COGE MI ACERO DE HATORI HANZO Y HAZME SANTO HIJADELAGRANPUTA

La pureza de corazón, como toda virtud, exige un entrenamiento diario de la voluntad y una disciplina constante interior. Exige, ante todo, el asiduo recurso a Dios en la oración.

Estas almas, tan ciegas y corruptas, que aqui se reunen, tal vez nunca alcancen tales logros como la paz interior para si mismos, pero los que podemos, debemos rezar y dedicar partes de nuestras oraciones a ellos.
 
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