Es muy fácil comunicarse con los loros porque realmente somos lo mismo .
Los loros son los monos de las aves porque su vida tras*curre entre las ramas de los árboles y por eso desarrollaron una inteligencia similar.
al margen de que genéticamente seamos el mismo animal descendientes de los reptiles , anfibios y peces .
Por ejemplo las avestruces son muy torpes. En su ecosistema al comer hierba y poco más y haber enorme cantidad de comida disponible en la sabana, solo se tienen que preocupar de correr si ven un depredador. Los yacos han evolucionado la inteligencia para poder sobrevivir. Su picardía, su capacidad de negociar, sus estrategias son alucinantes.
Cada individuo tiene su personalidad , pero en general es como tratar con las personas .
Siempre hay alguno extraordinario. Hay que tener también la disposición de querer entenderles . los humanos someten a los animales y les obligan a hacer lo que los humanos quieren . es una especie de esclavitud que anula por completo la personalidad del individuo .
A veces no sé lo que quiere y su respuesta es la inacción hasta que doy con lo que desea .
Ver volar a un guacamayo a toda velocidad hacia tí impresiona si no estás acostumbrado. Su enorme pico que parte nueces como si fueran mantequilla puede destrozarte una ojera o la cara en una décima de segundo . Pero no lo hacen . Me gustaría poner vídeos como me acicalan el pelo, las cejas , incluso las pestañas mientras estoy leyendo BURBUJA.
Tengo infinidad de anécdotas que son difíciles de creer incluso para mi .
Sin ir más lejos una reciente con las mascaras.
Nunca me habían visto con mascarilla pues cuando llego de fuera me la quito . Sólo entró en el recinto de los loros gente de confianza habitual que ellos conocen perfectamente y sin mascaras.
La primera vez que entré con una mascarilla de esas azules se alarmaron . aún así no le di importancia y me enfrasqué a contarle a este amigo anécdotas entre risas de ambos, que un guacamayo interpretó que la mascarilla me estaba haciendo daño .
voló ferozmente como nunca había hecho hasta mi hombro y con las garras y el pico arrancó la mascarilla de la oreja y se la llevó. En un principio me asusté porque pensé que me había agredido ( no me hizo ningún daño , claro ) pero enseguida me di cuenta que vino a salvarme.