O sea, que unas luces raras sobrevuelan la capital de Perú y ni se lanza a la aviación a ver qué son, ni se los fotografía con tele (en media hora y en día de sol, ya tuvieron tiempo de poner el trípode, la cámara y el tele), ni se les estudia por radar ... no, nada de eso; se da la noticia sensacionalista y a correr ... ya, ya.