Joe Biden, este jueves en el Despacho Oval de la Casa Blanca durante la visita del presidente de Colombia, Gustavo Petro.
El presidente tiene el campo libre para una segunda candidatura, ya que no cuenta con rivales de peso en el Partido Demócrata para las primarias
Joe Biden ha dejado claro que planea presentarse a la reelección como presidente de Estados Unidos en 2024. La duda era desde hace tiempo cuándo lo anunciaría oficialmente. En su reciente viaje a Irlanda dijo que sería “relativamente pronto“. Y este jueves varios medios estadounidenses,
con The Washington Post a la cabeza, han asegurado que el presidente planea lanzar la campaña la semana próxima.
El diario de la capital es aún más concreto: el equipo de Biden planea marcar el comienzo oficial a la campaña el próximo martes con el lanzamiento de un vídeo con el anuncio. El martes es una fecha con la que se venía especulando porque es cuando se cumplen cuatro años desde que el actual presidente lanzó la campaña que le condujo a la Casa Blanca tras derrotar a Donald Trump en las elecciones de 2020.
Biden no espera contar con rivales de peso que le hagan sombra en las primarias del Partido Demócrata. De momento, el único candidato reseñable, más por su apellido que por sus opciones reales, es el abogado ecologista y activista antivacunas Robert F. Kennedy Jr., de 69 años, hijo del exsenador por Nueva York, fiscal general de Estados Unidos y candidato presidencial Robert F. Kennedy, que fue asesinado en 1968. El aspirante es también sobrino del
presidente John F. Kennedy, que también había sido asesinado cinco años antes.
La agenda oficial de la Casa Blanca señala que Biden pasará el fin de semana en Camp David, la base militar de Maryland a unos 100 kilómetros de Washington. Ahí puede tomar la decisión final una vez que todo está preparado. Poner en marcha oficialmente la campaña permite a Biden empezar a recaudar fondos, pero al tiempo le somete a ciertas restricciones.
El presidente ha estado esperando un momento en que pueda acaparar cierto protagonismo y no ha sido fácil encontrar una ventana en la agitada escena política y judicial estadounidense.
El Partido Demócrata ha redibujado el calendario de primarias a medida de los deseos de Biden. Ha dado prioridad a Carolina del Sur, el primer lugar donde Biden ganó en 2020 tras sus derrotas en Iowa y New Hampshire frente a otros candidatos del partido.
Aunque la popularidad del presidente en las encuestas es baja, no se vislumbra una alternativa mejor dentro de los demócratas. La popularidad de la vicepresidenta, Kamala Harris, es aún menor. Y a fin de cuentas, Biden lleva medio siglo ganando elecciones (como candidato a senador, a vicepresidente y a presidente). Ya derrotó en 2020 a Donald Trump, hoy por hoy el más probable rival republicano. Incluso las legislativas de noviembre pasado, que por momentos se auguraban catastróficas para los demócratas, se saldaron con el mejor resultado en 20 años para el partido que ocupa la Casa Blanca.
Además, Biden puede tratar de concentrarse en vender su gestión mientras los potenciales rivales republicanos gastan energías en atacarse entre ellos. Las escaramuzas entre el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y el expresidente Trump, son cada vez más frecuentes. Ya ha empezado la publicidad negativa cruzada, antes siquiera de que DeSantis confirme que está en la carrera. Por otra parte, tiene un calendario judicial cargado, que si bien lleva a cerrar filas en su partido,
lo aleja de los votantes independientes y moderados.
En caso de ganar en noviembre de 2024, Biden asumiría un segundo mandato con 82 años y lo terminaría con 86.
Ya es el primer presidente octogenario de Estados Unidos. Su avanzada edad ya surgió como asunto destacado en la campaña de 2020.
En la rueda de prensa tras las elecciones legislativas del 8 de noviembre, contestó a la pregunta de si se iba a presentar en plural y mirando a su esposa, Jill Biden: “Nuestra intención es volver a presentarnos”. En diciembre se filtró que en la cena en la Casa Blanca, con motivo de la visita de Estado del presidente de Francia, Emmanuel Macron, los dos presidentes y las primeras damas brindaron por la campaña de 2024. Biden, abstemio, levantó su vaso con Coca-Cola.
Tras el discurso sobre el Estado de la Unión de febrero, le preguntaron de nuevo y dijo que no había tomado todavía la “decisión”. “No estoy preparado para hacerlo”, señaló en una entrevista televisiva. Más adelante, ya este mes, aseguró que
mantenía sus planes de presentarse y en el reciente viaje a Irlanda, que habría un anuncio “relativamente pronto”.
El presidente tiene el campo libre para una segunda candidatura, ya que no cuenta con rivales de peso en el Partido Demócrata para las primarias
elpais.com
El muñeco marioneta Biden se quiere volver a presentar. Y viendo lo visto, volverán de nuevo a votar los muertos. Total, la gente de bien, con rifles de asalto en casa, no se quejan. Se tragan la agenda pogre sin rechistar.