Vlad_Empalador
Será en Octubre
En venta una casa de 1800 en Mañón, cerca del río Sor, por menos de 60.000 euros
ANA F. CUBAMAÑÓN / LA VOZ
MAÑÓN · Exclusivo suscriptores
Del hórreo solo se conservan las columnas, de piedra, como toda la construcción I. F.
La vivienda, en ruinas, ocupa 700 metros cuadrados, y la finca, 21.000, en Segade
28 dic 2022. Actualizado a las 21:43 h.
Comentar · 6
La primera referencia de la vivienda del número 1 del lugar de Poucelas, en Mañón, data del año 1800. En 2005, cuando la compró la ferrolana Marián Fonticoba Sande, el hórreo aún estaba en pie. Hoy se pueden ver las tres columnas y la cubierta, envuelta en zarzas, como casi toda la construcción. La casa, en realidad, consta de tres edificaciones. «Son tres adosados —explica la dueña—; antes, en las aldeas, cuando se casaban los hijos se iban haciendo añadidos». De hecho, cuando la adquirió tuvo que negociar con los diferentes propietarios o herederos.
La superficie construida es de 700 metros cuadrados, repartidos entre los tres módulos de vivienda (uno de ellos con un horno), un alpendre y otro horno independiente. En la finca, de algo más de dos hectáreas, había una plantación de pino de Oregón e insigne, que arrasó el ciclón Klaus en enero de 2009. Aún se conserva algún ejemplar, pero la mayoría sucumbieron por el viento, que dejó impracticable el acceso al inmueble. En aquel momento, Marián ya sabía que su proyecto se había frustrado.
La de derechasda principal, devorada por la maleza, es la única que fue recebada en su día I. F.
«La novia de mi hermano dijo que su familia vendía propiedades en Mañón... la compré para restaurarla y hacer una casa de turismo rural, para vivir aquí y regentarla», contaba ayer al pie del inmueble. Consiguió registrarlo, encargó el proyecto básico y luego el de ejecución, y logró incluso una suculenta subvención de fondos europeos para poner en marcha su negocio. Pero tuvo que renunciar porque el coste real de la obra, según los presupuestos de distintos constructores, duplicaba la cantidad estimada por el autor del proyecto.
Sus planes se truncaron: «Iba a tener una habitación y un baño para mí, ya había buscado los muebles, había estado mirando las puertas y la decoración... era el último año que se concedían esas ayudas de la Unión Europea». Todo se frustró y al poco decidió ponerla a la venta. «Este verano vinieron a verla una pareja de escoceses, también se interesaron un belga y un polaco... este último la quería para restaurarla y alquilarla a gente que busca un lugar tranquilo para teletrabajar. Este es un sitio apartado, con mucha intimidad», comenta. Una familia madrileña ha preguntado por el inmueble.
Aunque ya caducado, la propietaria conserva el proyecto de turismo rural, una casa con ocho habitaciones y siete baños, espacios comunes, comedor o cocina. Incluye un apartamento de dos plantas, en uno de los adosados, del que se conservan únicamente parte de las paredes de piedra y los muros del horno circular. Toda la construcción es de piedra y solo la de derechasda de la vivienda principal fue recebada en su día.
De una de las edificaciones solo quedan parte de los muros y las paredes del molino circular I. F.
La techumbre ha sucumbido a los años y la soledad, y los árboles han crecido alrededor ensombreciendo la edificación, que no se puede segregar: «Un chico belga me preguntó, pero no, tiene una única referencia catastral. Bastante me costó en su día unificarla». El río Sor queda a dos kilómetros, justo por la bajada hacia el área recreativa de Ponte Segade, y la carretera general, la DP-4401 (que une el vial de Ortigueira a As Pontes con O Barqueiro) está a 150 metros.
En la entrada de la finca se conservan algunos pinos, los que se salvaron del Klaus, que asoló la parcela: «No se podía entrar, fue terrible». Estos días el terreno está encharcado, por la lluvia intensa del fin de semana, pero el acceso está despejado —«pago para que lo limpien porque si no no se podría entrar aquí»—, entre sauces y algún roble joven.
El precio de venta está por debajo de los 60.000 euros, negociables, y las personas interesadas en contactar pueden hacerlo a través del correo marianfonticoba@hotmail.com. La propietaria reconoce que la inversión necesaria para rehabilitar estas edificaciones es muy elevada y espera encontrar algún emprendedor interesado en ejecutar un proyecto turístico en Poucelas.
ANA F. CUBAMAÑÓN / LA VOZ
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Del hórreo solo se conservan las columnas, de piedra, como toda la construcción I. F.
La vivienda, en ruinas, ocupa 700 metros cuadrados, y la finca, 21.000, en Segade
28 dic 2022. Actualizado a las 21:43 h.
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La primera referencia de la vivienda del número 1 del lugar de Poucelas, en Mañón, data del año 1800. En 2005, cuando la compró la ferrolana Marián Fonticoba Sande, el hórreo aún estaba en pie. Hoy se pueden ver las tres columnas y la cubierta, envuelta en zarzas, como casi toda la construcción. La casa, en realidad, consta de tres edificaciones. «Son tres adosados —explica la dueña—; antes, en las aldeas, cuando se casaban los hijos se iban haciendo añadidos». De hecho, cuando la adquirió tuvo que negociar con los diferentes propietarios o herederos.
La superficie construida es de 700 metros cuadrados, repartidos entre los tres módulos de vivienda (uno de ellos con un horno), un alpendre y otro horno independiente. En la finca, de algo más de dos hectáreas, había una plantación de pino de Oregón e insigne, que arrasó el ciclón Klaus en enero de 2009. Aún se conserva algún ejemplar, pero la mayoría sucumbieron por el viento, que dejó impracticable el acceso al inmueble. En aquel momento, Marián ya sabía que su proyecto se había frustrado.
La de derechasda principal, devorada por la maleza, es la única que fue recebada en su día I. F.
«La novia de mi hermano dijo que su familia vendía propiedades en Mañón... la compré para restaurarla y hacer una casa de turismo rural, para vivir aquí y regentarla», contaba ayer al pie del inmueble. Consiguió registrarlo, encargó el proyecto básico y luego el de ejecución, y logró incluso una suculenta subvención de fondos europeos para poner en marcha su negocio. Pero tuvo que renunciar porque el coste real de la obra, según los presupuestos de distintos constructores, duplicaba la cantidad estimada por el autor del proyecto.
Sus planes se truncaron: «Iba a tener una habitación y un baño para mí, ya había buscado los muebles, había estado mirando las puertas y la decoración... era el último año que se concedían esas ayudas de la Unión Europea». Todo se frustró y al poco decidió ponerla a la venta. «Este verano vinieron a verla una pareja de escoceses, también se interesaron un belga y un polaco... este último la quería para restaurarla y alquilarla a gente que busca un lugar tranquilo para teletrabajar. Este es un sitio apartado, con mucha intimidad», comenta. Una familia madrileña ha preguntado por el inmueble.
Aunque ya caducado, la propietaria conserva el proyecto de turismo rural, una casa con ocho habitaciones y siete baños, espacios comunes, comedor o cocina. Incluye un apartamento de dos plantas, en uno de los adosados, del que se conservan únicamente parte de las paredes de piedra y los muros del horno circular. Toda la construcción es de piedra y solo la de derechasda de la vivienda principal fue recebada en su día.
De una de las edificaciones solo quedan parte de los muros y las paredes del molino circular I. F.
La techumbre ha sucumbido a los años y la soledad, y los árboles han crecido alrededor ensombreciendo la edificación, que no se puede segregar: «Un chico belga me preguntó, pero no, tiene una única referencia catastral. Bastante me costó en su día unificarla». El río Sor queda a dos kilómetros, justo por la bajada hacia el área recreativa de Ponte Segade, y la carretera general, la DP-4401 (que une el vial de Ortigueira a As Pontes con O Barqueiro) está a 150 metros.
En la entrada de la finca se conservan algunos pinos, los que se salvaron del Klaus, que asoló la parcela: «No se podía entrar, fue terrible». Estos días el terreno está encharcado, por la lluvia intensa del fin de semana, pero el acceso está despejado —«pago para que lo limpien porque si no no se podría entrar aquí»—, entre sauces y algún roble joven.
El precio de venta está por debajo de los 60.000 euros, negociables, y las personas interesadas en contactar pueden hacerlo a través del correo marianfonticoba@hotmail.com. La propietaria reconoce que la inversión necesaria para rehabilitar estas edificaciones es muy elevada y espera encontrar algún emprendedor interesado en ejecutar un proyecto turístico en Poucelas.
