Hay que añadir que en un mundo anarcocapitalista se tendría la opción muy recomendable de la autodefensa. Con la aparición del arma de fuego y todavía más con las armas automáticas un niño tumba a un hombre. Posiblemente y aunque me vaya del tema, si en el siglo XV hubieran existido las armas de fuego automáticas no se hubiera formado un mundo con estados. La autodefensa individual o en grupos familiares o locales con armas de fuego rápidas hubiera impedido la formación del estado depredador tal y como lo conocemos ahora. Cuando llegaron este tipo de armas el pueblo ya estaba aborregado, sin conocimiento de lo que es la libertad. Una excepción ocurrió en el corto periodo de la rápida expansión de los colonos en búsqueda de nuevas oportunidades en el oeste de Norteamérica. Su adelanto a la llegada de las autoridades estatales, aunque posiblemente alentada por ellas mismas para saltarse convenios con tribus indias y con México, provocó que se viviera por un tiempo en forma experimental un sucedáneo de la sociedad anarcocapitalista. Y no fue tan salvaje como pinta Hollywood el salvaje oeste.
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