Para nada. En el voto presencial no se pierden de vista las papeletas depositadas en la urna hasta el momento del recuento, que es in situ. Eso no es garantía suficiente de que no vaya a haber interferencias, pero la ventana de oportunidad es mucho menor que en le caso del voto por correo donde la papeleta pasa por un itinerario desconocido de varios días y por un número desconocido de personas entre un lugar A donde se deposita y otro B donde se recuenta.