Si mi hermana hablase de mí, estoy seguro de que también me convertiría en el malo porque no me dejé timar con la herencia de mi padre.
Lo que seguro que ella no os contaría es que se tiró 20 años pegando palizas brutales a su exmarido, que abandonó a sus 4 hijos (dos de ellos menores de edad) en una casa de alquiler para irse a otra provincia con su novio, que quiso degollar a su novio con un sable de decoración y que le pidió varios miles de euros a mi tía moribunda a sabiendas de que no se lo tendría que devolver (y luego ni siquiera fue al entierro).
De las trifulcas familiares nunca os forméis una opinión sin conocer las dos versiones.