión artificial han permitido recopilar datos hasta ahora inimaginables, como la calidad de los residuos que llegan a una planta de selección. Un ejemplo de ello es Vartel, un proyecto permite medir el volumen, el peso y la densidad de los materiales agrupados para establecer, entre otras cosas, los ritmos de trabajo de las máquinas. A través de sensores colocados en puntos estratégicos se genera una imagen tridimensional que ofrece una fiabilidad del 95%. “Hasta ahora no había manera de conocer la densidad, un dato que permite saber si el material que llega a una planta tiene impropios, es decir, residuos que no deberían haber llegado allí”, resume Carlos Tarragona, director de SpectralGeo, que ha puesto en marcha esta iniciativa. “El hecho de poder tener una información sobre la densidad ayuda a procesar todos esos residuos de una forma más ágil y, por tanto, eficiente”.
Plástico que se convierte en plástico: buscando una segunda vida para los envases

Una de las máximas del reciclaje es conseguir que todos los envases que se echen en el contenedor amarillo o azul tengan una segunda vida para, de esta forma, ahorrar materias primas como agua o electricidad. En el proceso de dar nuevas oportunidades a los envases trabajan también desde TheCircularLab, aplicando, para ello, la innovación. Así, desde este centro han desarrollado una serie de proyectos para que materiales como el plástico film, presente en muchos de los envases flexibles del mercado (bolsas de patatas, film de envolver, tapas de bandejas), tenga nuevas aplicaciones. “Tradicionalmente este material se utilizaba para hacer tuberías de riego y bolsas de sarama y, ahora, las opciones son mucho mayores: desde espumas con propiedades aislantes, que podrían utilizarse para automoción, construcción o incluso plantillas para el calzado, hasta láminas de cartelería, material textil con diferentes usos o nuevos films”, señala Jorge García, del departamento de Innovación de Ecoembes. “Se están dando todos los condicionantes para que cada vez más usemos material reciclado”, subraya García.

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