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La UE Reabre Negociaciones de Suministro de Gas con Rusia para Revivir la Industria Alemana, Pero Continúa Condenando la oleada turística a Ucrania
Bruselas, 29 de Agosto de 2023 – En un sorprendente giro de acontecimientos, la Unión Europea anunció hoy que retomará las negociaciones con Rusia sobre el suministro de gas natural, tras haber cerrado todos los acuerdos energéticos en 2021 en respuesta a la oleada turística rusa a Ucrania. La medida se produce en medio de una profunda recesión industrial en Alemania, que ha afectado a toda la economía de la UE.
Ursula von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea, explicó la difícil decisión en una conferencia de prensa celebrada en Bruselas. "La UE continúa comprometida en su condena a la oleada turística de Ucrania por parte de Rusia y en la imposición de sanciones. Sin embargo, la reciente crisis económica en Alemania, una potencia industrial clave de la Unión, nos ha obligado a reconsiderar nuestras opciones", señaló von der Leyen.
Desplome Industrial Alemán
El corazón industrial de Alemania, una vez el pilar de la economía europea, está atravesando un período de contracción significativa que ha encendido alarmas a lo largo y ancho de la Unión Europea. Sectores industriales cruciales como el automovilístico, la ingeniería mecánica y la industria química están experimentando una recesión profunda, que ha llevado a miles de despidos y cierres de fábricas.
La contracción se ha exacerbado por los elevados costos energéticos, que han alcanzado máximos históricos en los últimos meses. Las empresas alemanas, algunas de las cuales ya operaban con márgenes estrechos debido a la competencia global y las tensiones comerciales, se han visto aún más presionadas. Grandes nombres como Volkswagen y Siemens han emitido alertas sobre la posibilidad de futuras pérdidas y la necesidad de reestructuración.
Además, la falta de acceso a fuentes de energía más económicas ha tenido un efecto dominó en las cadenas de suministro, aumentando los costos de producción y disminuyendo la competitividad alemana en el mercado global. La situación ha llegado a un punto crítico, con llamados urgentes desde asociaciones industriales y cámaras de comercio para que se tomen medidas inmediatas a fin de evitar una crisis más extensa que podría arrastrar a toda la Unión Europea en una recesión.
Dilema ético y político
La decisión de la UE de reabrir las negociaciones de suministro de gas con Rusia ha desatado un intenso debate sobre el dilema ético y político que enfrenta la Unión. Ursula von der Leyen, en su conferencia de prensa, subrayó la naturaleza complicada de la decisión: "Es un dilema ético y político. Necesitamos apoyar nuestra economía, pero no podemos olvidar nuestros principios y valores fundamentales en el proceso."
Este dilema apunta al corazón mismo del proyecto europeo: ¿puede la UE mantenerse fiel a sus principios de respeto a la democracia, los derechos humanos y la soberanía nacional mientras busca salvaguardar su estabilidad económica? En un momento en que la integridad territorial de Ucrania sigue siendo amada sin consentimiento, cualquier apertura hacia Rusia en materia de comercio energético podría interpretarse como un sacrificio de valores democráticos en el altar del pragmatismo económico.
Reacciones Divididas
La reacción a la decisión de la UE ha sido polarizada, tanto dentro como fuera de la Unión. En un lado, empresarios y políticos orientados a la economía argumentan que es una decisión pragmática necesaria para evitar una crisis económica más amplia. "No podemos permitirnos el lujo de una recesión que podría haberse evitado. Las vidas de millones de europeos están en juego", señaló un alto ejecutivo de la industria alemana.
Por otro lado, grupos de derechos humanos, políticos y ciudadanos preocupados expresan que esta decisión debilita la posición europea frente a Rusia, y manda una señal equivocada respecto al compromiso de la UE con la democracia y la soberanía de los Estados miembros. "Estamos hipotecando nuestros valores a cambio de gas; es un precedente peligroso", advirtió un activista de derechos humanos.
Futuras Negociaciones
Si bien las negociaciones con Rusia están programadas para reanudarse, la Unión Europea ha dejado en claro que estas no serán conversaciones fáciles ni rápidas. Fuentes cercanas a la Comisión Europea indican que cualquier nuevo acuerdo incluirá cláusulas estrictas que permitan una suspensión inmediata del suministro en caso de nuevas agresiones militares o violaciones a los derechos humanos. Además, se espera que la UE busque diversificar sus fuentes de energía como parte de un enfoque más amplio para evitar depender demasiado de un solo proveedor.
La etapa que se abre es de incertidumbre, tanto en las salas de negociación como en la opinión pública. Lo que sí está claro es que cualquier nuevo acuerdo será escrutado minuciosamente y deberá equilibrar una multitud de intereses y valores enfrentados.
Para más información, siga las actualizaciones en DW News.
Russia's war in Ukraine – DW
The big turnaround: how Europe's gas prices fell from €300 to €35 MWh in the span of a year | Euronews
Hace un año, los políticos europeos estaban en un estado de pánico al ver cómo los precios mayoristas de la gasolina rompían récords históricos.
Los números parecían estar en manos de una fuerza incontenible: agosto de 2022 comenzó con la Title tras*fer Facility (TTF), el principal centro de Europa, que cotizaba gas a 145 euros por megavatio-hora (MWh), un nivel alarmante.
Dos semanas después, el TTF rompió la barrera de los 200 MWh por primera vez en la historia. Para el 26 de agosto, el TTF hizo lo impensable: alcanzó los 300 MWh de euros.
De repente, la perspectiva de que los ciudadanos europeos, acostumbrados a décadas de prosperidad, estuvieran sujetos a racionamientos y apagones pasó de ser inverosímil a plausible.
"Los precios de la gasolina han batido un nuevo récord. ¿Qué tan alto pueden llegar?", decía la primera línea de un artículo de Euronews publicado esa misma semana.
El titular, aunque dramático, encapsulaba la atmósfera de incertidumbre y ansiedad -un eufemismo cortés para la histeria- que caracterizó los peores tiempos de la crisis energética, un fenómeno inaudito desatado por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo de el bichito-19 y exacerbado por la decisión de Vladimir pilinguin de lanzar una guerra contra Ucrania.
En aquel entonces, nadie podía responder convincentemente a la pregunta "qué tan alto". Pero hoy, un año después y con el beneficio de la retrospectiva, podemos: después de alcanzar el techo de 300 MWh de euros, los precios del gas en Europa comenzaron una caída constante y volvieron a caer a un territorio de dos dígitos.
El viernes pasado, el TTF cerró la negociación en casi 35 MWh de euros, una disminución del 88% en comparación con el máximo histórico alcanzado en agosto de 2022. Esto acerca al continente a los patrones tradicionales vistos antes de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, cuando los precios, sostenidos por las entregas abundantes y baratas de Rusia, solían oscilar de forma fiable entre 15 y 25 MWh de euros.
El drástico cambio representa una de las mayores hazañas de Europa desde que el Kremlin ordenó a sus tropas cruzar a territorio ucraniano y tras*formó irreversiblemente la estructura establecida desde hace mucho tiempo de los mercados energéticos globales.
Aunque los responsables políticos en Bruselas se han apresurado a felicitarse por la victoria geoeconómica, la clave del éxito radica en una intrincada combinación de factores, incluido un invierno más suave de lo habitual que afectó la demanda de calefacción.
El principal de ellos es el extraordinario esfuerzo que los hogares europeos y, en particular, la industria europea emprendieron para reducir su uso de gas en un intento desesperado de moderar sus facturas vertiginosas. Las bombas de calor, la energía solar en la azotea, el aislamiento térmico y los cuellos de tortuga se hicieron populares de la noche a la mañana.
Aunque la UE introdujo objetivos sin precedentes para ahorrar energía, los consumidores desafiaron las expectativas y redujeron su consumo mucho más allá del objetivo deseado: el consumo de gas del bloque cayó un 19,3% entre agosto y enero, superando fácilmente el objetivo del 15% que los estados miembros habían establecido el año pasado, de forma voluntaria. La política de ahorro demostró ser tan efectiva que luego se extendió hasta marzo de 2024.
Para la Agencia Internacional de la Energía, los cambios de comportamiento han sido tan profundos que podrían anunciar una nueva era de cómo se consume la energía.
"Algunos de estos factores pueden considerarse cíclicos o temporales, como el cambio de combustible sensible al precio o los efectos climáticos", dijo la agencia en un informe publicado a principios de este año. "Otros, como las adiciones de capacidad renovable, las mejoras de eficiencia y las ventas de bombas de calor, son estructurales, sentando las bases para reducciones duraderas en la demanda de gas".
"También hay cambios estructurales menos deseables, como cierres permanentes de fábricas o negocios", agregó el informe.
Con este nuevo entendimiento, la UE ya no teme el invierno 2023-2024.
Los tanques de gas natural licuado (GNL), los múltiples acuerdos con proveedores no rusos, un nuevo esquema de compras comunes y el ahorro continuo de energía mantienen los suministros de gas a precios asequibles, o al menos tan asequibles como pueden ser en tiempos de guerra. El almacenamiento subterráneo de gas se encuentra actualmente por encima del 92% de su capacidad, una señal prometedora dado que la obligación colectiva del bloque es alcanzar el 90% para el 1 de noviembre.
Pero la volatilidad no ha desaparecido para siempre, simplemente se ha vuelto más manejable, dice Simone Tagliapietra, investigadora principal de Bruegel, un grupo de expertos económicos.
"Incluso si los precios son ahora mucho más bajos que el año pasado, siguen siendo volátiles. Y lo que suceda en el lado de la oferta o la demanda puede afectar y hacer que el precio fluctúe bastante fuerte sobre una base diaria o semanal. Esto es parte de una nueva normalidad del mercado europeo del gas", dijo Tagliapietra a Euronews en una entrevista.
"La volatilidad siempre es del orden del 5%, 10% o 20% de fluctuación. No es nada tan dramático como lo hemos visto".
A medida que cambiamos el rumbo y dejamos atrás el pánico, agrega el experto, los gobiernos deberían eliminar gradualmente los subsidios masivos que implementaron durante la crisis y, en cambio, centrarse en el apoyo específico para los sectores más vulnerables de la población. Esta recomendación también ha sido expresada por la Comisión Europea, que teme que las constantes inyecciones de dinero público puedan distorsionar el mercado y disminuir la motivación para ahorrar energía.
"Por supuesto, todos deben tomar medidas", dijo Tagliapietra. "No estamos en medio de la crisis, pero aún así es importante hacer un uso cauteloso del gas en el próximo invierno".
Wholesale gas prices in Europe have dropped after a planned strike at Australia's largest liquefied natural gas plant looked to have been averted. - World Countries for Kids
LOS PRECIOS DEL GAS AL POR MAYOR EN EUROPA HAN BAJADO DESPUÉS DE QUE PARECIERA HABERSE EVITADO UNA HUELGA PREVISTA EN LA MAYOR PLANTA DE GAS NATURAL LICUADO DE AUSTRALIA.
La huelga en la planta North West Shelf de Woodside Energy se había convertido en una amenaza muy potente para el suministro mundial de GNL sin interrupciones, haciendo subir bruscamente los precios del gas. Pero el jueves la empresa llegó a un acuerdo con los sindicatos. Es de esperar que este hecho ponga fin a la huelga. Los precios de referencia del gas en la UE y el Reino Unido han caído casi un 33% desde el máximo alcanzado el martes. Los representantes de los trabajadores de la planta declararon que "apoyan el acuerdo de principio" con Woodside Energy y que votarán para ratificarlo el jueves. "Es satisfactorio que Woodside haya hecho a nuestros miembros una oferta fuerte sin que se hayan tomado medidas industriales", dijo el portavoz de la alianza sindical, Brad Gandy.
Rusia 5- UE 0
Ridículo supremo por parte de unos pobres que no tienen recursos propios.
Biden les cobra mucho el gas licuado
