Caemos como moscas y nadie sabe por qué

Lo único que podemos sacar en claro es que por la banderilla no es, aunque no se sepa ni la lista de los componentes que lleva.
 
Deficiencias en la atención primaria durante más de dos años y fallo en el diagnóstico precoz de enfermedades que sin tratamiento provocan la fin.

El autor descarta esa posible explicación:

7. Muertes por enfermedades crónicas

Este factor se refiere a muertes no relacionadas con el el bichito debidas a las particulares condiciones vividas que han provocado una desatención de las personas con enfermedades crónicas. Gente que por el confinamiento, el miedo o el atasco sanitario se ha perdido tratamientos, chequeos y diagnósticos lo que ha llevado a un incremento de muertes por múltiples causas de personas con problemas de salud que habrían vivido más de no ser por la crisis inducida por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. De nuevo esta explicación choca con el obstáculo de que si fuera cierta debería incrementar la mortalidad de fondo más allá de las desviaciones estadísticas y no concentrarse en olas en determinados meses. También choca con el obstáculo de que este tipo de muertes deberían aparecer antes por los hospitales. Por todo ello, más allá de una contribución menor, podemos descartar esta causa con facilidad.

8. Muertes por crisis sanitaria

Una explicación con alta carga política. Es indudable que la epidemia ha supuesto un duro golpe al sistema sanitario del que aún no se ha recuperado. La izquierda política opina que todo gasto en sanidad, educación y asuntos sociales es poco, y es una opinión popular en un país donde el conocimiento económico es entre escaso y nulo. Sin lugar a dudas el gasto socio-sanitario-educativo repercute positivamente en la economía hasta un punto óptimo pasado el cual más gasto repercute negativamente y a la larga erosiona la sostenibilidad del sistema, por lo que es contraproducente. Particularmente el gasto sanitario por persona se dispara a partir de los 60 años, en edades a las cuales tiene cero retorno económico. No está bien desatender a los ancianos, entre los cuales nos vamos a encontrar todos, si no nos topamos antes con la "Nueva fin", pero tampoco hay que dejar que se coman el pan de sus nietos. La falta de límites en el gasto nos lleva directamente a la quiebra del sistema.

Pero veamos los datos. A pesar de las ruidosas protestas de la izquierda, al sistema sanitario español no le falta financiación. El gasto sanitario público per capita por parte de las comunidades autónomas creció desde 837 €/habitante en 2002 a 1.397 en 2009, un crecimiento del 67 %. Los protestados recortes supusieron una reducción del 12 % hasta 1.223 € en 2013, por encima del nivel de 2007. En 2018 ya se estaba gastando más que en 2009 y la esa época en el 2020 de la que yo le hablo ha disparado el gasto. El presupuesto de 2022 contempla 1.679 €/habitante, nada menos que el doble en 20 años. En porcentaje del PIB ha pasado del 4,6 % en 2002 al 8 % en 2020. Al parecer todo es poco y se demanda más, pero no se puede argumentar que el sistema sanitario español esté falto de financiación.

Otro tema es que en España entendemos mejorar por gastar más, no gestionar mejor. Madrid es la comunidad que menos gasta por habitante en sanidad y con una diferencia notable con las demás, un 22 % por debajo de la media. Sin embargo se las apaña para tener 6 hospitales entre los 200 mejores del mundo (Newsweek 2021), por dos de Cataluña, uno de Andalucía, Navarra y Valencia y ninguno de las demás comunidades. Y según el Instituto Nacional de Estadística tiene la tasa más alta de España de médicos colegiados no jubilados (figura 8), si bien la tasa de enfermeros se encuentra cerca de la media.¿Dónde está el truco? El estudio sobre el gasto social (no sanitario) de la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, donde Madrid está también a la cola, revela que Madrid tiene un modelo asistencial diferente con un ratio derechos/cobertura muy bajo y un ratio cobertura/gasto muy alto que llega a doblar o triplicar a la mayoría de las comunidades (figura 9). Es claramente un sistema más eficiente. ¿Mejorable? Sin lugar a dudas, como todo, pero no por los que abogan que cuanto más gasto mejor.

Figura 8. Madrid está a la cabeza en tasa de médicos colegiados no jubilados con más de 600 por cada 100.000 habitantes. Fuente: INE.
Figura 8. Madrid está a la cabeza en tasa de médicos colegiados no jubilados con más de 600 por cada 100.000 habitantes. Fuente: INE.

Figura 9. En gasto social Madrid está a la cola en el ratio derechos/cobertura pero a la cabeza en el ratio cobertura/gasto, indicando que tiene un modelo asistencial diferente donde menos dinero alcanza a dar más cobertura. Fuente: Informe DEC
Figura 9. En gasto social Madrid está a la cola en el ratio derechos/cobertura pero a la cabeza en el ratio cobertura/gasto, indicando que tiene un modelo asistencial diferente donde menos dinero alcanza a dar más cobertura. Fuente: Informe DEC

Si el sistema sanitario español se encuentra mejor financiado que nunca y consumiendo una parte mayor del PIB, no se puede argumentar que este sea un factor que explique las muertes excesivas desde 2021. Tampoco lo explicaría un mayor cansancio del personal que hubiera hecho caer la calidad asistencial. Es un argumento dudoso dada la profesionalidad de nuestros sanitarios y sufre de la misma inconsistencia con los datos dado que de ser cierto llevaría a una distribución más uniforme de las muertes excesivas en el tiempo.
 
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