China se desarrolló gracias a EE.UU. y EE.UU gracias a España y Francia. Errores políticos, el nuestro señalado por el Conde de Aranda

M. Priede

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14 Sep 2011
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Y es que siempre se nos olvida algo esencial: el futuro no existe, no es otra cosa que una mera proyección del presente y el pasado que con frecuencia el paso del tiempo demuestra errónea. Se supone que sucederán hechos que luego no ocurren, y a veces, si suceden, el resultado es el contrario del que se esperaba.

Se equivocaron los estadounidenses:


Intentaron una revolución de colores que salió mal. Lo único que queda vivo de aquello es la mentira:


El enemigo era Inglaterra, así que España apoyó la secesión de las trece colonias bloqueando la llegada de armas y tropas inglesas. El mayor botín obtenido por la Armada Española en una batalla naval fue precisamente en esa época, a costa de los ingleses. Incluso la infantería de Marina tomó parte en la guerra. Bernardo de Gálvez fue invitado por Washington a desfilar a su lado el día de la victoria.


Pero uno de los grandes políticos españoles de la época, hombre muy ilustrado y autor de numerosos estudios militares, el Conde de Aranda, no veía las cosas igual.

Carta al Rey Carlos III:

Señor:​
El amor que profeso a Vuestra Majestad, el justo reconocimiento a las honras con que me ha distinguido y el afecto que tengo a mi Patria me mueven a manifestar a la soberana atención de Vuestra Majestad un pensamiento que juzgo del mayor interés en las circunstancias presentes...​
Las colonias americanas han quedado independientes; este es mi dolor y recelo...​
Esta República Federativa ha nacido, digámoslo así, pigmea, porque la han formado y dado el ser dos potencias como son España y Francia, auxiliándola con sus fuerzas para hacerla independiente. Mañana será gigante, conforme vaya consolidando su constitución y después un coloso irresistible en aquellas regiones. En este estado se olvidará de los beneficios que ha recibido de ambas potencias y no pensará más que en su engrandecimiento...​
La libertad de religión, la facilidad de establecer las gentes en términos inmensos y las ventajas que ofrece aquel nuevo gobierno, llamarán a labradores y artesanos de todas las naciones, porque el hombre va donde piensa mejorar de fortuna y dentro de pocos años veremos con el mayor sentimiento levantado el coloso que he indicado.​
Engrandecida dicha potencia angloamericana debemos creer que sus miras primeras se dirijan a la posesión entera de las Floridas para dominar el seno mexicano. Dado este paso, no sólo nos interrumpirá el comercio con México siempre que quiera, sino que aspirará a la conquista de aquel vasto imperio, el cual no podremos defender desde Europa contra una potencia grande, formidable, establecida en aquel continente y confinante con dicho país...​
Después de las más prolijas reflexiones que me han dictado mis conocimientos políticos y militares y del más detenido examen sobre una materia tan importante, juzgo que el único medio de evitar tan grave pérdida, y tal vez otras mayores es el que contiene el plan siguiente:​

Y aquí propone la división del Imperio en reinos a manos de los hijos del rey, dado que era imposible mantener una política centralizada desde Madrid. Culpa a Francia y a los asesores españoles -por el puñetero "pacto de familia"- de meternos en una guerra contra Inglaterra de la que ningún beneficio podíamos obtener; Francia no tenía nada que perder, sólo ánimo de revancha por haber sido expulsados por los ingleses de aquellas tierras.

Muy interesante. Aunque creo que tiene algún error en la tras*cripción porque aparecen párrafos repetidos:

 
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Y es que siempre se nos olvida algo esencial: el futuro no existe, no es otra cosa que una mera proyección del presente y el pasado que con frecuencia el paso del tiempo demuestra errónea. Se supone que sucederán hechos que luego no ocurren, y a veces, si suceden, el resultado es el contrario del que se esperaba.

Se equivocaron los estadounidenses:


Intentaron una revolución de colores que salió mal. Lo único que queda vivo de aquello es la mentira:


El enemigo era Inglaterra, así que España apoyó la secesión de las trece colonias bloqueando la llegada de armas y tropas inglesas. El mayor botín obtenido por la Armada Española en una batalla naval fue precisamente en esa época, a costa de los ingleses. Incluso la infantería de Marina tomó parte en la guerra. Bernardo de Gálvez fue invitado por Washington a desfilar a su lado el día de la victoria.


Pero uno de los grandes políticos españoles de la época, hombre muy ilustrado y autor de numerosos estudios militares, el Conde de Aranda, no veía las cosas igual.

Carta al Rey Carlos III:

Señor:​
El amor que profeso a Vuestra Majestad, el justo reconocimiento a las honras con que me ha distinguido y el afecto que tengo a mi Patria me mueven a manifestar a la soberana atención de Vuestra Majestad un pensamiento que juzgo del mayor interés en las circunstancias presentes...​
Las colonias americanas han quedado independientes; este es mi dolor y recelo...​
Esta República Federativa ha nacido, digámoslo así, pigmea, porque la han formado y dado el ser dos potencias como son España y Francia, auxiliándola con sus fuerzas para hacerla independiente. Mañana será gigante, conforme vaya consolidando su constitución y después un coloso irresistible en aquellas regiones. En este estado se olvidará de los beneficios que ha recibido de ambas potencias y no pensará más que en su engrandecimiento...​
La libertad de religión, la facilidad de establecer las gentes en términos inmensos y las ventajas que ofrece aquel nuevo gobierno, llamarán a labradores y artesanos de todas las naciones, porque el hombre va donde piensa mejorar de fortuna y dentro de pocos años veremos con el mayor sentimiento levantado el coloso que he indicado.​
Engrandecida dicha potencia angloamericana debemos creer que sus miras primeras se dirijan a la posesión entera de las Floridas para dominar el seno mexicano. Dado este paso, no sólo nos interrumpirá el comercio con México siempre que quiera, sino que aspirará a la conquista de aquel vasto imperio, el cual no podremos defender desde Europa contra una potencia grande, formidable, establecida en aquel continente y confinante con dicho país...​
Después de las más prolijas reflexiones que me han dictado mis conocimientos políticos y militares y del más detenido examen sobre una materia tan importante, juzgo que el único medio de evitar tan grave pérdida, y tal vez otras mayores es el que contiene el plan siguiente:​

Y aquí propone la división del Imperio en reinos a manos de los hijos del rey, dado que era imposible mantener una política centralizada desde Madrid. Culpa a Francia y a los asesores españoles -por el puñetero "pacto de familia"- de meternos en una guerra contra Inglaterra de la que ningún beneficio podíamos obtener; Francia no tenía nada que perder, sólo ánimo de revancha por haber sido expulsados por los ingleses de aquellas tierras.

Muy interesante. Aunque creo que tiene algún error en la tras*cripción porque aparecen párrafos repetidos:

Brutal es poco.
Si viviera hoy día ese hombre fliparía en colores.
 
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