No, eso es el precio. Existe el precio, no el valor o no un valor general e igual para todos.
No es así lo de los iphones, de la misma forma se podría decir que el dinero que reciben tiene un valor mayor que el trabajo que hacen ya que existe gente dispuesta a trabajar.
El concepto de valor es una invención.
Pero vamos a ver, cómo podemos decir esa barbaridad.
El valor es subjetivo, y esta subjetividad, junto con otros factores, termina plasmándose en un precio que regula la tras*acción entre las partes.
Pero por favor, si no existiese el concepto de valor, no tendría ningún sentido el mercado. Las empresas fabrican tras*formando materias en objetos porque dicha tras*formación tras*fiere un uso al objeto en cuestión, lo cual le otorga valor.
Dicho valor es cambiante, y se traduce en diferentes precios a lo largo del tiempo, pero es evidente que existe.
La diferencia entre el ingreso que obtiene la empresa por la venta de su producto y los costes, entre los que se encuentran la mano de obra, es la ganancia, plusvalía, como lo queramos llamar, que obtiene dicha empresa.
De esta forma, podemos encontrarnos con casos de ganancias que superan en 1000 veces el coste de producción gracias a que la mano de obra es barata y sumisa.
A lo que voy es que no se justifica la diferencia entre la ganancia de la empresa y el salario del trabajador excepto por el hecho de que dicho trabajador pertenece a una sociedad pobre y se contenta con migajas.
FOXCONN podría pagar mucho más a sus trabajadores y seguir obteniendo beneficios. Pero claro, en un mundo desregulado, aparecería un competidor que aprovecharía la situación de pobreza para volver a ofrecer un producto más competitivo gracias a mano de obra semi-esclava.
Por tanto, es necesario un mínimo de regulación que evite la tendencia a explotar trabajadores con tal de obtener beneficios.
Y qué es explotar? Pues yo creo que se pueden establecer unos mínimos. Por ejemplo, trabajar más de 8 - 10 horas al día, 6 días a la semana, en condiciones insalubres, por sueldos que no permiten costearse necesidades básicas de vivienda, alimentación, y ocio.