CAMPECHANO, acelera, que viene la TERCERA.

invaco dijo:

Esto de la república debe ser huevonudo. Parece ser que cambiando la bandera por otra y echando al rey y poniendo en su lugar a uno del PSOE o del PP de repente los políticos se convertirán en gente honrada y dejarán de robar nuestro dinero, los españoles seremos productivos y desaparecerá la picaresca, que bien, no se cómo no lo hemos descubierto antes, oiga.

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Blanche du Bois dijo:

Esas banderas cuelgan de las ventanas de la sede del PCE en Langreo, como bien puede verse en los carteles. Supongo que no pretenderías que llevaran un par de gaviotas sobreimpresas en la tricolor.

No es que se asocie república con comunismo, sino que resulta que el espíritu republicano durante estos 34 años de Segunda Restauración corrupta sólo lo han mantenido vivos cuatro grupúsculos netamente republicanos y la izquierda no socialista (en el sentido partidista). Son éstos los que se han tragado 34 años de travesía por el desierto, cuando todos los demás se reían en su jeta al oir declaraciones de republicanismo mientras la mayoría abrazaba el oportunismo "juancarlista" y las felaciones acríticas al Borbón. Durante estos 34 años, el olvido del pasado y la ceguera del presente han proporcionado jugosas prebendas políticas a una casta de oligarcas encastrada en el poder, que ahora se está derrumbando y dejando al aire sus miserias, su corrupción y carácter antidemocrático. Mientras tanto, los que han agitado durante estos años la tricolor se han chupado el lado triste de la historia. Y ahora agitan orgullosos sus símbolos: porque la historia les está dando la razón.

¿Que los liberales de todo pelaje quieren una república hecha a su medida? Pues perfecto: que la reivindiquen y luchen por ella. Que salgan a la calle con tricolores sin "simbología subversiva" y las agiten cuando pase la comitva borbónica. Que se arriesguen a ser detenidos por la policía por el sólo hecho de ser republicanos. Que intenten desafiar la ley del silencio de la mayoría de media que todavía (aunque cada vez menos) apoyan al jefe de esta España lampedusiana en ruinas.

Pero mucho me temo que, como siempre, los liberales de todo pelaje esperarán a que el cascarón esté ya completamente vacío y el barco a punto de hundirse para abandonarlo cómodamente. La lucha para otros, que eso de mancharse las manos es como de pobres. Eso sí, que los que sí arriman el hombro en la calle no nos impongan su simbología, que estéticamente ofende. Faltaría plus.

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