Vlad_Empalador
Será en Octubre
En busca de mano de obra cualificada, las empresas del sector de la construcción llaman desesperados a la puerta de los centros de Formación Profesional, ya que necesitan de manera urgente personal para cubrir el bum que se está viviendo de los proyectos urbanísticos, tanto de obra nueva como de rehabilitación.
Los últimos datos recogidos por el Colegio Oficial de Arquitectura Técnica de A Coruña reflejan una acuciante falta de trabajadores en Santiago, una tendencia que se mantiene desde los últimos años, fruto de las jubilaciones y de la pérdida de personal que se produjo durante la crisis del 2008, que está provocando grandes problemas para las compañías de este ámbito.
Comentaba el presidente de la institución provincial, Roberto Medín Guyatt, en declaraciones a EL CORREO GALLEGO, que existe en España una “cultura de titulitis que ahora no funciona”, ya que los universitarios no cuentan con las condiciones necesarias que si manifiestan los alumnos de FP. De este modo, los centros con estudios de ciclo, como es el caso del IES de As Fontiñas, que cuenta con el Grado Superior de Desarrollo de Proyectos Urbanísticos y Operaciones Topográficas y el Grado Superior de Desarrollo y Aplicación de Proyectos de Construcción, reciben cientos de solicitudes año tras año para enviar alumnos que entren ya a trabajar, por lo que la tasa de inserción laboral, dejando a un lado a aquellos que deciden seguir estudiando en la Universidad, es del 100 %.
“En los últimos cinco o seis años, son las propias empresas, con perfiles muy diferentes (empresas de obra pública, de construcción de carreteras, pequeñas constructoras, ingenieros, estudios de arquitectura, firmas de carpintería metálica, de aluminios...), las que nos piden gente para poder formarlos, con la idea de quedar con ellos”, destaca Noemí Méndez, responsable del departamento.
Esta búsqueda desesperada se hace capital teniendo en cuenta que, en los próximos años, se inyectarán en las arcas públicas miles de millones de euros del plan europeo de recuperación, Next Generation, los cuales estarán destinados a rehabilitar edificaciones, sobre todo a nivel energético, pero también para la accesibilidad de los inmuebles. “Debería existir una preocupación por parte de las Administraciones Públicas, sobre todo del Gobierno Central, porque de no poder invertir el dinero que viene de la Unión Europea habría que devolverlo, lo cual sería un problemón”, recuerda Medín Guyatt.
En este sentido, hasta 2026, se estima que el Ministerio de tras*portes dispondrá de 4.420 millones de euros, que serán gestionados por las Comunidades Autónomas. De ellos, a Galicia le corresponderá, en el primer ejercicio, unos sesenta y siete millones, los cuales repartirá entre las principales localizaciones del territorio, entre las que se encuentra Santiago y su casco histórico. Precisamente, para la capital gallega, durante la presentación de la Propuesta Estratégica Plurianual del pasado mes de julio, el Consorcio confiaba en recibir 80 millones de la UE hasta 2032 para este tipo de proyectos, aunque el alcalde Xosé Sánchez Bugallo era más conservador en ese aspecto.
LA REHABILITACIÓN, UNA GRAN OPORTUNIDAD DE NEGOCIO. Dado el notable deterioro del parque edificatorio nacional, en comparación con otros países europeos en los que la cultura de la rehabilitación está mucho más avanzada, España opta a grandes masas de dinero para destinarlo a estos proyectos, los cuales resultan muy interesantes, a nivel laboral, ya que ocupan 1,7 veces más de mano de obra que las construcciones nuevas.
“El Gobierno Central se ha dado cuenta de que este es un sector que mueve la mano de obra, que la recupera del paro. Debemos tener en cuenta que mover la construcción significa mover la economía del país, ya que es una de las tres patas que sustentan el potencial económico de un estado (junto al turismo y la industria del automóvil)”, concluye el presidente del Coatac.
UNA NECESIDAD
Personal nacional
··· La necesidad de mano de obra se hace más patente porque el fenómeno de la inmi gración en la construcción, muy común en la época anterior al crac inmobiliario, encuentra problemas con el idioma en materia de seguridad y salud en las obras. “Igual que en Alemania se necesita saber alemán para trabajar en la obra, aquí igual. Los técnicos se manejan en inglés, pero para las órdenes sobre seguridad o sobre alguna emergencia, en momentos concretos, resulta necesario que el operario domine el idioma, ya que puede no enterarse y correr grave peligro”, detalla Roberto Medín.
··· Ante el constante aumento de andamios en las calles de la ciudad, fruto de las inversiones europeas en materia de rehabilitación energética, disponer de personal nacional se ha convertido en casi un lujo, dado su escasez. “Hay mucha obra pequeña, muy interesante por la cantidad de millones que mueve, pero para llevarla a cabo se necesita más mano de obra y una apuesta por los centros formativos de construcción”, recuerda el máximo exponente del Coatac.
Los últimos datos recogidos por el Colegio Oficial de Arquitectura Técnica de A Coruña reflejan una acuciante falta de trabajadores en Santiago, una tendencia que se mantiene desde los últimos años, fruto de las jubilaciones y de la pérdida de personal que se produjo durante la crisis del 2008, que está provocando grandes problemas para las compañías de este ámbito.
Comentaba el presidente de la institución provincial, Roberto Medín Guyatt, en declaraciones a EL CORREO GALLEGO, que existe en España una “cultura de titulitis que ahora no funciona”, ya que los universitarios no cuentan con las condiciones necesarias que si manifiestan los alumnos de FP. De este modo, los centros con estudios de ciclo, como es el caso del IES de As Fontiñas, que cuenta con el Grado Superior de Desarrollo de Proyectos Urbanísticos y Operaciones Topográficas y el Grado Superior de Desarrollo y Aplicación de Proyectos de Construcción, reciben cientos de solicitudes año tras año para enviar alumnos que entren ya a trabajar, por lo que la tasa de inserción laboral, dejando a un lado a aquellos que deciden seguir estudiando en la Universidad, es del 100 %.
“En los últimos cinco o seis años, son las propias empresas, con perfiles muy diferentes (empresas de obra pública, de construcción de carreteras, pequeñas constructoras, ingenieros, estudios de arquitectura, firmas de carpintería metálica, de aluminios...), las que nos piden gente para poder formarlos, con la idea de quedar con ellos”, destaca Noemí Méndez, responsable del departamento.
Esta búsqueda desesperada se hace capital teniendo en cuenta que, en los próximos años, se inyectarán en las arcas públicas miles de millones de euros del plan europeo de recuperación, Next Generation, los cuales estarán destinados a rehabilitar edificaciones, sobre todo a nivel energético, pero también para la accesibilidad de los inmuebles. “Debería existir una preocupación por parte de las Administraciones Públicas, sobre todo del Gobierno Central, porque de no poder invertir el dinero que viene de la Unión Europea habría que devolverlo, lo cual sería un problemón”, recuerda Medín Guyatt.
En este sentido, hasta 2026, se estima que el Ministerio de tras*portes dispondrá de 4.420 millones de euros, que serán gestionados por las Comunidades Autónomas. De ellos, a Galicia le corresponderá, en el primer ejercicio, unos sesenta y siete millones, los cuales repartirá entre las principales localizaciones del territorio, entre las que se encuentra Santiago y su casco histórico. Precisamente, para la capital gallega, durante la presentación de la Propuesta Estratégica Plurianual del pasado mes de julio, el Consorcio confiaba en recibir 80 millones de la UE hasta 2032 para este tipo de proyectos, aunque el alcalde Xosé Sánchez Bugallo era más conservador en ese aspecto.
LA REHABILITACIÓN, UNA GRAN OPORTUNIDAD DE NEGOCIO. Dado el notable deterioro del parque edificatorio nacional, en comparación con otros países europeos en los que la cultura de la rehabilitación está mucho más avanzada, España opta a grandes masas de dinero para destinarlo a estos proyectos, los cuales resultan muy interesantes, a nivel laboral, ya que ocupan 1,7 veces más de mano de obra que las construcciones nuevas.
“El Gobierno Central se ha dado cuenta de que este es un sector que mueve la mano de obra, que la recupera del paro. Debemos tener en cuenta que mover la construcción significa mover la economía del país, ya que es una de las tres patas que sustentan el potencial económico de un estado (junto al turismo y la industria del automóvil)”, concluye el presidente del Coatac.
UNA NECESIDAD
Personal nacional
··· La necesidad de mano de obra se hace más patente porque el fenómeno de la inmi gración en la construcción, muy común en la época anterior al crac inmobiliario, encuentra problemas con el idioma en materia de seguridad y salud en las obras. “Igual que en Alemania se necesita saber alemán para trabajar en la obra, aquí igual. Los técnicos se manejan en inglés, pero para las órdenes sobre seguridad o sobre alguna emergencia, en momentos concretos, resulta necesario que el operario domine el idioma, ya que puede no enterarse y correr grave peligro”, detalla Roberto Medín.
··· Ante el constante aumento de andamios en las calles de la ciudad, fruto de las inversiones europeas en materia de rehabilitación energética, disponer de personal nacional se ha convertido en casi un lujo, dado su escasez. “Hay mucha obra pequeña, muy interesante por la cantidad de millones que mueve, pero para llevarla a cabo se necesita más mano de obra y una apuesta por los centros formativos de construcción”, recuerda el máximo exponente del Coatac.