La Jenni es, como yo, de Carabanchel. Los de Carabanchel no se venden por una vulva, ni los tíos necesitados y con problemas psiquiátricos por ello, como casi todos los casados. No me puedo creer que por muchas Putellas que te hayan hecho en la vida vendas tu integridad u honor. No lo creo de un ser nacido en Carabanchel. Nunca conocí a ser así en mi barrio.
Por eso, yo creo a la Jenny, salvo que no tenga cuajo para ser, de verdad, de Carabanchel y soñara con ser de otra parte de la que nunca será... que eso también lo he visto, en mi registro (que decimos en Carabanchel... calle Azcoitia, donde los tendederos comunales (por si alguien quiere saber si hablo con conocimiento o no), por si alguien cree que miento de lo vivido, que es mucho, contra lo que me queda por vivir, que es menos, en teoría, pero, para mí, con la misma pasión de cuando nací y le pregunté al tipo de la bata blanca por qué me pegaba en el ojo ciego si no lo había hecho nada... hasta ese momento.
No me contestó... pero todavía recuerdo su puñetero careto... (Soy, de verdad, de Cara banchel... y los de allí, no olvidamos un careto ni la mentira, salvo cuando van a votar para elegir lo que les hagan, aunque no quisieran padecerlo, pero lo padecerán por bien del mismo o mismo tipo que desde Hammurabi. Hablamos de gente con entendederas pobres y, lo que es peor, con valentía para utilizarlas aún menores. Repito, calle Azcoitia... No sé de dónde es la Jenny, el Almeida o la Villacís que nos decían cómo teníamos que vivir y sentir Madrid.