el_Nota
Madmaxista
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Greg Grisham, norteamericano residente en España , sufrió una salvaje agresión por parte de la Policia Loca-l el pasado viernes en la ciudad de Santander mientras se manifestaba pacíficamente con una pancarta contra las mentiras del 11-$.
Esta es la narración de la propia víctima:
"El día 1 de Septiembre, pasada la media noche, en la plaza Cañadío de Santander, yo, ciudadano español y estadounidense, Gregory William Grisham Vento, ejercía mi libertad y deber de expresión, con una pancarta, de manera pacifica y respetuosa, cuando fui arbitraria y brutalmente reducido y detenido por varios policías municipales, provocando sin querer, una reyerta popular espontánea, en una de las plazas más emblemáticas y concurridas de esta bellísima ciudad.
Tengo 47 años de edad, dos hijos, trabajo y contribuyo en la sociedad como cualquier buen conciudadano. Había fijado con cinta adhesiva una pancarta a un poste y varias personas posaban ante ella tomando fotografías y en general la pancarta generaba gran interés entre el público presente. En la pancarta se leía por un lado, EL 11S FUE UN AUTOATENTADO, TENEMOS PRUEBAS, www.investigar11s.org y en el dorso se leía, DEMOLICIONES BUSHLADEN S.A. ESPECIALIDAD EN TORRES GEMELAS.
Después de aproximadamente una hora de presencia aparecieron funcionarios de Limpieza Urbana acompañados por miembros de la policía local que procedieron a retirar la pancarta. Acto seguido me presenté como autor y propietario de la pancarta, pidiendo su entrega a los funcionarios. Un trabajador de limpieza voluntariamente me devolvió la pancarta comentando al encargado de policía, “Esto no es mi trabajo, paso de hacer esto”. Recibí la pancarta y el agente de policía volvió a quitármela diciéndome “No puede demostrar que la pancarta es suya. Es mía y yo lo quiero tirar a la sarama.” Respondí, “No señor, es mi propiedad y ahora mismo, con su permiso, me voy a marchar con ella” volviendo a coger en mano la pancarta. En este momento el agente me inmoviliza el brazo izquierdo y me requisa mi carné de identidad. Intentaba identificarme sacando mi cartera del bolsillo pero fui incapaz de sacar el DNI de la cartera ya que mi otro brazo fue inmovilizado por el agente. Repentinamente varios agentes me reducen mientras mantenía mi cartera en alto con la única mano que tenía libre cuando uno de los agentes me arranca la cartera de la mano, en el mismo acto tirándola a unos diez metros de distancia esparciendo todo su contenido por el suelo. Fui brutalmente reducido en el suelo mientras un agente de policía procedió a romper en pedazos la pancarta, incluso cortándola con un serrucho del Servicio de Limpiezas. Uno de los agentes me mantenía en el suelo presionándome el cuello con su rodilla. Después de unos 15 o 20 segundos así empezaba a mostrar estar claramente asfixiándome, (varias personas gritaban, “se le sale la lengua de la boca”, “lo estás matando” “no puede respirar”. De repente, a mi sorpresa, se levantó todo el publico en contra la policía. Veía agentes empujando mesas y persiguiendo fotógrafos en un intento de requisar sus cámaras. Me estaba quedando inconsciente por falta de oxígeno y me metieron en el coche patrulla, por fin, pudiendo respirar nuevamente, y me llevaron a las dependencias de la Policía Local.
En el camino el encargado que iba en el asiento de copiloto me amenazaba con, “te voy a apiolar, me gusta la fruta, lo que has provocado, Ucraniano de cosa, te vas a enterar, me acuerdo de tu querida progenitora cabrón, verás el lío en que te has metido, te vamos a arreglar la cara” entre más comentarios racistas y amenazantes que no puedo repetir con exactitud.
Al llegar a las dependencias policiales me abrió la puerta gritándome “¡sal, hijo de la gran fruta! ¿O quieres que te arranque de ahí tal como te hemos metido?”. Nada más salir levantó el puño en alto diciéndome, “di una sola palbara y te doy una leche que no veas”. Me empujaban hacia la puerta del edificio. En el umbral me dio en la parte trasera de la cabeza una bofetada provocándome perder momentáneamente la vista. (Todo esto debería haber sido grabado por la misma instalación de circuito cerrado de televisión de las dependencias. Me metieron en una celda donde tuve que permanecer de pie durante horas ya que llevaba un pantalón muy ligero y no pude sentarme en el banco de hormigón sin esto me helara el cuerpo. En ningún momento me leyeron mis derechos ni me permitieron hablar con un abogado ni hacer una llamada telefónica. Cuando pedía esto me decían, “pero, ¿que dices Ucraniano?, tú ya has negado todo eso y admitido culpable en tu declaración.” Respondí, ¿Qué declaración? Yo no he firmado nada. Eso es mentira. Acto seguido me amenazaba con puño en alto, “¿me estás llamando mentiroso, eh cabrón? Vuelve a llamarme mentiroso.” Aterrorizado me callé. Me enseñó un documento de varios folios diciéndome, “aquí está tu declaración con tu firma mentiroso de cosa”.
Me llevaron al Hospital Valdecilla donde me hicieron un reconocimiento. No tuve lesiones más importantes que pequeñas dolencias en los dos brazos, cuello y pierna derecha y un rasguño en la rodilla derecha que ni siguiera el médico se preocupó por limpiar y curar. (La sangre había atravesado el pantalón y la herida quedaba pegada al agujereado pantalón). No podía presentar mi tarjeta sanitaria ya que fue una de mis pertenencias personales que se perdió cuando me lanzaban la cartera durante mi detención. Desde el hospital me llevaban a la comisaría de Policía Nacional de la misma plaza donde me detuvieron. Desde ahí me llevaron a la comisaría de Albericia. Sin embargo, cuando intentaba comunicar al encargado de la comisaría que todavía nadie me ha leído mis derechos, ni que había visto ningún abogado ni había sido permitido hacer ninguna llamada telefónica y que los municipales me dijeron que había firmado una confesión que no era cierto me contestó, “Aquí mando yo, es muy tarde, te vas a callar y a dormir, mantiene silencio y así no vas a tener más problemas”. Aunque este agente, supuestamente al servicio de la ciudadanía y yo supuestamente inocente hasta demostrar lo contrario, seguía siendo tratado como un delincuente, por lo menos, ya en manos de policía del Cuerpo Nacional sentí un gran alivio a ver marcharse quienes más bien me habían tratado como una víctima secuestrada que un ciudadano detenido. Noté que eran las 5:20 horas de la madrugada. Me metieron en una celda, con un colchón y una manta que apestaba a orina. Tuve que intentar dormir con la manta hasta el cuello aguantando el olor para no pasar frío ya que llevaba una camisa ligera.
Mas tarde por la mañana me llevaron a los juzgados donde por fin pude hablar con una abogada de oficio y me encontré con mi cuñado y amigo que había pasado toda la noche en vela siguiendo las pistas de mi suceder. Por fin me leyeron mis derechos y me permitieron hacer una llamada telefónica, aunque ya pasada la necesidad de hacerla.
Me presentaron ante La Fiscal y Jueza y me enteré de que estaba acusado de “Atentado Contra La Autoridad” por haber empujado y dado patadas a los agentes dentro de las dependencias de La Policía Local."
http://elproyectomatriz.wordpress.com/2007/09/03/activista-por-la-verdad-detenido/
Esta es la narración de la propia víctima:
"El día 1 de Septiembre, pasada la media noche, en la plaza Cañadío de Santander, yo, ciudadano español y estadounidense, Gregory William Grisham Vento, ejercía mi libertad y deber de expresión, con una pancarta, de manera pacifica y respetuosa, cuando fui arbitraria y brutalmente reducido y detenido por varios policías municipales, provocando sin querer, una reyerta popular espontánea, en una de las plazas más emblemáticas y concurridas de esta bellísima ciudad.
Tengo 47 años de edad, dos hijos, trabajo y contribuyo en la sociedad como cualquier buen conciudadano. Había fijado con cinta adhesiva una pancarta a un poste y varias personas posaban ante ella tomando fotografías y en general la pancarta generaba gran interés entre el público presente. En la pancarta se leía por un lado, EL 11S FUE UN AUTOATENTADO, TENEMOS PRUEBAS, www.investigar11s.org y en el dorso se leía, DEMOLICIONES BUSHLADEN S.A. ESPECIALIDAD EN TORRES GEMELAS.
Después de aproximadamente una hora de presencia aparecieron funcionarios de Limpieza Urbana acompañados por miembros de la policía local que procedieron a retirar la pancarta. Acto seguido me presenté como autor y propietario de la pancarta, pidiendo su entrega a los funcionarios. Un trabajador de limpieza voluntariamente me devolvió la pancarta comentando al encargado de policía, “Esto no es mi trabajo, paso de hacer esto”. Recibí la pancarta y el agente de policía volvió a quitármela diciéndome “No puede demostrar que la pancarta es suya. Es mía y yo lo quiero tirar a la sarama.” Respondí, “No señor, es mi propiedad y ahora mismo, con su permiso, me voy a marchar con ella” volviendo a coger en mano la pancarta. En este momento el agente me inmoviliza el brazo izquierdo y me requisa mi carné de identidad. Intentaba identificarme sacando mi cartera del bolsillo pero fui incapaz de sacar el DNI de la cartera ya que mi otro brazo fue inmovilizado por el agente. Repentinamente varios agentes me reducen mientras mantenía mi cartera en alto con la única mano que tenía libre cuando uno de los agentes me arranca la cartera de la mano, en el mismo acto tirándola a unos diez metros de distancia esparciendo todo su contenido por el suelo. Fui brutalmente reducido en el suelo mientras un agente de policía procedió a romper en pedazos la pancarta, incluso cortándola con un serrucho del Servicio de Limpiezas. Uno de los agentes me mantenía en el suelo presionándome el cuello con su rodilla. Después de unos 15 o 20 segundos así empezaba a mostrar estar claramente asfixiándome, (varias personas gritaban, “se le sale la lengua de la boca”, “lo estás matando” “no puede respirar”. De repente, a mi sorpresa, se levantó todo el publico en contra la policía. Veía agentes empujando mesas y persiguiendo fotógrafos en un intento de requisar sus cámaras. Me estaba quedando inconsciente por falta de oxígeno y me metieron en el coche patrulla, por fin, pudiendo respirar nuevamente, y me llevaron a las dependencias de la Policía Local.
En el camino el encargado que iba en el asiento de copiloto me amenazaba con, “te voy a apiolar, me gusta la fruta, lo que has provocado, Ucraniano de cosa, te vas a enterar, me acuerdo de tu querida progenitora cabrón, verás el lío en que te has metido, te vamos a arreglar la cara” entre más comentarios racistas y amenazantes que no puedo repetir con exactitud.
Al llegar a las dependencias policiales me abrió la puerta gritándome “¡sal, hijo de la gran fruta! ¿O quieres que te arranque de ahí tal como te hemos metido?”. Nada más salir levantó el puño en alto diciéndome, “di una sola palbara y te doy una leche que no veas”. Me empujaban hacia la puerta del edificio. En el umbral me dio en la parte trasera de la cabeza una bofetada provocándome perder momentáneamente la vista. (Todo esto debería haber sido grabado por la misma instalación de circuito cerrado de televisión de las dependencias. Me metieron en una celda donde tuve que permanecer de pie durante horas ya que llevaba un pantalón muy ligero y no pude sentarme en el banco de hormigón sin esto me helara el cuerpo. En ningún momento me leyeron mis derechos ni me permitieron hablar con un abogado ni hacer una llamada telefónica. Cuando pedía esto me decían, “pero, ¿que dices Ucraniano?, tú ya has negado todo eso y admitido culpable en tu declaración.” Respondí, ¿Qué declaración? Yo no he firmado nada. Eso es mentira. Acto seguido me amenazaba con puño en alto, “¿me estás llamando mentiroso, eh cabrón? Vuelve a llamarme mentiroso.” Aterrorizado me callé. Me enseñó un documento de varios folios diciéndome, “aquí está tu declaración con tu firma mentiroso de cosa”.
Me llevaron al Hospital Valdecilla donde me hicieron un reconocimiento. No tuve lesiones más importantes que pequeñas dolencias en los dos brazos, cuello y pierna derecha y un rasguño en la rodilla derecha que ni siguiera el médico se preocupó por limpiar y curar. (La sangre había atravesado el pantalón y la herida quedaba pegada al agujereado pantalón). No podía presentar mi tarjeta sanitaria ya que fue una de mis pertenencias personales que se perdió cuando me lanzaban la cartera durante mi detención. Desde el hospital me llevaban a la comisaría de Policía Nacional de la misma plaza donde me detuvieron. Desde ahí me llevaron a la comisaría de Albericia. Sin embargo, cuando intentaba comunicar al encargado de la comisaría que todavía nadie me ha leído mis derechos, ni que había visto ningún abogado ni había sido permitido hacer ninguna llamada telefónica y que los municipales me dijeron que había firmado una confesión que no era cierto me contestó, “Aquí mando yo, es muy tarde, te vas a callar y a dormir, mantiene silencio y así no vas a tener más problemas”. Aunque este agente, supuestamente al servicio de la ciudadanía y yo supuestamente inocente hasta demostrar lo contrario, seguía siendo tratado como un delincuente, por lo menos, ya en manos de policía del Cuerpo Nacional sentí un gran alivio a ver marcharse quienes más bien me habían tratado como una víctima secuestrada que un ciudadano detenido. Noté que eran las 5:20 horas de la madrugada. Me metieron en una celda, con un colchón y una manta que apestaba a orina. Tuve que intentar dormir con la manta hasta el cuello aguantando el olor para no pasar frío ya que llevaba una camisa ligera.
Mas tarde por la mañana me llevaron a los juzgados donde por fin pude hablar con una abogada de oficio y me encontré con mi cuñado y amigo que había pasado toda la noche en vela siguiendo las pistas de mi suceder. Por fin me leyeron mis derechos y me permitieron hacer una llamada telefónica, aunque ya pasada la necesidad de hacerla.
Me presentaron ante La Fiscal y Jueza y me enteré de que estaba acusado de “Atentado Contra La Autoridad” por haber empujado y dado patadas a los agentes dentro de las dependencias de La Policía Local."
http://elproyectomatriz.wordpress.com/2007/09/03/activista-por-la-verdad-detenido/