Como veis esto?????? Acabarán a ostras??? modelo de cohousing, la vivienda colaborativa.

ardor de estomago de comunismo y su fruta agenda 2030...
Habrá movidas y cuernos en breve.
 

«Un día cocino yo para todos y el resto como a mesa puesta»

Cuatro familias se han unido para comprar un caserío en Mendata. Salvo las habitaciones, lo comparten todo

«¿Que si estamos contentos? Pues imagínate: vivimos en plena naturaleza, compartimos vida y experiencias, las tareas de la casa y, por si fuera poco, pagamos menos que lo que vale la hipoteca de un piso en Gernika». Begoña Carrandi y Gorka Barba residen en un caserío de Mendata con el modelo de cohousing, la vivienda colaborativa. Son dos de los siete miembros (sin contar un niño de dos años y medio y otro de cinco meses) de la cooperativa Ankurkulu, titular del inmueble y de las tres hectáreas de terrenos y bosques que la circundan.

La construcción es grande, dos plantas de 200 metros cuadrados cada una, que han rehabilitado para adaptarla a sus necesidades. «Tiene una gran cocina con despensa, un salón bastante majo y una biblioteca», explica Begoña. Se tratan de las zonas comunes interiores, al margen de los «espacios íntimos» para los cuatro núcleos convivenciales que comparten hogar. «Los llamamos bloques y son estancias con dos habitaciones y una pequeña sala de estar cada uno», matiza Gorka. En total, 38 metros cuadrados. El resto, «lo compartimos todo». Fuera, además, albergan espacios comunes, como una huerta y un gallinero. «Todavía estamos pensando qué hacer con el resto: un invernadero, un pozo, plantar árboles frutales». Han eliminado los eucaliptos y replantado especies autóctonas.

Todos tienen sus trabajos y horarios, «como en la ciudad», pero su día a día adquiere otra dimensión a la vuelta a casa. La vida en comunidad se impone en todos los sentidos. Comparten vivencias y gastos. Reconocen que antes de esta experiencia cinco residentes ya habían compartido casa, «pero el alquiler estaba por las nubes» y, tras descubrir la opción de la covivienda, se lanzaron en busca de un caserío que cumpliese sus expectativas. A juicio de Gorka, «este modelo es ideal si quieres vivir en un entorno rural. Es una opción muy asequible».

En la lista de tareas se reparten hasta las comidas. «Un día cocino yo para todos y el resto de la semana como a mesa puesta», subraya Begoña. Y así con la ropa, la limpieza del caserío... «Trabajas, pero luego recibes mucho».

«Un cable» con los niños
El apoyo que se prestan es una de las ventajas que más valoran. Begoña lo sabe bien. Tiene un bebé de cinco meses: «Me han venido genial más manos para esos momentos en los que necesitaba que me echasen un cable, al menos para ducharme», agradece. La esa época en el 2020 de la que yo le hablo ha constituido otra prueba de fuego, superada con sobresaliente. Cuando alguno ha estado confinado, «nos hemos cuidado entre todos».

Asumen que la convivencia incluye también roces, aunque se han organizado para mantenerlos a raya. El cohousing incluye unos estatutos de organización, «pero nosotros nos hemos impuesto unas reglamentos internos propios». Por ejemplo, celebran una reunión especial cada semana para analizar la evolución del proyecto y atender posibles conflictos. «Y una vez al mes nos reunimos para hablar sobre nosotros, de la convivencia; es una asamblea emocional para limar esos roces que pueden ir surgiendo, algo que no hacen ni las familias ni las parejas», concluyen.
Si son españoles les doy hasta navidad como mucho.
 
Cohousing, me acuerdo de mi fruta vida.
La moda esta de ponerle un nombre en gerundio en inglés a todas las pilinguis miserias para pobres resignados que van saliendo poco a poco.
Eres pobre, pero cool, haces cosas de pobres, pero en plan guaying.
Pero porque quieres, ¿eh?, no por pobre.

Las antiguas corralas me parecen mejor solución para estas cosas, compartir baño, no lo veo, por muy romano que fuese.
 
«Una vez al mes hacemos una asamblea emocional para limar roces, algo que no hacen ni las familias ni las parejas»




En dos meses, como máximo, volverán a salir en las noticias....y para nada bueno.



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Si a los tres les va el tema swinger pues puede salir bien. Pero eso hay que hablarlo antes de hacer la inversión.
 
En la lista de tareas se reparten hasta las comidas. «Un día cocino yo para todos y el resto de la semana como a mesa puesta», subraya Begoña. Y así con la ropa, la limpieza del caserío... «Trabajas, pero luego recibes mucho».

Acabarán devorándose unos a otros, o a palos.

Me recuerda al crimen de Fago... dos tipos de ciudad hartos del ajetreo urbano acaban en Fago... luego se lían a tiros roto2
 
No soy comunista ni simpatizo con la Unión Soviética, pero no todas las viviendas construidas en la Unión Soviética fueron apartamentos comunitarios y de hecho, los edificios que se ven en la imagen que has posteado, no lo son. En la situación que planteas tú nosotros iríamos hacia atrás, encima en edificios viejos, mientras que allí se mejoró.

Creo que solo compartian el cuarto de la colada, habia una lavadora para todo el edificio....no compartian cocina, ni baños "CREO"
 
Cohousing, coliving: nuevos eufemismos de la kommunalka o apartamentos compartidos de la era soviética.

maxresdefault.jpg

Ya estaria.
 
Terminara mal la cosa.
Podian hacer lo mismo pero alquilando.Asi a los meses cuando todo sea insufrible se pueden ir a otro lado
 
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