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Las principales firmas del ladrillo deben el triple de su valor en bolsa
Las empresas refinancian sus obligaciones y venden sus activos para evitar la suspensión de pagos
Autor:
Gabriel Lemos
Fecha de publicación:
7/12/2008
El cambio de ciclo en el sector español de la vivienda, acelerado tras el estallido de la crisis financiera internacional, ha entrampado a las grandes constructoras e inmobiliarias. Solo entre las primeras firmas del sector (ACS, Acciona, FCC, Ferrovial, OHL, Sacyr, Colonial, Metrovacesa y Reyal Urbis) acumulan una deuda superior a los 100.000 millones de euros, una cantidad que, a día de hoy, después de un año neցro para su cotización en el parqué, triplica su valor en bolsa.
Durante años, el plan de expansión de las grandes compañías del ladrillo, alentado desde la banca con créditos fáciles y casi ilimitados, les permitió tomar posiciones en otros sectores estratégicos, como el de la energía o las concesiones de grandes infraestructuras. Sin embargo, en los últimos meses, acuciadas por el vencimiento de los pagos de la deuda y por el brusco descenso en los ingresos, estas firmas se han visto obligadas a negociar con bancos y cajas la refinanciación de sus obligaciones y, en los casos más desesperados, a deshacerse de sus principales activos para poder aligerar las cargas que soportan. Pero las condiciones impuestas por las entidades financieras son cada vez más estrictas y están poniendo al borde del abismo a más de una compañía.
El objetivo es evitar a toda costa el temido concurso de acreedores, que ya ha devorado a alguno de sus principales competidores, como Martinsa-Fadesa, Habitat o Tremón -incapaces de acordar con la banca nuevas condiciones para su deuda-, y que ha hecho que otras empresas del sector se tambaleen, por las fuertes interconexiones que existen entre las compañías. De esta forma, Ferrovial, que era uno de los principales accionistas de Habitat (con un 20% de participación) ha intentado impugnar sin éxito la solicitud de concurso de acreedores de la inmobiliaria. ¿Por qué? Porque la ley concursal contempla que en caso de suspensión de pagos la empresa afectada pueda revertir las inversiones realizadas en los dos últimos años. Y en diciembre del 2006 -esto es, justo en el límite temporal marcado por la legislación- Habitat había adquirido por 2.200 millones la filial inmobiliaria de Ferrovial, contrayendo una fuerte deuda a la que finalmente no pudo hacer frente. Ferrovial, con unas obligaciones que ya superan los 28.600 millones de euros, podría tener ahora que reabsorber la firma que vendió, con el consiguiente impacto para sus cuentas.
Otra de las conexiones accionariales es la existente entre la inmobiliaria Colonial y Fomento de Construcciones y Contratas. La primera, sobre la que pesa una deuda de 8.975 millones de euros, está negociando con sus bancos acreedores la desinversión en algunos activos, entre los que se encuentra el 15,45% de FCC.
Los bancos, que no quieren hacerse cargo de los activos, que se han devaluado por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, toman ahora posiciones en los consejos de administración de las principales empresas del ladrillo, con la esperanza puesta en un nuevo cambio de ciclo y el regreso del sector a los beneficios.
Las principales firmas del ladrillo deben el triple de su valor en bolsa
Las empresas refinancian sus obligaciones y venden sus activos para evitar la suspensión de pagos
Autor:
Gabriel Lemos
Fecha de publicación:
7/12/2008
El cambio de ciclo en el sector español de la vivienda, acelerado tras el estallido de la crisis financiera internacional, ha entrampado a las grandes constructoras e inmobiliarias. Solo entre las primeras firmas del sector (ACS, Acciona, FCC, Ferrovial, OHL, Sacyr, Colonial, Metrovacesa y Reyal Urbis) acumulan una deuda superior a los 100.000 millones de euros, una cantidad que, a día de hoy, después de un año neցro para su cotización en el parqué, triplica su valor en bolsa.
Durante años, el plan de expansión de las grandes compañías del ladrillo, alentado desde la banca con créditos fáciles y casi ilimitados, les permitió tomar posiciones en otros sectores estratégicos, como el de la energía o las concesiones de grandes infraestructuras. Sin embargo, en los últimos meses, acuciadas por el vencimiento de los pagos de la deuda y por el brusco descenso en los ingresos, estas firmas se han visto obligadas a negociar con bancos y cajas la refinanciación de sus obligaciones y, en los casos más desesperados, a deshacerse de sus principales activos para poder aligerar las cargas que soportan. Pero las condiciones impuestas por las entidades financieras son cada vez más estrictas y están poniendo al borde del abismo a más de una compañía.
El objetivo es evitar a toda costa el temido concurso de acreedores, que ya ha devorado a alguno de sus principales competidores, como Martinsa-Fadesa, Habitat o Tremón -incapaces de acordar con la banca nuevas condiciones para su deuda-, y que ha hecho que otras empresas del sector se tambaleen, por las fuertes interconexiones que existen entre las compañías. De esta forma, Ferrovial, que era uno de los principales accionistas de Habitat (con un 20% de participación) ha intentado impugnar sin éxito la solicitud de concurso de acreedores de la inmobiliaria. ¿Por qué? Porque la ley concursal contempla que en caso de suspensión de pagos la empresa afectada pueda revertir las inversiones realizadas en los dos últimos años. Y en diciembre del 2006 -esto es, justo en el límite temporal marcado por la legislación- Habitat había adquirido por 2.200 millones la filial inmobiliaria de Ferrovial, contrayendo una fuerte deuda a la que finalmente no pudo hacer frente. Ferrovial, con unas obligaciones que ya superan los 28.600 millones de euros, podría tener ahora que reabsorber la firma que vendió, con el consiguiente impacto para sus cuentas.
Otra de las conexiones accionariales es la existente entre la inmobiliaria Colonial y Fomento de Construcciones y Contratas. La primera, sobre la que pesa una deuda de 8.975 millones de euros, está negociando con sus bancos acreedores la desinversión en algunos activos, entre los que se encuentra el 15,45% de FCC.
Los bancos, que no quieren hacerse cargo de los activos, que se han devaluado por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, toman ahora posiciones en los consejos de administración de las principales empresas del ladrillo, con la esperanza puesta en un nuevo cambio de ciclo y el regreso del sector a los beneficios.
Las principales firmas del ladrillo deben el triple de su valor en bolsa