BÉLGICA: UN SOBREVIVIENTE DE LOS ATAQUES DE BRUSELAS SACRIFICADO A LOS 23 AÑOS POR SUFRIMIENTO MENTAL

El Tribunal de Estrasburgo condena a Bélgica por no proteger a una víctima de la eutanasia

La mujer, de 64 años, había sido diagnosticada de una « depresión incurable », aunque su psiquiatra dudaba que cumpliera los requisitos para solicitar su fin.
Su hijo, que ha llevado el caso a la justicia, solo fue informado de las intenciones de su progenitora cuando le llamó el hospital para retirar el cadáver.


Hay un problema bastante grave que poco se comenta y es la imposibilidad por parte de familiares y/o allegados de tomar parte y responsabilidad en el tratamiento psiquiátrico de un enfermo mental.

Se supone que la protección de datos y el carácter de la relación médico/paciente otorga un carácter estrictamente confidencial a los informes y las consultas. Y es comprensible, con la salvedad de que estamos hablando de enfermos mentales, gente que no está en sus plenas facultades mentales y por tanto pueden autoengañarse, ocultar información y alterar el tratamiento poniendo en riesgo su vida y la de su entorno.

En determinados casos tendría que estar no sólo permitido sino ser prácticamente obligatorio que alguien cercano pueda estar al tanto del estado del paciente y trate directamente con el psiquiatra para asegurar la recuperación del enfermo. Asumiendo las posibles consecuencias negativas de dicha situación que sin duda son mejores que lo que pasa actualmente.

El familiar o allegado se siente atado de manos respecto al bienestar del enfermo. Y conozco varios casos en los que esta situación ha sido determinante en el suicidio del enfermo.
 
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