Cataluña compra la producción extremeña de cava a granel para embotellarlo

La demanda de cava extremeño vuelve a subir como el mejor espumoso. La sequía que singularmente golpea desde hace dos años a Cataluña, primera productora mundial de cava, está produciendo un efecto directo en el campo catalán y, en el caso del viñedo, su impacto es más que notable.

Los viticultores y los bodegueros inscritos en la Denominación de Origen Cava en Cataluña no tienen uva suficiente para tras*formarlas en cava y cumplir con sus clientes. Por eso lo compran en Extremadura.

Ya el año pasado, desde Extremadura notaron una mayor demanda de cava –vino base que luego se tras*forma en espumoso– para Cataluña. Para esta campaña se va a redoblar esa realidad para alegría de este subsector en Extremadura focalizado exclusivamente en Almendralejo.
A la DO Cava le faltan 60 millones de botellas de espumoso para cumplir con una campaña normal por la falta de lluvias en su gran zona productora, la catalana.

«La pena es que los beneficios de uno puedan aumentar a costa de las desgracias de otro, pero esta es la realidad del campo. En algunos sitios las producciones agrarias son muy malas en un año y en otros muy buenas, y entonces el mercado mira a donde hay producto. Pasa con nuestro cava pero también con cualquier producto agrario. Esto es así», admite Diego Nieto, gerente de Bodegas Romale, una de las bodegas almendralejenses inscritas en la DO Cava.

«Esta demanda de vino base para cava nos salva, viene como agua de mayo nunca mejor dicho, porque el sector vitivinícola lo está pasando muy mal en general», agrega Alfonso Martínez, uno de los propietarios de Bodegas Martínez Paiva, otra empresa inscrita en la DO.

El término de Almendralejo es el único de Extremadura donde se puede elaborar cava bajo la etiqueta de calidad de la denominación de origen.

En la región hay capacidad para embotellar alrededor de 20 millones de kilos de uva de variedades para hacer cava, pero no se suelen envasar más de 6 millones de kilos en cada año. El resto se vende a granel a bajo precio.

En función de cómo esté el mercado en cuanto a consumo y en cuanto a producciones en otros territorios de la denominación de origen se vende más o menos de ese cava a granel. En Extremadura se tiene claro que si ya el año pasado fue bueno, este lo será aún mejor porque la sequía en Cataluña está dejando sin savia ni uvas a sus vides.

Cálculos moderados del sector vitivinícola catalán calculan entre un 30 y un 40% la merma de vino para cava por la falta de agua.

Eso ha hecho que, por ejemplo, la DO haya solicitado al Ministerio que se autoricen variedades tintas no autorizadas para ser vinificadas en blanco, como el merlot o el tempranillo.

También se ha aprobado incrementar el rendimiento de uvas por hectárea (hasta 15.000 kilos) y también el rendimiento de las prensas (ahora hasta el 74%). Quiere decir, explica Nieto, que si antes de 100 kilos de uva para cava se permitía usar 66 litros, ahora se permite 74. «Eso demuestra hasta qué punto están mal de agua en las zonas catalanas de viñedos», remata Martínez.

El empleo que mueve el sector del cava en Cataluña también se ve afectado. Freixenet plantea un ERTE (expediente de regulación temporal de empleo) que afectará a 615 de sus trabajadores a partir de mayo. La empresa ha manifestado su «preocupación» por la falta de uva por la fuerte sequía, principal región mundial de producción de cava.

«La demanda mundial de cava está creciendo y no podemos producir suficientes botellas para satisfacerla adecuadamente a corto plazo. La situación será realmente complicada a todos los niveles», ha dicho Pedro Ferrer, uno de los responsables ejecutivos de Grupo Freixenet.

«La campaña pasada vendimos todo el vino para cava que no embotellamos. Y este año va a ser igual. Queda tiempo para la vendimia pero aquí tenemos una buena producción y en sitios como Cataluña no va a ser así. Y evidentemente eso beneficia a las zonas que tienen uva, como la nuestra, porque este año las viñas se han podido regenerar con el agua que ha caído en otoño y en invierno», remarca a HOY el gerente de Bodegas Romale.

Ya no se puede comprar ni cava extremeño.

Con que pase por las manos de Cagaluña en cualquier fase de su proceso, ya queda dentro del ámbito del BOICOT A LOS PRODUCTOS (Y SERVICIOS) CATALANES.