Pues ahí está la diferencia básica: si el perrete pesa 5 kilos y se pone orate te puede hacer pupa, pero de una patada lo mandas a Cochabamba. Si el perrete pesa 50 kilos y se pone orate reza lo que sepas.
¿Qué sentido tiene tener una bestia de caza para llevarlo de paseo por una fruta ciudad? Mal está secuestrar a un pobre perropatada en un piso, pero hacérselo a un enorme depredador ya es de estar jodidamente mal de la cabeza.